Julián Arroyo Pomeda

La política se ha sumido en el caos

26 de Noviembre de 2024
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caos

No quiero caminar entre locos, dijo Alicia. Oh, no puedes hacer nada, le respondió el gato, todos estamos locos aquí.” (Lewis Karrolt)
 

La noche del jueves 22 de noviembre Víctor de Aldama salió de la prisión donde estaba recluido. Al día siguiente, numerosos periódicos proclamaban la noticia con gran alboroto. El ABC, por ejemplo, titulaba en su editorial: "Un testimonio devastador" y destacaba en portada: "Aldama abre en canal al PSOE". El Mundo denunciaba una "corrupción integral en el Gobierno y el PSOE". Ayuso añadió: "Si los electores toleran esto, España se ha vuelto loca".

Esto es significativo, ya que tapa el desgaste al que han sometido a Feijóo en la Comunidad Europea, entre otras cosas. Los mentirosos siempre buscan convertir las mentiras en verdad. ¿Qué ha sucedido con Aldama? Estaba bien preparado para hablar y desató su lengua, revelando todo lo que guardaba, proporcionando material a todos los que lo escuchaban. Sabe que si descubren sus embustes no le pasa nada, porque fue a declarar voluntariamente y no tiene obligación jurídica de decir la verdad.

Su objetivo era conseguir un trato favorable para su caso a cambio de una total colaboración con la justicia. Ya lo ha conseguido, porque de momento ha sido excarcelado. Por tanto, su situación ha mejorado notablemente. Esto es así.

Ha lanzado bombazos con absoluta seriedad en el interrogatorio. Y de este modo ha conseguido lo que deseaba. Sus armas han sido de destrucción masiva, aunque luego no las tenga. No ha aportado ninguna prueba, aunque sí amenazó con fanfarronería al Presidente del Gobierno que las tiene y las presentará.

No le ha faltado dramatismo, apuntando a todos en la cabeza. ¿Por qué no ha presentado las pruebas ya? Puede que para alargar la agonía y para escarmiento de la totalidad de implicados. También está consiguiendo lo más horrendo: que el presunto condenado tenga mayor credibilidad que nadie. La justicia ha de dar validez al inocente, mientras presenta el material probatorio. Por ahora solo tenemos su declaración verbal.

La oposición política está realmente en marcha. Es como un tipo de realismo ingenuo que incluso García Márquez envidiaría. ¿Cómo se puede creer a un presunto delincuente sin pruebas? La Fiscalía Anticorrupción considera “sincera” su declaración. Veremos qué ocurre cuando se presenten pruebas, algo que hasta ahora no ha sido necesario para la prensa sensacionalista, que lo considera más que suficiente.

La oposición política va más allá. La corrupción se encuentra en todos los rincones del Gobierno. Por esto salieron ellos y ahora no pueden deshacerse de él. ¿Qué esperan? Su líder ya lo ha dicho: les faltan seis votos. Con estos antecedentes, deberían presentar ya una moción de censura en lugar de delegarla en otros.

Si no ganan, no pierden su dignidad. Creo que conseguirían más votos, mostrando a los ciudadanos otra forma de gobernar. Quedaría claro lo que piensan de casi todo y ganarían confianza. Continuarían atrayendo a los votantes. Podrían olvidar el ridículo que han hecho con la amnistía y el miedo que muestran a la degustadora de la fruta, con el apoyo a Mazón, al que deberían haber pedido su acta, con la vergüenza de apoyar a los radicales de la derecha y su mal comportamiento en la Comunidad Europea. Han alcanzado el colmo del ridículo.

Se han quedado solos en Europa, haciendo el ridículo más espantoso. Incluso sus compañeros internacionales los han marcado, pero siguen vociferando. No dejan títere con cabeza y no aciertan ni una, razón más que suficiente para esconderse y no dejarse ver. Les convendría una cierta discreción y dejar las fanfarronerías.

Deberían prepararse para cuando les llegue el momento de presentarse a las elecciones. No se improvisa en unos meses. Hay que ser capaces de atravesar el desierto solitario y mostrar siempre su creencia en el Estado, sin equivocarse Los actos de Estado no pueden confundirse con los del Gobierno. Este sí merece críticas adecuadas para que corrija sus errores. En cambio, el Estado es soberano, gobierne quien gobierne, colaborando todo lo posible.

En la desgracia, hay que despojarse de los anillos y arrimarse al pueblo, manchándose, si fuera necesario. Estar en los lugares solo para apoyar a los míos cuando son de lo más incompetente, no. Hay que actuar con decisión en caso de necesidad, y en Valencia lo ha sido. Han dejado la callada por respuesta. Nadie perdona la locura política en la que estamos cayendo.

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