Conceptualmente la perplejidad suele definirse como “la incapacidad para comprender lo que ocurre a nuestro alrededor”. Así, en este estado, el sujeto no sabe que hacer o duda entre las alternativas de “qué hacer”. Para los profesionales de las ciencias de la conducta, un estado de este tipo suele surgir en los sujetos deprimidos con síntomas de despersonalización.
Ese estado lo ha producido el sentido del voto de los representantes de Podemos, obsérvese que no digo Unidas Podemos, en las Cortes con motivo de la elección de candidatos con declarada afinidad política. Son los casos de Concepción Espejel, apartada del caso Gürtel por su reconocida afinidad con el PP, entrará en el Tribunal Constitucional y Enrique Arnaldo Alcubilla, quien ha trabajado para políticos del PP y ha utilizado sus contactos para maniobrar a su favor. Según figura en las escuchas telefónicas del caso Lezo, Arnaldo Alcubilla participó en las maniobras para colocar jueces y fiscales afines que favoreciesen la exculpación del expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González. Ambos propuestos por el Partido Popular, tal vez haya producido en la mayoría de los votantes morados, al menos, perplejidad. La diferenciación de votar en contra de los principios éticos asentados en la honestidad, eran una característica significativa de Podemos.
Con la salida de Pablo Iglesias de la secretaría general de Podemos se produjo un primer amago de perplejidad. Fue superado por la dinámica de los acontecimientos y metabolizado en favor de un respaldo de sus militantes hacia la figura, respetable, por cierto, de Yolanda Díaz. Su gran labor al frente del Ministerio de Trabajo no puede cuestionarse. Eficiente. Honesta. Gran negociadora. Todas cualidades bien ganadas en el transcurso de esta legislatura.
Ahora bien, cuando de decisiones trascendentales se trata, para la formación morada siempre se fue fiel a sus principios originales. El modo asambleario fue usual. El debate interno una modalidad. Se acudió siempre a la opinión de la militancia. Militancia que resulta, dato no menor, financiadora de la campaña electoral de que se trate. Esencias todas del 15M que deben respetarse. No hacerlo puede abocar a la despersonalización de Podemos.
Para colmo, se lleva a cabo en Valencia un encuentro con la figura política que está al frente de UP, militante del PCE, Yolanda Díaz, sin que se aprecie la participación de dirigentes de Podemos. No sólo no se ha dado explicación pública alguna sobre esa ausencia, tampoco se ha informado del alcance de la acción. En entrevistas televisivas realizadas a personas que hacían fila para acceder al recinto, pudo constatarse también la perplejidad.
Descuidar los modos hacia un electorado que respaldó a Podemos no sólo es una insensatez. Puede motivar una corriente de decepción al respeto de sus principios y a desmovilizar a sus bases.