23 de Abril de 2025
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España merece tener memoria. Olvido

La Memoria no es sólo el recuerdo, se construye también  mediante el olvido. De ahí lo selectivo del proceso y lo subjetivo, frente al análisis crítico de la Historia y el manejo de fuentes que los historiadores consideran más racionales.

Sin embargo, desde mi punto de vista, hay que ser prudente y poner en el ámbito de la duda la fiabilidad de las fuentes, según la procedencia. De esta forma, hemos podido comprobar en nuestras visitas a los diferentes Archivos que determinados acerbos documentales que tienen su procedencia en regímenes dictatoriales  fuerzan, a propósito, un relato destinado a su legitimación.

Así se construye un impuesto juicio de valor sobre las personas investigadas ( en el caso, por ejemplo de expedientes o informes policiales, incluso de sentencias judiciales amparadas en sistemas nada democráticos y en los que la defensa queda prácticamente anulada con la denominada  “ justicia a la inversa”).

De esta forma, muchas personas investigadas, enjuiciadas, incluso asesinadas, ven reflejadas un supuesto perfil personal, tan falso que ahora, décadas después, sus familiares pugnan por reivindicar su auténtica realidad. Así, al menos se restaura, aunque sólo sea simbólicamente, el daño causado.

Por otra parte, por supuesto que las Dictaduras también tienen Memoria Histórica. Está basada en el miedo y en levantar oscuridad sobre lo construido anteriormente y destruido con los golpes de Estado. Hacen especial hincapié en la educación y la cultura.

Pese al debate académico sobre la contradicción entre ambos términos ( Memoria e Historia) me sirve de argamasa para seguir defendiendo y apoyando aún más el concepto de Memoria Democrática: la necesidad de mantener, conservar y consolidar los valores democráticos y su contraposición con los valores de la Dictadura.

Son las ideologías identitarias de los regímenes no democráticos que tan bien ha estudiado el profesor César Rina: la nomenclatura de las calles ( no exentas de inconvenientes para la ciudadanía, tema nada novedoso y actual) y la creación de espacios simbólicos.

Más ejemplos los tenemos en la educación de la población para la celebración de actos públicos masivos ( supuestamente “espontáneos”) o los reconocimientos honorarios a personajes que tenían una misión pedagógica entre la ciudadanía como forjadora de Memoria.

Algo similar está haciendo en la actualidad el PP de Extremadura. Al contrario que la derecha europea, moderna y moderada, con la propuesta de Ley de Concordia no sólo pactan, se abrazan y se echan en manos de la extrema derecha, como preclaros nostálgicos del Antiguo Régimen.

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