El PSOE es ese viejo burócrata sesentón, cansado, descreído, amargado y gris que está esperando que den las tres para fichar desde su puesto de funcionario e irse a su casa a encontrarse con una mujer a la que ya no ama y dos adolescentes ingratos a los que detesta. Y así, sin el menor resto de espíritu contestatario o ambición transformadora es imposible hacer nada. La izquierda nunca es moderada y su aspiración es el cambio. En Occidente, hasta la disidencia está integrada, y el PSOE es el mejor ejemplo de esa simbiosis y de la renuncia a los sueños colectivos. De este partido no saldrá nada nuevo y votarles es votar una gestión fría, mentirosa y plana que no cambiará nada. Si algo es el PSOE es uno de los pilares del sistema neoliberal en nuestro país o, dicho de otro modo, uno de los dos brazos políticos del terrorismo neoliberal que acabará destruyendo todo lo humano. Su corrupción es como un recordatorio de que son tan sistémicos y de derechas como el PP, pero con otras siglas. Para el PP, pese a su discurso, la corrupción no constituye una preocupación ética, sino la circunstancia que por desgaste del PSOE puede llevarlos a la Moncloa.
Pero resulta que la izquierda, pese a que la moral de la tropa está por los suelos, todavía tiene una bala, y es que la ultraderecha carece por completo de inteligencia, por eso se muestran sin reparos. Los bárbaros que se han manifestado estos días en Ferraz haciendo el saludo nazi, portando banderas preconstitucionales y lanzando vivas a Franco producen tanto miedo que pueden constituirse en el atractor social capaz de galvanizar y unir a la izquierda para que salga a votar en masa, aunque sea al PSOE. No braman contra la corrupción, sino porque tienen alergia a la izquierda, y ya hay que ser obtusos para considerar a Sánchez de izquierdas. Cosas de tener medios que a decenas están comprados por el poder económico. Metafísicamente, no es posible acudir a una manifestación y reclamar libertad mientras se ensalza a Franco y José Antonio. A estos reaccionarios les basta con que les prometan toros, caza y procesiones, y a pies juntillas creen que eso y alguna referencia al antiguo imperio español es preferible a la Ciencia, la Cultura y la Educación. No piensen que exagero porque Ayuso, la gran representante de la ultraderecha política y sociológica en nuestro país ganó unas elecciones llamando a los bares y ridiculizando a la Ciencia. Si fueran inteligentes, esconderían a los nazis en el cuarto oscuro hasta el día después, pero exhibirlos nos puede salvar a todos.
No olviden votar a partidos socialdemócratas (por supuesto no incluyo al PSOE) porque votar sirve de poco, de acuerdo, pero al menos evita el salvajismo neoliberal al que estos traidores a España -PP y PSOE- nos tiene abocados desde 1982. El sueño de Sánchez era gobernar junto a Ciudadanos para llevar a cabo de forma cómoda la sacrosanta misión del PSOE de inmovilizar y convertir en inútiles los votos y las aspiraciones de la izquierda, y miren dónde están hoy todos los antiguos dirigentes del partido naranja: haciendo guiños a la ultraderecha y a todo lo que sea economía desregulada. Al pacto con Rivera, Sánchez lo llamaba “Acuerdo reformista y de progreso”. Si el neoliberalismo diseñado por González y Aznar ha sufrido algún retroceso en nuestro país, por pequeño que sea, es gracias a los partidos de izquierdas del Gobierno de coalición, nunca gracias al PSOE. Voten cuando nos convoquen a las urnas y voten a la izquierda. No tengan miedo ni caigan en el desánimo y el determinismo.