«La historia de Izquierda Socialista es, a su vez, concreción de un anhelo y expresión de una tradición histórica que el Partido Socialista Obrero Español exhibe con orgullo: la de una pluralidad ideológica convertida en seña de identidad de nuestra organización. Que estimula el pensamiento crítico y la defensa de postulados que, en ocasiones, podrán ser divergentes. Pero que comparten la común aspiración de construir un país y un mundo mejor desde la igualdad y la justicia social.» Pedro Sánchez Pérez-Castejón
Menuda hipocresía esta dedicatoria de Pedro Sánchez en el libro sobre los 40 años de Izquierda Socialista. Lo inexplicable es que Izquierda Socialista se haya prestado a esta burda maniobra, cuando en los dos últimos congresos federales el 39 y fundamentalmente el 40, celebrados en junio de 2017 en Madrid y octubre de 2021 en Valencia respectivamente. Pedro Sánchez con todos sus homólogos territoriales y acólitos, les dio un trato realmente vejatorio. Eso ha sido como consecuencia de Izquierda Socialista, haber creado sus propios aparatos territoriales y sus respectivos dirigentes, dedicarse a recoger “las migajas" que les han ido dejando los oficialistas.
El 40 Congreso Federal en su diseño, organización y desarrollo, fue desde posiciones democráticas, auténticamente bochornoso y cargado de pleitesía a Pedro Sánchez. Los dirigentes territoriales se autoeligieron como cabezas de delegación, e impusieron a sus acólitos como delegados en sus zonas y el colmo fue que, entre ellos, hicieron cribas a las enmiendas presentadas a la ponencia marco, por la militancia en sus respectivas agrupaciones, impidiendo que muchas de las mismas pasaran al congreso. Tampoco se permitió el debate y la preceptiva votación a la gestión de la Ejecutiva Federal y lo mismo que había ocurrido en el 39 congreso se boicoteó la posibilidad de Juventudes Socialistas y de la propia Izquierda Socialista, para poder expresarse y reivindicar un referéndum a favor de la República. ¡Como ha cambiado y se ha degradado el PSOE!.
Ahora Pedro Sánchez se ha dado cuenta del peligro que como en tantos otros países, corre la democracia en nuestro país, estuvo incluso alardeando de que la nuestra era una “democracia plena”, hasta que se ha visto personalmente afectado por la miserable campaña detractora a la que viene siendo sometida su mujer Begoña Gómez. Sin embargo, inexplicablemente miraba de perfil y no reacciono mientras esto mismo ocurría a otras personas, como fueron los casos de Victoria Rosell, sometida a una campaña de difamación por el corrupto y delincuente juez Salvador Alba, que contó con la complicidad del más que indecente e igualmente corrupto exministro José Manuel Soria. Lo mismo les ocurrió a Juan Carlos Monedero, Pablo Echenique y Mónica Oltra que se vio obligada a abandonar sus cargos de Vicepresidenta y portavoz del Gobierno Valenciano.
A Alberto Rodríguez, con la connivencia de la presidenta del Congreso de los Diputados Meritxell Batet con el Tribunal Supremo, le quitaron el acta de diputado por la provincia de Santa Cruz de Tenerife. Intolerable el escrache al que fueron sometidos Pablo Iglesias cuando era vicepresidente del Gobierno y su pareja la ministra Irene Montero, junto con sus hijos durante varias semanas y diariamente, delante de su vivienda por bandas de fascistas. No se explica como a éstos miserables, se les autorizaba por la Delegación del Gobierno de Madrid este tipo de actuación.
Pedro Sánchez pudo y tendría que haberle organizado como presidente de la Internacional Socialista, un acto de solidaridad y desagravio en Lisboa, a su homólogo portugués el primer ministro Antonio Costa, que, con bulos y mentiras, se vio sometido a una miserable campaña detractora y, con mucha dignidad dimitió de su cargo y como era de esperar, se demostró su inocencia.
En mi caso y después de cerca de 52 años como militante, me he dado de baja del PSOE el pasado 15 de marzo, por su falta de democracia interna, hasta el extremo de incumpliendo el derecho fundamental de reunión y expresión, desde abril del año pasado cuando quien en aquel entonces, era alcalde de mi ciudad el “socialista” Augusto Hidalgo (ahora “cambiándose los cromos” entre ellos, pasó a ser vicepresidente del Cabildo de Gran Canaria), se impuso como secretario general de la agrupación local (juez y parte). Desde ese entonces, ha estado impidiendo a la militancia utilizar la sede, para con sosiego y constructivamente, tener debates y libremente poder expresarse y sacar las oportunas conclusiones sobre temas de gran importancia.
Así y todo, soy consciente de que para cerrarle el paso a la reaccionaria derecha extrema del PP y fascista extrema derecha de Vox, en las muy importantes elecciones europeas y generales que marcan el modelo de Sociedad, votaré por el PSOE (independientemente de quien opte a la Presidencia del Gobierno). De ahí hacía abajo en las demás elecciones, mis votos serán nulos (sería masoquista si se lo diera a Augusto Hidalgo y compañía) y en los mismos, consignaré mis principios y convicciones, como suelo hacer para el Senado: “cámara inútil y nido de enchufados que, nos cuesta mucho mantener y habría que disolver”.