La conjunción de una nueva crisis del petróleo que podría elevar los precios hasta los 100 dólares aunado con la excesiva fortaleza del dólar, podría provocar una ciclogénesis económica de resultados imprevisibles.
La crudodependencia energética
La economía mundial seguirá gravitando sobre la dependencia del petróleo en la próxima década dado que las energías alternativas todavía necesitan enormes subsidios como para ser viables en los países en vías de desarrollo, la práctica del fracking suscita recelos medioambientales y la inercia de los activos petroleros no permitirá que las grandes compañías abandone sus equipos e infraestructura actuales.
Así, la Agencia Internacional de la Energía (AIE), en un informe titulado "Perspectivas mundiales de inversión en energía", advierte que será necesario invertir 48 Billones $ hasta el 2035 para cubrir las crecientes necesidades energéticas mundiales. Los principales países desarrollados cuentan con reservas estratégicas de petróleo que destinan exclusivamente para uso en situaciones críticas para garantizar el consumo interno durante un par de meses, pero según el Departamento de Energía de EEUU, las reservas en dicho país habrían sufrido un brutal descenso del 20%.
Asimismo, los inventarios mundiales habrían sufrido una caída en el segundo trimestre de 57 millones de barriles en los inventarios mundiales, lo que aunado con el recorte de producción pactado entre Rusia y la OPEP hasta finales del 2023 y la falta de resolución del contencioso iraní, han provocado un déficit diario de 1´5 millones de barriles al día en el 2023 y una peligrosa "ansiedad de oferta" para incrementar los inventarios de los países, originando la escalada del crudo Brent hasta superar los 90 $ el barril.
Caso de seguir escalando el precio del crudo hasta los 100 $, se podría originar una psicosis de desabastecimiento mundial que tendría su reflejo en un salvaje encarecimiento de los fletes de transporte y de los fertilizantes agrícolas. Ello, aunado con inusuales sequías e inundaciones en los tradicionales graneros mundiales y la consecuente aplicación de restricciones a la exportación de commodities de dichos países para asegurar su autoabastecimiento, podría desembocar en el desabastecimiento de productos agrícolas en los mercados mundiales, el incremento de sus precios hasta niveles estratosféricos y la consecuente crisis alimentaria mundial.
Efectos colaterales de la escalada del crudo
La escalada del crudo hasta los 100 $ tendría como efecto colateral el aumento de las tasas de inflación en EEUU y la UE, el consecuente incremento del precio del dinero por parte de los Bancos Centrales y la subsiguiente asfixia económica de incontables países con una Deuda Pública estratosférica, lo que aunado con el estancamiento económico que se avecina en economías tractoras como EEUU, UE y China terminaría por dibujar un escenario de estanflación secular en la economía mundial.
El cóctel explosivo de la estanflación
Por estanflación se entiende la suma de una inflación desbocada y un escenario de recesión económica (una economía entra en recesión técnica después de dos trimestres de caídas consecutivas del PIB nacional según el FMI) y es un término acuñado en 1965 por el entonces ministro de Finanzas británico, Ian McLeod, que utilizó la palabra stagflation en un discurso ante el Parlamento británico.
Se trata de una de las más peligrosas combinaciones para la economía ya que ambos elementos distorsionan el mercado y la terapia de choque para combatir el estancamiento económico tiene como efecto secundario el incremento de la inflación. Así, para incentivar el consumo y salir de la recesión se requieren terapias basadas en la expansión fiscal y monetaria, medidas que a su vez generan más inflación, lo que al final deviene en un círculo explosivo pues conlleva incrementos del precio del dinero por parte de los bancos centrales que provocarán la asfixia económica de incontables países con una deuda pública estratosférica.