Perfil-Autor-General

Sindicatos comegambas

09 de Mayo de 2025
Guardar
Sindicatos comegambas
Los líderes sindicales junto al ministro Escrivá en una imagen de archivo.

Los sindicatos UGT y CC.OO. son uno de los vestigios más vomitivos y anacrónicos de este sistema podrido en caída libre. Parásitos repugnantes que han vampirizado a la clase trabajadora durante décadas prostituyendo la bandera de la lucha obrera mientras se atiborran de marisco y farlopa a cuenta del erario público.

Ellos no representan a ningún obrero. Son simples explotadores. Burócratas haciéndose pasar por revolucionarios. Funcionarios del estado que viven mejor que los directivos a los que supuestamente combaten. Luchan poco y pactan mucho, pero siempre por su propio beneficio.

Sus estructuras internas huelen a naftalina comunista. Votan entre ellos, se premian entre ellos y se blindan como casta privilegiada mientras el trabajador real que madruga no les ve desde hace años pues sólo aparecen cuando hay cámaras o elecciones.

Cuando los ERE fraudulentos salpicaron a la Junta de Andalucía ahí estaban ellos firmando despidos y rascando comisiones como perros al servicio del poder, siempre lamiendo la mano que les da la subvención.

La actividad sindical de UGT y CC.OO. se limita a agitar copas de Vega Sicilia en cuchipandas empresariales y a dar ruedas de prensa hablando sobre "nada" mientras se quejan de que la gente ya no confía en ellos por culpa del inminente avance de la ultra derecha.

¿Huelgas? Sólo si no molestan. ¿Convenios? Sólo si sacan tajada. ¿Trabajadores? Sólo si votan. No son sindicatos, son gestorías progres. Y si alguien les señala se parapetan en el antifascismo cutre y los tópicos de siempre, tomando a los obreros por imbéciles.

Los sindicatos come gambas son el fiel reflejo de la cultura de la subvención, el clientelismo, el "que hay de lo mío", la corrupción y la mansedumbre de un país saqueado y esquilmado por chupópteros sin escrúpulos que siguen sacando rédito a un relato guerra civilista inventado que ya casi nadie se cree. En resumen, otro chiringuito nauseabundo engordado al amparo del aparato mediático progre que ya solo se sostiene por la perenne imbecilidad de algunos incautos.
 

Lo + leído