En poco tiempo se han reunido con el reaccionario y nefasto Donal Trump dos personas dirigentes europeas. Primero lo hizo el neerlandés Mark Rutte que fue primer ministro de los Países Bajos, entre 2010 y 2024. En octubre de este año, paso a ocupar el cargo de secretario general de la OTAN. Presidió su cumbre celebrada en la Haya los pasados días 24 y 25 de junio. La misma se centró en tres prioridades: 1). Aumentar la inversión en defensa hasta el 5% del PIB de cada país miembro, siendo estos 32 y todos europeos, salvo Estados Unidos y Canadá. 2). Un reparto “más justo” de la carga entre los aliados y 3). El apoyo inquebrantable a Ucrania.
El papel que jugó Mark Rutte ante Donal Trump, fue auténticamente bochornoso e indigno de la responsabilidad que ostenta. Más bien parecía ser un alto cargo del Pentágono designado por Trump. Aparte de apoyarle en todos sus planteamientos, incluido el ataque indiscriminado a Irán. Lo mismo hizo con relación al exterminio que viene llevando a efecto Israel con su primer ministro al frente el genocida Netanyahu, contra el indefenso pueblo palestino. Abordando este caso, llegó a alabarle e incluso llamarle daddy (papi). El ego como matón de Trump se le subió ostensiblemente, hasta el extremo de los medios de comunicación afines y sus partidarios, después de finalizada la cumbre, llegar a expresar:”daddy vuelve a casa” y él hacer propaganda de todo esto.
Es indudable que, la OTAN es el instrumento militar que Estados Unidos lo utiliza a su imagen y semejanza y para defender exclusivamente sus intereses. Después de disolverse en 1991 la Unión Soviética y el Pacto de Varsovia que militarmente la sustentaba, eso mismo tenía que haberse llevado a efecto con la OTAN y hubiéramos tenido un mundo más distendido y seguro. Sin embargo, aprovechando la coyuntura, Estados Unidos ha venido haciendo justo lo contrario, expandiendo la OTAN cada vez más, hasta pretender llevarla a Ucrania, país limítrofe con Rusia. Como era de imaginar, esta no lo iba a consentir. Lo mismo que haría Estados Unidos si China o Rusia, quisieran instalar bases militares en sus fronteras de México o Canadá.
La segunda reunión con Trump y más reciente, fue la que tuvo con la presidenta de la Comisión Europea Úrsula Von der Leyen, el pasado 27 de julio en un complejo de golf en Tumberry, al suroeste de Escocia. No se entiende que la reunión se haya efectuado en este referido complejo privado, perteneciente a Trump y que Von der Leyen se haya prestado a eso.
Pero mucho peor fueron los acuerdos que adoptaron, consistentes en imponer Estados Unidos a la Unión Europea unos aranceles del 15% y sin ninguna contraprestación por parte de ésta. También el acuerdo comercial contempla que la U.E. se compromete a comprar a EE.UU. energía por valor de 750.000 millones de dólares y a realizar inversiones adicionales, para material bélico por valor de 600.000 millones.
O sea, que la jugada a Donald Trump con la connivencia y complicidad de Úrsula Von der Leyen, le salió perfecta y el sometimiento de la Unión Europea a Estados Unidos y su OTAN, se ha incrementado considerablemente.