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¿Menos cargos electos y competencias como base de la regeneración democrática?

31 de Mayo de 2016
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La pérdida de confianza de los ciudadanos frente al sistema político, el desprestigio de los políticos por motivos de corrupción y la incapacidad de los gobiernos a la hora de plantear soluciones a los problemas cotidianos de la ciudadanía, están promoviendo la pérdida de legitimad de la democracia representativa y acrecentando la brecha entre el pueblo y los gobernantes.Mientras, los estados regulan su intervención económica con el único objetivo de ayudar a los que no lo necesitan, a los ricos, al tiempo que permiten una especulación financiera que sólo genera rentabilidad a las grandes riquezas, que acumulan cada día mayor capital.Así las cosas, el lucro de las personas que más tienen resulta rentable, la democracia no.  El mundo financiero global genera mucho beneficio económico en poco tiempo pero no produce nada útil para la sociedad. La democracia participativa y la participación democrática, suponen un peligro para el poder establecido y para el poder económico, de ahí el interés por reducir el número de diputados regionales y las competencias de las administraciones locales. Eso sí,  presentadas como solución y como medida de ahorro económico, todo cocinado en la trastienda de la regeneración democrática.¿Aceptaría la sociedad española que ante los problemas económicos y el endeudamiento de los equipos de fútbol la solución pasara por reducir, en 2 o 3, el número de jugadores en el terreno de juego? Probablemente no, ni aunque se incluyeran medidas paralelas como la reducción del tamaño del campo de fútbol.Reducir el número de representantes públicos, así como las competencias de los ayuntamientos,  han sido dos de las grandes propuestas del PP para cumplir con el déficit y garantizar la estabilidad presupuestaria. Cierto que las políticas europeas y los tratados que agreden los derechos de las clases trabajadoras e imponen privatizaciones y austeridad no ayudan mucho, y que el estatuto y carácter del Banco Central Europeo debería modificarse, pero… ¿aceptaríamos que la FIFA propusiera estos cambios en las reglas del juego? Sin duda no. Pero la sociedad se siente identificada con los colores de su club y por el contrario la política se ha convertido en un problema y en una de las principales preocupaciones de la ciudadanía, donde la oligarquía política en nada contribuye a la consolidación de los valores democráticos ni al prestigio del sistema político.La verdad es que el número de cargos políticos en España es elevado, pero también es cierto que menos de la mitad son cargos electos, el resto son asesores, directores y personal de confianza, elegidos a dedo por una élite que está en el poder para mantenerlo y que lo gestiona para seguir controlándolo, y el anuncio de muchas de estas medidas sólo tiene fines electoralistas frente al resto de fuerzas políticas.Esta situación me lleva a pensar en un clásico de la novela picaresca,  La busca, de Pío Baroja, que escrita a principios del SXX hace referencia a la extendida idea de regeneración de la época, que si bien empezó por querer reformar y regenerar la constitución, concluyó en la novela en el nombre de un establecimiento, cuando el dueño de una zapatería pone el presuntuoso rótulo “A la regeneración del calzado” en señal de desafío a la zapatería de enfrente, y que fue contestado con otro aún más presuntuoso “El león de la zapatería”, dejando la idea de regeneración más en la fachada que en la verdadera raíz del problema.
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