Me encantaría volver a pensar que la culpa de todos nuestros males la tiene la derecha, tal y como viví 30 años haciéndolo.
¡Qué ahorro de tiempo y de energía mental suponía el disponer de un chivo expiatorio al que endilgarle su total responsabilidad en la situación del desempleo y la precariedad juvenil, la violencia contra la mujer, las catástrofes naturales, un apagón, una masacre en tierras lejanas financiada con cargo a tus impuestos, un nuevo (enésimo) latrocinio cometido en tierra propia...!
Pero es que resulta que con el tiempo, y ya luego las canas, descubrí que la (así llamada) izquierda, ejecutaba estructuralmente las mismas prácticas corruptas, mentirosas y propagandísticas, clientelares, acaparadoras y perennizadoras del poder, belicistas, privatizadoras y desmanteladoras de servicios, explotadoras de la clase trabajadora y de los países en vías de desarrollo, favorecedoras de oligopolios y protectoras de las grandes empresas y fortunas, censoras y represoras de la libertad, iatrogénicas y genocidas, hiper contaminantes y en suma desastrosas.
Eso sí, comprendí que la segunda perpetra todo ello con 5 diferencias fundamentales que la hacen aún más insidiosa que su gemela diestra:
- se apoya para robar y traficar, para con y desde el poder, de un legado que arropa a su particular mafia con un aura de legitimidad histórica muy eficaz, así sea que ese legado sea totalmente inventado, parcialmente verdadero, mixto o con dos lonchas de queso y una laminita de pepinillo.
- se apoya para cometer todas esas tropelíassobre el discurso de la responsabilidad colectiva (tragate este sapo o inoculate este veneno por tu bien y el de tu abuela y tus hijos y nietos) que no por viejo y falaz resulta menos eficaz para mantener adepta, afiliada o cuanto menos conforme, a una enorme porción poblacional (de buena gente, en el buen sentido machadiano pero también también en el mal sentido de la candidez suicida).
- en regímenes no totalitarios, logra la (así llamada) izquierda enquistarse en el poder mucho más tiempo que una derecha que gobierna siempre para unos pocos, pero es que esos pocos tienen la costumbre empresarial de cesar al incompetente o al que deja de servirles adecuadamente, mientras que la abnegada izquierda mantiene a su corrupto al frente contra viento y marea, bajo la eficacísima doctrina del "miedo a que venga un corrupto colocado por la derecha".
- hace todo ello la izquierda machacando y exprimiendo aún más si cabe a la clase trabajadora a base de impuestos directos e indirectos acrecentados, un mayor trabajo de sicariato fiscal, y endeudando más al país para mayor gravamen de las generaciones jóvenes y futuras.
- logra mantener las calles vacías y las bocas cerradas de manera mucho más eficaz que la derecha, porque lo hace por seducción (propagandística), por cooptación y pago masivos (vía subida salarial al funcionariado, paga a los pensionistas, bonos a la pobreza, financiación de partidos y sindicatos y medios de comunicación, subvencionismo oenegeros y asociativo), mientras que la derecha falla siempre en esta tarea, ya que mediante la cooptación y pago selectivos (vía rescates y exoneraciones fiscales a los "creadores de riqueza), y el palo, igualmente selectivo, a las clases trabajadoras, no se consigue sino provocar y exacerbar la movilización ciudadana.
La (así llamada) izquierda, abusando de su mejor pertrechamiento histórico, discursivo y programático para acceder al poder y conservarlo, abona el terreno para la llegada de una derecha que siempre acude como ave carroñera a aprovechar los restos del desastre causado por su hermana dispendiosa y a administrar la continuación del sistema, pero por medios austeritarios y más directamente autoritarios.
Se cierra así, con este grosero juego del poli bueno y el poli malo, este perfecto infinito bucle sobre nuestras existencias cautivas, inermes, estabuladas, condenadas a la reproducción de las élites parasitarias de nuestra energía y nuestro tiempo de vida.
Ahora, tú decides, si defiendes y votas al "menos peor" de los dos extremos del mismo tinglado.
Yo no. Desde luego.