Una bruma vergonzante envuelta en sombras de ambición, abrió camino a la cruel dictadura, alarde de conductas escabrosas, larga temporada adjetivada transición, período de sórdida ética. El desenfreno, ha cristalizado. La orgía sin brida, desplegó sus bríos, colonizando lugares donde hay caudales que usurpar, haciendas que privatizar.
Irradiada, tenebrosa telaraña, por doquier, hilo quebradizo, alfeñiques de pretérito sombrío, serpenteando en el tiempo, al presente, - do peregrinos afanes han empoderado a estas niñas, niños mal criados, psiquis doctrinada, sazonada de fanatismos, sin fructificar-, parasita las instituciones viciando su cometido, vaciándolas de recursos, hospedando la rapiña, acunándola como el que ensaya aplacar al mar.
Con gandul y negligente sordina, percepción del deber viciado, sin más moratoria ni condescendencia a la quijotesca deontología, campa con licencia para desvalijar, acá, acullá, donde husmea botín. Para esto, sí, maduraron. Son versados. ¡Buenos dómines, han tenido, tienen¡ ¡Yonquis del dinero!, remató muy espontáneo, como extinto torero, uno de los bribones. Les faltó mascullar, más, lo filosofan: -¿El dorado? Ji, ji. Génova 13 Madrid.
La inercia delictiva acaudilla atiborrada de energía. Su acumulador, por componentes, de cierto, nada ecológicos, “jueces, fiscales, Tribunal de Cuentas, Banco de España, agentes de seguridad, empresarios,…. y acólitos”, parasitando, prevaricando, recarga sin complejo ni descanso; cebando faltriqueras, cortocircuitando nuestras vulnerables, vulneradas, instituciones.
La ineptitud, negligencia e irresponsabilidad del dejar hacer, -no pueden, no saben, no quieren-, engrasa con manteca de cerdo, la infausta facilidad e impunidad, con que estos delfines de argucias franquistas, con ritos de urbanidad en el ámbito canalla, amplían sin aflicción, sin tregua, sin vergüenza, su, rumian ellos, cortijo y, por derecho divino, sólo oligarcas, sus caciques privilegios.
Con gollete cercado de sudores pornográficos, zanganean con maletines cebados de oro y vicio. Medios de información, como The Economist, nos amonesta y ubica fuera; especifican:“de lo que se podría llamar la primera división de las democracias del mundo”.
Los que con objetividad y comedida pasión, quieran, queramos, avivar los sentidos y analizar los porqués que nos ubican en esta más que turbadora perspectiva, debemos admitir, que la alarma, su sirena, pregona tiempo ha, con cacofonía discordante, que la bruma prueba difuminar, -ya más que bosquejo-, la proyectada mala praxis, siniestra, delictiva, de procesos que la sociedad, turbada, percibe, padece.
Entre tantos y tantos: ¿cuántos? Demasiados. Como:
-Los gravísimos, apodados, Gürtel, Kitchen; perversos como el procedimiento malsano, patológico, de jueces y fiscales, -aprendices de dictador- apuntalados por la derecha, que entre otras prevaricaciones y maldades contra partidos políticos, acosan y persiguen a honestos ciudadanos, con graves repercusiones en su modus vivendi, en su dignidad; castigo colateral para sus familias, amistades.
-Las infernales inmatriculaciones, permiso para robar patrimonio de todos, patrocinado por el genocida Franco y refrendado, incrementado por un nativo heredero, Aznar y, ratificado por otro que tal cabriolea, Rajoy; más la nueva directiva de esta banda blanqueada en partido político.
-La venta de vivienda protegida de Ana Botella, avarienta ella y familia, desahuciando y complicando aún más la existencia de los que más atención necesitan. ¿Hay algo más miserable?
-EL tamayazo de Aguirre, y su malversada ciudad de la justicia, para embolsarse mordidas.
-El trágico, brutal genocidio organizado por Isabel Ayuso y sus cómplices en las residencias de mayores, cuyos familiares y afectados esperan la acción de la ¿justicia?
-La ley mordaza, que planea sobre nuestras cabezas; infame y codicioso ataque, de mentalidades caciquiles, fascistas, medievales, a derechos y libertades, conseguidos con noble épica por nuestros mayores
-El dinero prestado a la banca, que no quieren devolver y los responsables que cocinaron esta mega estafa, en sus confortables mansiones con buenos vinos y delicatesen, callan.
Larga es la lista de tanto listo y colosal trasgresión.
Lo referido, lo que sabemos, más lo que día sí otro también nos va anonadando, envaina con hedionda calima la ética, la honorabilidad, ensombreciendo la excelencia y dignidad de nuestra convivencia, de nuestra identidad.
Exhortando el inmemorial “¡ábrete sésamo!”, perfilo más en la causa que alarma, no sólo a mí; ¡turbador asunto! inexcusable, necesario, esencial: Ilegalizar un partido político.
Hablo, del partido político, que ha malversado, malversa, espolia nuestros recursos, manipula elecciones, -golpista-. El que con lo robado pone y quita jueces. Usufructúa, entre otros, el ministerio del interior, confabulado con la policía patriótica complota, para menoscabar la honorabilidad de otros partidos, adulterando, atropellando las reglas de la democracia, que con tanto dolo conquistaron, reafirmo, nuestros mayores.
Hasta la fecha, su piratería no cesa. Continúan haciendo alarde del libertinaje, impertérritos, sin temor, a consecuencia alguna en lo tocante, (por mega-delinquir), a su ilegalización, que le correspondería, corresponde, si se aplica, porque procede, la “ley Orgánica 6/2002 de Partidos Políticos, aprobada el 27 de junio de 2002. Siendo el órgano competente para ello el Tribunal Supremo. Tribunal, donde la imparcialidad y honorabilidad, están en busca y captura.
La corrupción, lo sabemos, viene, convive con los pueblos desde que establecieron las nociones del comercio. Cuando fueron conscientes que con añagazas y triquiñuelas, asaltando el poder, se enriquece uno antes. Dejo atrás esos primitivos pasos entre grutas trogloditas y animales cavernarios y me centro en una época más contemporánea, más fronteriza a nuestra memoria.
La cruel y genocida dictadura, sistematizó la corrupción. Para eso son las dictaduras en tanto resisten, -dicho de una forma muy simplista-, para hacerse ricos sin riesgo alguno; aumentar sus arcas y custodiar sus caciques privilegios con el empleo de la fuerza: sembrando terror.
Poderes económicos, desde la sombra, para su ganancia, sin afectarles los crueles métodos del déspota de turno, instalan y ceban al dictador; fanático religioso y exaltada ideología; con ambición de poder a causa, siempre, por carencias afectivas, intelectuales y o patologías varias, que al distorsionar el crecimiento ético, perturba, más si cabe, los traumáticos complejos, que trajina aplacar con tiranía, sobre otros, claro. Todo dictador es, simplón, avaro, codicioso, extremista, alucinado, fascista y muy fanático-religioso; resuelto, pavorosamente cruel. Y de esa camada, vino Alianza Nacional, albañal del franquismo, fundado por ministros del dictador, 1977, refundado en 1989, en el Partido Popular sobre el que recaen, nada menos, de momento, tres sentencias que lo declara: peligrosa banda criminal organizada. Con guarida, remozada con dinero robado, en Génova 13 Madrid.
La terrífica maraña tejida por el franquismo, invisible para los que no quisieron ver, sigue, en su ambición desenfrenada, -alucinada gárgola por el que destila un tiempo envilecido, carroñero-, rehilando su criminal escenario, reforzando sus reglas mafiosas, controlando los turnos y plazas, propicios a su rapacería; instituyendo otros estratos, nuevas dimensiones donde la ética, en su familiar ámbito canalla, no tiene asiento. Nombres como Fraga, Aznar, Rajoy, Aguirre, Casado, Feijóo, Ayuso, Almeida……….etc, cabezas de la misma hidra, son reverbero de lo dicho. Estoy señalando al partido popular, estoy debatiendo sobre los que en al menos tres ocasiones, enfatizo, han sido condenados por robar, manipular contratos, malversar en infraestructuras innecesarias, para cobrar mordidas y, por no extenderme, amañar elecciones, manejando delictivamente, a su guisa, los ministerios, del interior, justicia, fuerzas de seguridad, medios de comunicación; financiando con dinero robado al Estado, nuestro, sus comicios, sus bolsillos.
Alguien dejó escrito: “La razón es el alma de toda ley”.
Si La República, cuando Franco masacró a los trabajadores en huelga, durante la revolución de Asturias, 1934, no hubiera cometido el error de mandarlo “exiliado” a Canarias, lo hubiese juzgado y condenado en su momento, la historia podría ser otra, quizás, menos truculenta. Y millones de personas no habrían padecido persecución, exilio, tortura, cárcel, ni perdido lo más valioso, la vida.
Si cuando los desalmados cabecillas de las Azores, Aznar entre ellos, hubiesen sido juzgados, por crímenes de guerra, quizá el codicioso dictador Putin, con inversiones, propiedades, e intereses en Europa y otros países, se habría pensado más detenidamente lo de invadir Ucrania.
Con esto, (podríamos poner más mal-ejemplos), pretendo significar, vaticinar, plantear, denunciar, que si la sociedad en tiempo, deja de cumplir con la obligación de perseguir y sancionar a los responsables de gravísimas y violentas maquinaciones, de delitos corruptores, sin dejar cristalino que no habrá sosiego para los malvados, estos, otros, al ver tanta y diseminada impunidad, ancha es el orbe, continuarán desplegando sus hordas del mal. Y, perversidad mayor; estos subyugados niños, niñas, malcriados, compinches con la extrema derecha, con fascistas, persistirán en sus modales, practicando bullying, que llamo politbullying, desde su posición jurisdiccional, congreso, senado, acosando a los que consideran, en su cincelada cerrazón, rivales ilegítimos, a los que fueron elegidos en las urnas.
Acosan durante las sesiones, desde los medios de comunicación, desde su avaricia,tratando retrasar, obstaculizar el final del arcaico sistema feudal y su incultura caciquil, dilatar el ocaso del sanguinario, pederasta y depredador de nuestros recursos, “nacional catolicismo”.
Más aún; entorpeciendo, aplazando, el acceso de una derecha más civilizada, más leída, menos fanática, más ecuánime, más europea. Menos yonki del dinero.
Tenemos en nuestras manos, la legislación lo avala, la potestad, responsabilidad, obligación, de aplicar la ley de partidos, a un partido que ha vulnerado, de manera reiterada, con terribles daños colaterales, sin final a la vista si lo dejamos estar. Es nuestro deber, compromiso de todos, exigir su ya tan retardada ejecución. Es imperativo, con la ley en la mano, su ilegalización para conseguir más dignidad, más eficacia, más excelencia democrática.
“Un partido será declarado ilegal cuando su actividad vulnere los principios democráticos”, según establece la Ley Orgánica 6/2002 de Partidos Políticos, aprobada el 27 de junio de 2002. El órgano competente para ello es el Tribunal Supremo”.
Ateniéndonos a esta legislación, ¿cabe duda alguna sobre que el pp ha profanado casi todas, si no todas, que le hacen meritorio, sí o sí, de su necesaria, inexcusable, urgente, ilegalización?
Podemos, si la justicia cumple con su labor, será histórica, de confinar esta caciquil derecha en el bargueño de los bribones recuerdos. Una derecha que su jefe, retratado en lancha navegadora con narcos, pretende nada menos, que posar su traseira en La Moncloa. Una derecha antidemocrática, que simula nobles liberales intenciones; que en su gestión, tan sólo defiende la soberanía de sus dineros de opaca procedencia y su bellaco acreciento, esquilmando los recursos de todos.
Apremia, cortar su cordón umbilical con el apocalíptico franquismo. Apartar de nuestras instituciones, de una vez por todas, a estos amaestrados herederos malcriados, repito, con ritos de urbanidad en el ámbito canalla, que no cesan de berrear, patalear, difamar, pues que, bien adoctrinados, fanáticos ellos, en su delirio, rumian, se lo entallaron en su psiquis, creen, -surrealista, pero cierto-, que el poder les pertenece por estatuto celestial.
Una vez ilegalizado el partido popular, cortado el acceso a nuestro patrimonio, que no para de privatizar y adjudicar a manos amigas, la derecha, ante esta realidad, inédito contexto, tendría, tendrá que fundar uno nuevo; libre de ludópatas, con mente más templada, europea; sin tan enfermiza fobia a gobiernos democraticos.
¿Utopía? Cuándo en toda sociedad íntegra es utópico aplicar la ley. Inhibirse, cuando la razón lo exige, sí resulta despótico e irresponsable. Todo caciquismo, corrompe, saquea, ahí donde extiende sus garfios. Ganzúas tienen estos de los que platico desplegadas por todo el territorio.
Si persiste la burla a la legalidad, sufragando la delincuencia, al no activar la ley de partidos a los que compete, serán los ciudadanos, reunidos con las fuerzas del acreditado 15M, más todos los que deseen exterminar las cloacas, los que tengan, tengamos, que desplegar la voz, en el ágora. Acudiendo a la justicia Europea si fuese necesario, para exigir que el saqueo de la banda criminal organizada, con guarida, pagada con lo robado, en Génova 13 Madrid, cese; y, que la ley Orgánica 6/2002 de Partidos Políticos, se aplique. Dificultando de una vez por todas, enrejando, la posibilidad de que continúen con su “exitosa-delictiva-praxis”.
El 1 de junio de 2018, con la colaboración de todos los partidos elegidos en las urnas, la presión de jubilados, estudiantes y millones de ciudadanos, el gobierno del envilecido partido popular fue expulsado de nuestras instituciones. Más no fue suficiente, no lo es aún.
Sigue pendiente, destruir el troquel con el que fabrican miseria. Nuestra democracia precisa con apremio ser saneada, desinfectada de aquello, que frena y turba su reforma. Parece que hay que ser valeroso, cuando simplemente es lo justo, coherente, para decir a las claras, sin miedos ni con la boca chica, que la inaplazable ilegalización del partido del que hablamos, supondrá un ahorro de tiempo y dolo. Será el fin una transición acaudillada, sin decencia, por la derecha. Quizá, tal como lo he considerado, conformará, así lo creo, el principio del fin de la desalmada, cuatrera e imperdonable estela traicionera del apocalíptico franquismo. Hará que las desigualdades sean enmendadas con más ecuánime premura y raigambre. Lograr una democracia más insobornable, menos corruptible, más social: División de Honor.