Gonzalo Oses

Europa 2027: Le Pen presidenta, por el hastío de la anciana europa

25 de Julio de 2024
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Foto de Marine Le Pen publicada en Diario16 en 2017

Ahora que sabes que Trump será el próximo POTUS, cómo te conté hace una semana, centrémonos en la anciana Europa.

En 2027 Marine Le Pen será elegida presidenta de Francia para sustituir a Macron. Cuya única propuesta política es meter miedo con que viene el fascismo, pero es incapaz de hacer política (pactar) con una unicorniana izquierda que está en las antípodas, y como ejemplo el tira y afloja de la edad para jubilar humanos.

Le pen, Meloni, Orban, o la propia Comisión Europea sin baile de disfraces donde esconder su lobbismo, representan un electorado hastiado y frustrado por no cumplirse ni la mitad de lo que le inculcaron en la escuela que podía conseguir con esfuerzo.

¿Cuál es el quid de este hastío y frustración de la otrora progresista ciudadanía europea? La respuesta me la dio mi tío Fai hace unas semanas en una comida familiar: “Hoy en día en mayor o menor medida, las mejoras sociales que se planteaban hace 140 años, ya se han conseguido”. Piensalo, reducción de la jornada laboral, la existencia de pensiones, servicios públicos, días de vacaciones, elecciones “democráticas”, el reconocimiento de la mujeres como seres humanos, en vez de pertenencias patriarcales, posibilidad de matrimonio entre personas del mismo género…

Un costoso estado de bienestar y libertad, que creemos que es gratuito, al no haber una trazabilidad directa y transparente (de momento), de nuestros impuestos. Un estado de bienestar basado en usar a humanos para aportar a un índice artificial como es el PIB.

¿Qué ambiciones tenemos los europeos de vivir 100 años? Pocas. Más allá de sentirse realizado, aunque sea con la rutina. Pero vivimos un modelo (antes de la inteligencia artificial), donde la mayoría de humanos son prescindible para generar competencia y liderazgo como son el 80% del PIB español es debido a servicios, los cuales, la inmensa mayoría son más para dorar la píldora del mini ego (entre los que me incluyo), que para satisfacer necesidades básicas.

La solución no es sencilla, porque no es colectiva, no es “café para todos”, como estamos acostumbrados a que nos sirvan en el buffet democrático.  La reacción rápida es echar las culpa a otros, casi siempre, a los que no se pueden defender los de fuera, los inmigrantes ilegales, sin acordarnos de que nuestros padres y abuelos también lo fueron. Otros eligen bajarse del sistema y dejar de votar en las elecciones, que ya están cansados de votar conforme a sus emociones.

La solución que cambiará las cosas, no se puede comprar, ni formarse en ella, para vendérselo a otros, porque la solución pasa por cambiar el sistema sin cambiar el sistema. Es decir, pasa porque cada uno, una, une de nosotros, literalmente toque fondo e implosione los diversos personajes que eligió o le regalaron para refundar la “república independiente” de su ser.

Van a ser 7 años muy duros, camino de un 2032, donde tras una regeneración, empecemos a convivir en una sociedad matrística.

GO!

 

 

 

 

 

 

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