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IA, jugando con tu propia central nuclear

09 de Junio de 2024
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Inteligencia Artificial mundo propiedad

En más de una ocasión he podido compartir esa sensación respecto de la similitud entre el estado de la IA y el efecto Gilbert.  Quizá alguien se acuerde de haber visto la reseña del kit de laboratorio de energía atómica Gilbert U-238. En los 50, la energía atómica era un juego de niños, el futuro era nuclear, los coches, las cocinas, los cohetes…, todo sería en breve nuclear. Alfred Carlton Gilbert creó un juguete para enseñar a los niños la energía nuclear a través de 150 fáciles experimentos con varias fuentes de radiación beta-alfa, beta y gamma y cuatro contenedores con menas de uranio. Hoy todo es IA y todo va a ser IA y todos jugamos con ella de una manera que dentro de unos años nos llevaremos las manos a la cabeza.

La IA, como la energía nuclear, tiene una potencialidad increíble, pero si pensamos que cualquiera se puede poner a jugar con materiales radiactivos, creo que no estamos enfocando bien el tema. Cuando se examinan los riesgos y problemas de la misma, como en todos los ámbitos hoy en día, se tiende a los extremos. De los ludismos razonables a la pasión digna de Theodore, en la película “Her”. En un caso como en otro, con el tiempo, unos terminaranadmitiendo que la IA ha llegado para quedarse y otros que no puede ser un juguete, porque los riesgos sistémicos están ahí y no se pueden obviar.

Pese a la transformación del mundo del trabajo que está produciendo, IA  no va ha ser más destructora de empleo que el tractor cuando apareció en campos de medio mundo, pese al impacto que tendrá en muchos sectores.

Los problemas derivados de la desinformación y el engaño, tanto en términos políticos como económicos, van a tener una alto impacto produciéndose estafas, falsificaciones, manipulaciones…, más que en ninguna otra época, o no más que en ninguna otra. Desde los cronistas y panfletos contra Juana la Beltraneja a las fotos de Lenin, de donde iba desapareciendo amigos y enemigos de manera sistemática, los avances tecnológicos han sido siempre fuente de manipulación y engaño. De alguna manera, iremos seguramente separando el grano de la paja.

Sin embargo, la deriva de la IA, en términos de desarrollo de un modelo productivo intensivo en el consumo de energía y recursos naturales, y potenciador de un sistema profundamente desigual, es un reto que hay que afrontar. Las estructuras socioeconómicas actuales, no están preparadas actualmente para embridar esta eclosión de la IA.

Al contrario que pasó con la energía nuclear, tenía unas barreras de desarrollo evidentes, la IA es mucho más accesible. Losgrandes modelos de lenguaje desarrollados por las grandes tecnológicas, junto con los derivados de estos a partir de códigos liberados (como en el caso de LLAMA, desarrollado por META, matriz de Facebook,o IA Grok  deMusk), se unen a todo un ecosistema mundial de desarrolladores de inteligencias artificiales específicas , que no necesitan tantos recursos.

 La explosión de esta IA, está desbordando los consumos básico y sus proyecciones. Si se estimaba que las TIC suponían entre un 5% y un 9% del consumo total de electricidad en todo el mundo yel informe “The Role of Artificial Intelligence in theEuropean Green Deal” del Parlamento Europeoprevé que el consumo llegue al 20% en 2030, estas estimaciones seguramente se queden cortas. Y energía, implica, de una u otra forma emisiones.

Los estudios Universidad de Cornell (EEUU) sobre el desarrollo de Chat GPT-3, estiman quesu entrenamiento consumió 1,287 megavatios por hora y generó emisiones de más de 550 toneladas de dióxido de carbono y, según investigadores de Universidad de California, entre 700.000 y 4,9 millones de litros de agua dulce limpia. Sólo el desarrollo, el uso de estas tecnologías implican más. Los centros de Microsoft, que aloja parcialmente a ChatGPT, aumentaron en un 34% en consumo de agua y la demanda mundial de IA puede llegar a necesitar entre 4.200 y 6.600 millones de metros cúbicos de agua dulce en 2027.

La liberación de modelos, poniéndolos al alcance de todo aquel que pueda tener un mínimo de recursos y conocimientos así como los consumos derivados de los grandes centros de datos que arrastran, dibujan una perspectiva preocupante y un efecto multiplicador, especialmente en países en los que el cambio climático va a tener un fuerte impacto, como España.

Los consumos de los centros de datos vienen condicionados por sutamaño, tecnologías implementadas y la temperatura exterior. A algoritmos más complejos, más consumo, a mayor temperatura exterior más necesidad de refrigeración, más agua, más energía.

Pensar en el desarrollo de grandes centros de datos en zonas de fuerte estrés, como se está planteando en Aragón o Castilla la Mancha, no dejan de poner encima de la mesa este problema en el cual, la IA no va a sustituir laboralmente a la máquina, sino que amenaza con competir de manera directa por los recursos básicos de esta sociedad, el agua y la energía.

Una consulta media de ChaptGPT o la generación de una imagen en Midjourney, pueden consumir más de 1 litro de agua ¿nos podemos permitir hacer preguntas absurdas y composiciones trucadas a ese precio? ¿Cuándo tiene sentido utilizar la IA y cuando es más sencillo girarte y preguntarle a una compañera de trabajo o invertir unas horas en abrir un libro y aprender algo nuevo?

Recuerdo una esquina de Sevilla, donde coinciden la Calle Agua y la Calle Vida y creo que tendremos que preguntarnos todas las personas, si vale la pena pagar con vida, la respuesta a nuestra pereza.

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