Hace unos días Cruz Roja española ha presentado un informe bajo el epígrafe ‘La crianza en la Primera Infancia’. Dicho informe estudia y analiza la vulnerabilidad social de las familias con hijos de 0 a 6 años atendidas por la organización y el impacto que la COVID-19 y los distintos factores de riesgo en los ámbitos de empleo, ingresos, salud, vivienda, redes de apoyo, acceso a la protección social, etc. tienen en la crianza.
El estudio establece que la situación ha empeorado sustancialmente respecto a antes de la pandemia, ya que el 55% de las personas atendidas están en situación de desempleo y cerca del 40% de los hogares tiene a todos sus miembros en paro. El 90% de las personas que tienen empleo son trabajadores pobres. El 96% de los hogares está en riesgo de pobreza y exclusión social y el 54% experimenta privación material severa. Además, el 83% de las familias está en situación de pobreza extrema y tres de cada cuatro hogares no pueden asumir gastos de salud de sus hijos e hijas como gafas, audífonos o copagos.
Por otra parte, el 31,3% no pueden permitirse una comida con proteínas 3 veces en semana, y el 52,2% experimentan pobreza energética.
En relación a la protección social, cabe destacar que el 10% de las familias no recibe ninguna ayuda de tipo económico. El 42% percibe prestación por hijo a cargo. La sustitución de esta prestación por el Ingreso Mínimo Vital no está siendo automática (lo que genera gran vulnerabilidad). Solo el 15,3% es beneficiaria del bono social, lo que pone de manifiesto las barreras de acceso a las medidas de protección contra la pobreza energética.
Este demoledor informe ha pasado de incógnito para los políticos, porque unos están enfrascados en justificar los indultos y los otros en utilizarlos para erosionar al gobierno con este asunto. La Agenda 2030 no terminar de llegar ni plasmarse y anuncia un mundo feliz para el 2050, pero proponiendo más de lo mismo.
Por su parte, la derecha, en sus tres versiones, ajena a esta preocupante situación social, encuentra motivo en el tema de los presuntos indultos a los presos del procés para movilizarse y anuncia una reedición de la foto de Colón porque con el mayor cinismo dicen que pone en riesgo la convivencia, la paz social, la justicia y la propia Constitución.
Sin embargo, en la demoledora realidad social que dibuja el informe de Cruz Roja no encuentran ocasión para una movilización, porque no apreciarán que con esta situación ponga en riesgo esa paz social ni el cumplimiento de esa Constitución que tanto dicen defender, ni tan poco los acuerdos internacionales en materia social suscritos por nuestro país.
Sin entrar en más profundidad en relación con los derechos sociales del texto constitucional le tenemos que recordar que el artículo 1.1 define literalmente a España como un Estado social y democrático de Derecho. Avergüenza sobremanera que, para tantas familias, tantas personas y tantos niños, el texto constitucional sea tan solo papel mojado y sea utilizado como arma política arrojadiza de unos contra otros.
Tampoco los medios de comunicación han encontrado espacio entre tanto debate sobre el indulto y la movilización de la derecha política, para ocuparse del informe de Cruz Roja. El sensacionalismo de los indultos debe vender más que reflejar una preocupante realidad social, olvidándose que tarde o temprano esta realidad terminará explotando y entonces sí ocuparán portadas y espacios televisivos en los que concienzudos contertulios analizarán las consecuencias, pero sin tener en cuentas las causas.