Cuántos mandatarios tenemos jugando a ser semidioses, satisfechos de ejecutar las directrices del poder, haciendo y deshaciendo según les digan. Todos ellos bien pagados con nuestro dinero y, eso sí, aforados, no sea que se les vaya a pedir cuentas por sus hechos y tengan que perder el tiempo dando razón de sus actos a la justicia y explicando en qué se gastan nuestro dinero ¡faltaría más!
Pregunto ¿de quién será voluntad que veamos rayitas en el cielo? ¿qué semidios habrá dado la orden y qué político de turno la habrá extendido? Se nos dice que son producto de los aviones comerciales ¡madre mía con el tráfico aéreo, sobre todo por la mañana temprano! ¡van a tener que poner semáforos pues, a veces, las trayectorias se cruzan, qué raro! Lo mismo hay que extender el parte del tráfico que te dan por la radio al ir al trabajo para que contemple también el cielo, lo digo sobre todo para aquellos que tienen avión o helicóptero privado, que parece ser que cada día hay más y cada viaje de estos contamina lo mismo que un vehículo durante todo un año.
Oiga usted ¿de dónde sale ese tráfico cada vez mayor y esas rayitas que sueltan los aviones? El caso es que no se disipan como lo hacían antes. A mí me parece que, últimamente, hasta que se expanden (mi padre, 89 años, pastor en una época de su vida, con mucho tiempo para mirar al cielo dice que no recuerda nada parecido, es más me pregunta ¿por qué ya no hay tormentas con esos truenos que asustaban a las ovejas?). Oiga usted ¿qué es lo que están soltando? ¿eso no contaminará? La respuesta a eso la tienen más que clara: “NO, aquí lo que contamina es el tráfico rodado y, sobre todo, los vehículos más antiguos”.
Así que, sin más, bajemos a la tierra. Aterricemos en Madrid donde, salvo cordura del Ayuntamiento (la esperanza es lo último que se pierde), el próximo 1 de julio las cámaras instaladas en el municipio de Madrid comenzarán a disparar indiscriminadamente a todo lo que se mueva para detectar a los vehículos sin etiqueta que no pagan el ITVM en Madrid y enviarles una sanción de 200€ a sus dueños. Personas inocentes que, en su día, al comprar su vehículo no sabían que podrían tener fecha de caducidad. Les otorgaron un Permiso de Circulación del Ministerio de Industria que les habilitaba no sólo para circular por todas las carreteras de España, sino de toda la Unión Europea y cuyos vehículos pasan su ITV para asegurar que siguen cumpliendo las condiciones establecidas.
Pues no, en Madrid, NO. Nuestro señor alcalde y su gobierno decidieron en su día interpretar cierta parte de la ley del cambio climático para crear una ZBE de las más grandes de Europa. Tuvieron la gran idea de utilizar las etiquetas de la DGT para evitar que los coches con más antigüedad no circulen, ya no solo por los lugares de más riesgo de contaminación, sino por ningún territorio de todo el municipio.
Aunque en anteriores artículos en este periódico, y en comunicaciones directas al Ministerio y al Ayuntamiento de Madrid, ya hemos explicado sobradamente el error que se está cometiendo al permitir que vehículos que realmente son los más contaminantes circulen y otros que no lo son no puedan hacerlo, a nuestros mandatarios, en este caso de Madrid, pero bien podrían ser los de Barcelona, Bilbao, Torrelavega, etc., les da exactamente lo mismo. Ni salud, ni ecologismo, ni sentencia en contra, ni perjuicios a los ciudadanos, al comercio local ni nada. Hay que seguir las órdenes de los de arriba, hay que seguir haciendo caja, fagocitando a la población, teniendo contentos a aquellos que marcan las directrices sin cuestionarlas lo más mínimo, ¿para qué? ¿ustedes se creen que habrá puestos para toda una vez que se les acabe el chollo que tienen ahora? ¿no piensan que no tardando mucho ustedes mismos o sus familias o sus descendientes se encontrarán entre aquellos a los que están claramente perjudicando sin querer ver los efectos secundarios que están causando? ¿cómo podrán vivir tan tranquilos, con los bolsillos llenos y sin remordimiento de conciencia?
A ustedes, que se creen intocables, yo les pregunto: ¿qué pasará cuando, una vez hayan conseguido colocar sus puestos en el templo, venga un tal Jesucristo a echarlos a latigazos? ¿A qué Herodes irán ustedes a quejarse o a pedir protección?