España tiene un problema con el franquismo, el fascismo, el nazismo… en definitiva con la extrema derecha nostálgica de los tiempos pasados. ¿Eso quiere decir que toda la población española sea facha? No, por supuesto que no. Pero el problema tampoco se le puede calificar de esos “cuatro frikis” porqué son más de cuatro y no son precisamente frikis.EL encierro en el Valle de los Caídos con Luís Alfonso de Borbón a la cabeza es un síntoma inequívoco que la realidad evoca un panorama realmente aterrador. Ya miembros de la familia real, en cualesquiera que sea su grado, no les importa mostrar una adoración al franquismo en un peregrinaje en lo que en cualquier parte del mundo sería un monte de los horrores y aquí es un mausoleo a un dictador, como si fuera un Rey de la Antigüedad.La transición fue una gran cortina de humo que no sirvió para hacer un cambio real de régimen, si no para adaptar uno existente a una apariencia más o menos democrática. Otro día podemos hablar de los símbolos que se heredaron de la dictadura, porqué demasiadas veces se olvida que tras la muerte de Franco, el país no recuperó la simbología popular de la República, si no que la esencia simbólica siguió siendo la misma (himno, bandera, jefatura del Estado heredada…).Por eso, no podemos calificar de cuatro frikis y casos aislados los rebrotes de la extrema derecha. Porqué si lo hacen, es que se sienten con impunidad para hacerlo. ¿Por qué? Pues bastante sencillo, porqué los que alientan, financian y dan cobertura legal no son cuatro frikis, si no que son personas en la sombra en altas esferas de poder y con muchos pudientes como para organizar estas manadas y ataques selectivos que están habiendo.Decía Pablo Iglesias, el de Podemos, que el movimiento independentista catalán ha despertado el fascismo. Y esa frase, debería servir para que todo el mundo reflexionara. Si los independentistas hemos despertado al fascismo, es porqué durante demasiadas décadas se le ha dejado vivir a la sombra del poder. Criando una nueva hornada, probablemente los nietos del franquismo, que ahora se sienten fuertes e impunes, protegidos por abuelos y padres que, no son cuatro frikis.El último ataque a Jordi Borràs ayer, en plena calle en Barcelona, lo demuestra. Un policía nacional, que se inventará un relato ficticio para justificar su agresión fascista. Y un cuerpo que lo tolerará porqué “es uno de los nuestros” como ya pasó con los violadores de la manada. Y sí, España está enferma. Porqué tal vez no sean muchos los fachas pero sí que pueden y mandan mucho. Y la enfermedad está perfectamente instalada, y el foco va creciendo. Y lo más preocupante es que mientras ministros como Borrell quieren desinfectar Catalunya, lo que se les va infectando son las arterias del país de fascismo.Y es que señor Borrell, señor Iglesias, y especialmente señor Sánchez… Al fascismo, se le combate. Y aquí es donde ustedes y el Gobierno que apuntalan debería ponerse manos a la obra, porque los fascistas están campando a sus anchas mientras ustedes solo atacan un movimiento democrático y pacífico como lo es el independentismo catalán.
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