La palabra nostalgia esta denostada y se suele decir, no hay que mirar al pasado y si al presente y futuro. Por supuesto, siempre y cuando el pasado hubiera sido peor. Pero yo recuerdo un PSOE, donde se militaba por compromisos y con muchos sacrificios. En este sentido, llegábamos a sacrificar a nuestras propias familias, No había prebendas y el respeto, la lealtad y compañerismo eran las principales señas de identidad.
Así era el PSOE en el que militaba desde mediados de 1972 y hasta octubre de 1981, cuando se celebró el 29 Congreso Federal. Se complicó en el 30 siguiente, celebrado en diciembre de 1984 y es que, con las elecciones generales ganadas por una amplia mayoría absoluta en octubre de 1982, Felipe González obtuvo la Presidencia del Gobierno y continuó con la Secretaria General del partido, erigiéndose en juez y parte. Le acompañaba Alfonso Guerra como vicepresidente del Gobierno y vicesecretario del Partido.
Éste, desde el cargo institucional se dedicó a controlar al conjunto del Partido Socialista, de ahí su célebre frase: “quien se mueva, no sale en la foto”. Llegó a implantar el voto por delegación (a través de los cabezas de lista de cada comunidad autónoma) y no por delegados. E igualmente, la aberración democrática de que las comisiones ejecutivas podían votar su propia gestión.
La etapa de Zapatero fue algo más edulcorada, pero, así y todo, ante la demanda de listas abiertas por la militancia, Pepe Blanco como secretario de organización, impuso que éstas fueran cerradas. De esta forma transcurrió el XXVII Congreso Federal de 2008 y, aprovechó para auto impulsarse y lograr la vicesecretaria general. Al final, sabemos cómo fue el paso por la política de este personaje.
Aprovechó su influencia para desligar e independizar de Villanueva de Aurosa, la que en su momento fue la desabitada e idílica Isla de Aurosa, creando en esta su propio municipio y pasando a ser pasto de la especulación urbanística. Por supuesto, la mayor y más ostentosa mansión la posee él. En junio de 2020 aprovechó las “puertas giratorias” y pasó a ser consejero independiente de Enagas.
En la referida primera época los debates y acuerdos era algo consustancial. A través de Toulose solíamos recibir El Socialista, órgano de expresión del PSOE. Todos los sábados íbamos a distribuirlo entre los emigrantes y turistas españoles, que, para conocer las noticias de nuestro país, al margen de los medios de comunicación nacionales, lo recibían con mucho agrado. Después solíamos reunirnos en el domicilio de Manolo Bonmati para analizar y adoptar las decisiones oportunas, sobre los comunicados recibidos y estas, nos instaban a que las enviáramos a la Ejecutiva Federal.
Después de ser elegido Felipe González como secretario general, en el congreso de octubre de 1974 celebrado en Suresnes. Se dedicó a visitar a los diversos partidos políticos de la Internacional Socialista. Un sábado a principios de 1975, mientras estábamos en una de nuestras reuniones, vino para entrevistarse con los dirigentes del Partido Laborista, pero primero pasó para saludarnos por la vivienda de Manolo Bonmati que, había asistido al referido Congreso de Suresnes y, como sevillanos ambos se conocían y Felipe participó de nuestros debates.
Hasta mediados de 1980, la ponencia marco de los congresos federales se enviaban con tiempo de antelación a todas las agrupaciones locales, para que se produjeran los correspondientes debates y enmiendas a la misma. Estas se enviaban a la Ejecutiva Federal y después de recopilarlas, las enviaban de nuevo a todas las mencionadas agrupaciones locales y después del último debate, al respecto, cada una podían mantener las enmiendas presentadas, o, en caso de convencernos y compartir las de otras agrupaciones, las apoyábamos y hacíamos nuestras propias. Este era un proceso muy participativo, enriquecedor y positivo.
Ahora, este 41 Congreso Federal, a celebrar en Sevilla los próximos días 29 y 30 de este mes de noviembre y el 1 de diciembre. Con toda probabilidad será continuidad de los dos anteriores. Tanto el 39 como el 40 fueron diseñados, organizados y realizados para rendirle docilidad y pleitesía a Pedro Sánchez. Entró en muchas contradicciones e incumplimientos de promesas, como por ejemplo la que hizo en el referido 39 congreso de que, para agilizar y hacer una ejecutiva más operativa, iba a rebajar el número de componentes, que en ese entonces era de 38, la mayoría impuestos por Susana Díaz. Sin embargo, hizo lo contrario y la aumentó a 49.
El último 40 Congreso Federal celebrado los días 15, 16 y 17 de octubre de 2021 en Valencia, fue auténticamente bochornoso. Su diseño, organización y desarrollo, fue para satisfacer aún más a Pedro Sánchez. Primaron los cabezas de delegación (autoeligiéndose los dirigentes autonómicos) ante los delegados. Éstos como buenos acólitos fueron impuestos, por los anteriores y entre todos, hicieron las cribas que estimaron a las enmiendas de la ponencia marco.
El presidente del congreso Ximo Puig, no permitió que se debatiera como es preceptivo, la gestión de la Ejecutiva y menos aún que se votara. Tampoco autorizó que por parte de jóvenes de Juventudes Socialistas, y de la Corriente de Opinión Izquierda Socialista, se presentaran sendas enmiendas para que se debatiera acerca del modelo de Estado, entre la Monarquía o la mucho más democrática República.
Hace falta que el PSOE sea una organización política fuerte, para hacerle frente con garantías a la reaccionaria derecha extrema del PP y fascista extrema derecha de Vox. Eso fue lo que prometió Pedro Sánchez: “empoderar a la militancia”. Sin embargo, ha venido haciendo justo lo contrario, y ahora ésta no cuenta para absolutamente nada. Lamentablemente y con toda probabilidad, es lo que volverá a ocurrir en este próximo 41 Congreso Federal.