Se trata de las cifras del paro que lamentablemente, este mes de noviembre al igual que los tres meses anteriores son malas.
Nos situamos en 3.789.823 de personas en situación de desempleo, y además se perdieron este mes una media de 32.832 cotizantes, es decir se perdió empleo. Cifras muy poco alentadoras cuando además estamos ante el debate de la situación de viabilidad de las pensiones.
No solo eso, aunque la Ministra Fátima Báñez le reste importancia: es el primer mes de noviembre en los últimos tres años donde el paro aumenta. Pero seguro que ahora culparán a las elecciones de EE.UU. y a la victoria de Trump, de estas malas cifras.
¿No tendrá nada que ver los casi diez meses que hemos estado sin Gobierno, por la falta de sentido de estado de nuestros representantes públicos?
Y ¿qué decir de esta perla?: "El efecto “ánimo” ha hecho aumentar en 50.000 personas el número de desempleados, ya que han reactivado su demanda en las Oficina de Empleo". Yo, como ciudadana comprometida, me pregunto si se creen desde el Gobierno que el pueblo español somos tontos.
¿En qué cabeza cabe pensar que alguien se levanta un día, no tiene nada que hacer, escucha que "Todo va bien" y entonces decide pedir cita e ir a apuntarse al paro?. Por favor señores, un poco de respeto a los 3.789.823 de desempleados de este país.
Lamentablemente soy parte de esa cifra, así que puedo decir que hablo en primera persona cuando digo que la situación laboral en España es muy preocupante y que debe tomar otro rumbo.Pero ese rumbo no es darnos el "chocolate del loro", aprobar la subida de 52,4 euros al mes del salario mínimo interprofesional. No me cabe duda de que la manipulación a la que estamos sometidos es máxima, pero en casos como este, roza lo escandaloso.
Lo que espero es que aprueben medidas (que es lo que tienen que hacer), para que nuestra masa empresarial aumente, se favorezca la contratación por medio de desgravaciones, se reduzcan los trámites burocráticos, se transmita a la patronal que hay que aumentar la productividad de España, y que está en manos de los empleados que tienen, que serán más rentables y productivos cuanto mejor sean sus condiciones y remuneraciones.
A mí me gustaría que no hubiese salario mínimo interprofesional, porque no fuese necesario, porque la conciencia general permitiese que los sueldos de todos los trabajadores fuesen dignos en sí mismos, no por imposición sino por educación y conciencia social. Esta sería una de las cosas que me gustarían en la España que yo quiero.
Poder trabajar, con unas condiciones y salarios dignos. Como está reflejado en el artículo 35, de nuestra Constitución Española, "Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo."