Julián Arroyo Pomeda

La Sanidad madrileña

01 de Octubre de 2024
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Sanidad

La sanidad es fundamental en la vida, nada es más importante que ella. Para vivir tranquilamente es esencial contar con servicios médicos disponibles en caso de necesidad, lo que hace de la sanidad un servicio técnico imprescindible.

Este año, el Ministerio de Sanidad ha convocado 329 plazas más para los MIR en comparación con el año anterior, sumando un total de 11.943 plazas. Sin embargo, hay 459 vacantes en Medicina de Familia, un dato preocupante que podría indicar que la sanidad pública no está suficientemente atendida.

En Madrid, donde resido, estas 459 plazas han quedado sin cubrir, lo que invita a reflexionar sobre el estado de la sanidad. Para el año 2024, el presupuesto total ha aumentado un 37%, un incremento significativo que sugiere que la sanidad en Madrid necesitaba una mejora urgente, y este aumento presupuestario ha contribuido a mejorar la situación, aunque no sea suficiente.

¿De dónde procede este gran fallo? Se ha dicho muchas veces. Pero hay que volver a repetirlo. Madrid invierte per cápita en sanidad. 1468,30. La Comunidad es la que menos invierte, a pesar de ser la más rica del país. Asturias lo hacen con 2311, 16 euros. Castilla y León, con 1813. Navarra, con 1870. Esto por poner algunos ejemplos.

¿Qué se consigue con esto? De momento, que la gente que pueden se vaya a sociedades privadas ¿Y la que no puede? Que haga lo imposible por lograrlo. Así que cuantos más pertenezcan a lo privado, menos necesidades hay en la pública. De este modo, el ahorro se incrementa.

Torpe política es esta, porque hay gente que no puede entrar en ellas y es la que más lo necesita. Desgraciadamente, nos vamos acostumbrando a este miserable proceder, que es el más injusto de todos.

Cuando a los médicos internos residentes se les pregunta por qué optan por otras provincias en lugar de elegir Madrid, suelen contestar que porque las condiciones laborales no son tan atractivas como en otras regiones, por la carga de trabajo, el ambiente laboral y las oportunidades de desarrollo profesional Sus honorarios aquí no les permite tener mejor calidad de vida que en provincias, porque todo está más caro y casi no pueden vivir.

Los hospitales, por lo general, están más saturados, lo que afecta a la calidad de formación y la experiencia laboral. No es poca cosa la que cuentan. Y siguen.

En las provincias, el acceso a la vivienda es más asequible, hay menos tráfico y aglomeraciones, lo que permite una vida más tranquila. Todo está más cerca, lo que reduce la saturación laboral y permite una atención más personalizada. ¿Mejora esto la relación con los pacientes? Sí, y también ofrece mejores oportunidades de aprendizaje y especialización, así como más posibilidades de prácticas. Las relaciones personales y profesionales son más estrechas, y se disfruta de mejor calidad del aire y entornos naturales, lo que contribuye a un bienestar más seguro.

¿Es posible disfrutar de todo esto en las grandes capitales? Claro que sí, pero no es la realidad actual. Los políticos y alcaldes no lo ven necesario, ya que tienen sus chalets y lugares de esparcimiento. Se requiere mucho trabajo o un golpe de suerte para alcanzarlo.

Por tanto, un regidor de cualquier institución debería aplicarse a todos por igual. Se debería hacer un esfuerzo mayor para estar al lado de los menos favorecidos, pero esto no sucede. La razón es simple: son los que más lo necesitan.

Sin embargo, esto no ocurre, y el trato no es igualitario, sino discriminatorio, favoreciendo a los que más tienen. ¿Qué se está haciendo contra los que menos poseen? Debería emplearse una discriminación positiva para los menos afortunados, proporcionando a sus hijos las mejores y mayores oportunidades.

No es lo que se busca, sino ir a los que tienen una economía holgada, todo debido a un neoliberalismo estrecho y más restringido. Dicho crudamente: si no tienes dinero, las oportunidades comienzan a desvanecerse. ¿Por qué somos tan miserables? Así, no nos ganaremos el cielo por no dar pan al hambriento.

¿Por qué esta actitud se observa más en las personas religiosas? Todos conocen, o al menos han oído hablar de esa persona que asiste a misa todos los domingos y comulga, pero muestra un rostro impenetrable, sin saludar a los subalternos, ni responder a sus saludos, lo que, según él, le añade dignidad y merece más respeto.

Esta no es forma de vivir. Los demás son nuestros semejantes, siempre cerca, con sus propias vidas, moviéndose en su círculo más íntimo. Recordemos que menos es más y que los últimos serán los primeros.

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