Antonio Aguado Sánchez

La “autoridad moral” de Felipe González y Alfonso Guerra

01 de Octubre de 2023
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Felipe González y Alfonso Guerra

El tiempo pone a cada cual en su sitio. Han sido muchos los casos, pero últimamente y uno de los más significativos, fue el del antiguo “comunista” Ramón Tamames, defendiendo la moción de censura a Pedro Sánchez y su gobierno presentada por el grupo parlamentario Vox. Fue un autentico esperpento y demostró el cambio o la metamorfosis experimentada, desde cuando en la clandestinidad y la Transición era un destacado dirigente del Partido Comunista.

En relación a Felipe González y Alfonso Guerra, sus casos no han sido tan drásticos y es que, durante las etapas que gobernaron, dieron muestras de falta de coherencia como “socialistas”. Ya no solamente, por haber practicado políticas que tuvieron el apoyo y beneplácito de los empresarios y el rechazo de los trabajadores, hasta el extremo de éstos mediante las centrales sindicales, CC.OO. con Marcelino Camacho al frente y UGT siendo su secretario general Nicolás Redondo Urbieta, llevaron a efecto en diciembre de 1988 una huelga general que tuvo gran incidencia.

Con la merecida expulsión de su hijo Nicolás Redondo Terreros del PSOE, por deslealtad y traición pues fueron públicos y notorios los apoyos que, le dio a Isabel Díaz Ayuso para que accediera a la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Hipócritamente Felipe González expuso ante la opinión pública que, él no se había planteado expulsar a su padre por haber organizado la referida  huelga general. Pero con arreglo a la frase reaccionaria de Alfonso Guerra: “quien se mueva no sale en la foto”, lo más probable es que lo tuviera previsto. Sin embargo, el integro y coherente Nicolás Redondo padre, no le dio esa oportunidad, pues a diferencia de su hijo, con mucha dignidad renuncio a su escaño de diputado y abandonó el PSOE.

El resentimiento hacia Pedro Sánchez lo han venido demostrando Felipe González y Alfonso Guerra, debido a que pretendían seguir controlando y manipulando al PSOE, colocando al frente personas acólitas suyas, siendo el caso más significativo el de Susana Díaz, que llegó a enfrentarse a Pedro Sánchez en primarias para el cargo de la Secretaria General. Al no lograrlo y no ser éste maleable como pretendían, según lo ha venido demostrando últimamente con la labor realizada para lograr la distensión y pacificación de la Sociedad Catalana, que ha reconocido y recompensado ampliamente con la victoria en las pasadas elecciones generales a los socialistas catalanes.

En ese sentido, tanto González como Guerra no han estado de acuerdo con esta gestión positiva de Pedro Sánchez y su gobierno y, se sienten mas identificados con la nefasta política, al respecto realizada por el Partido Popular y Vox de tensión y confrontación. Les siguen algunos otros dirigentes “socialistas” como el presidente de Castilla la Mancha Emiliano García Page, los expresidentes de Extremadura y Aragón, Juan Carlos Rodríguez Ibarra y Javier Lamban respectivamente, los exministros José Luís Corcuera y José Bono, Joaquín Leguina y Nicolás Redondo Terreros, ambos merecidamente expulsados del PSOE, por haber realizado públicamente campaña a favor de la reaccionaria Isabel Díaz Ayuso, en su elección a la Presidencia de la Comunidad de Madrid.

Recientemente en el Ateneo de Madrid, Alfonso Guerra presentó su libro con el titulo muy significativo: “la rosa y las espinas”. Por supuesto, la rosa es él con Felipe González y todos sus acólitos, y las espinas, Pedro Sánchez con su gobierno y las diversas formaciones políticas incluyendo las nacionalistas e independentistas que, posibilitaron su investidura y a las que apela de nuevo para volver a configurar un ejecutivo de izquierda y progresista, algo que a los prebostes veteranos exdirigentes “socialistas”, en absoluto les agrada y por todos los medios han procurado al respecto, desacreditar a Podemos con descalificaciones reaccionarias incluidas, acusándoles de: bolivarianos, comunistas, filoetarras etc.

El colmo es que, Alfonso guerra con un lenguaje retrogrado y machista, ha criticado a la vicepresidenta Yolanda Díaz, por qué según él, no tiene rigor político, pues emplea gran parte de su tiempo en las peluquerías. Inexplicable que una persona de su experiencia, se manifieste con ese tipo de lamentables expresiones.  

Ahora y en la línea marcada por el PP y beneplácito de Vox, pretenden boicotear la elección de Pedro Sánchez a la Presidencia del gobierno, debido a la posibilidad de que Junts, organización política liderada por Carles Puigdemont, se decante a favor de su investidura. Algo considerado como imperdonable y es que, de ocurrir según el Partido Popular, se rompería (su) España. Estarán muy satisfechos y orgullosos Felipe González y Alfonso Guerra de que, en su fallido discurso de investidura, Feijóo les haya nombrado y puesto como ejemplos de “auténticos y buenos socialistas”.

Al final la realidad de los tres subyace y es que, por una parte, Feijóo es como mínimo un indecente amigo del narcotraficante Marcial Dorado y ha venido junto a otros dirigentes de su partido cobrando dinero opaco, lo mismo que el muy famoso “desconocido” M Rajoy. Felipe González aprovechó su paso por la Presidencia del gobierno para indignamente utilizar las “puertas giratorias” y Alfonso Guerra, instaló a su hermano Juan en un despacho de la Delegación del Gobierno de Andalucía, desde donde se dedicó a realizar negocios bastantes irregulares.  

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