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Lo que diga la última lágrima

03 de Mayo de 2024
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Lágrimas

Lo que va a pasar con el Cambio Climático será lo que diga la última lágrima, sí, cuando ya dignamente pueda decirlo sin censuras y sin persecuciones políticas o religiosas. ¡Más claro el agua pura!

Lo que conquistará más la injusticia en el mundo, gracias a tantos imbéciles que siempre “van de buenos”, sí, lo que dominará y humillará más la injusticia, sí, lo que blanqueará de “todito está bien” más la injusticia, sí, lo que siendo bien exterminará más la fatal injusticia, será lo que diga en perdición la última lágrima. ¡A ver!

Lo que Vox, con su sutil franquismo, va a engañar a todos los españoles (estos ya casi sin neuronas de tanta manipulación o antipensamiento que afrontan) y aun va a engañar ya hasta a la misma decencia o luz infinita del alma, será lo que diga la última lágrima, la ultísima, viva o muerta.

Lo que aguanten tantas víctimas del machismo, tantas víctimas del clasismo, tantas víctimas de la telebasura del diablo, tantas víctimas del neofranquismo, tantas víctimas de la sobreexplotación laboral, tantas víctimas de la mentira religiosa, tantas víctimas de la “justicia parda” de España o tantas víctimas de ese infierno del silenciar a la verdad, será lo que diga la última lágrima. ¡Qué vamos a hacer!

Lo que piense Dios o no piense, lo que piense el Papa mientras adula a los “especuladores de la guerra”, lo que piense Netanyahu si es que piensa, lo que piense el Sol de tanta miserable vanidad y mentira, o sea, lo que piense la famélica o cadavérica esperanza, será lo que diga la última lágrima. ¡Que no es poco!

Lo que logren las primaveras en la sequía, lo que ganen los desterrados, lo que ignoren los verdugos de Mediaset, lo que caminen los horizontes, lo que sonrían los niños destripados de Gaza, lo que presuman los locos que Pablo Motos lleva a su loquísimo programa, lo que medien (por pillo-reconciliaciones) los cantamañanas de la “inteligencia emocional” de mierda, sí, será lo que diga la última lágrima. ¡Algo es algo!

Lo que me quede o no me quede, ¡oh!, lo que se olvide de estar ya olvidado, lo que aún más cae porque siempre en automatismo lo hizo, lo que nos llame estúpidamente sin haberlo en libertad pretendido, ¡oh!, lo que se mal valore de tanta repugnante vanidad-hipocresía en valoración, lo que sea sin haber existido, ¡oh!, será lo que diga la última lágrima.

¡Qué expectación!

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