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Una verdad incómoda

04 de Septiembre de 2024
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Una verdad incómoda

Tras las elecciones presidenciales del año dos mil, el candidato demócrata Al Gore renunció a seguir con su demanda de fraude electoral, contra el candidato electo George Bush, obteniendo, en compensación, el lucrativo negocio de la promoción de la Teoría del Calentamiento Global.

Fue así como inició una lucrativa gira por las universidades de ciencia de todo el mundo (No pudo terminar la carrera de Derecho pero sí enseñar ciencia a los científicos). De su famosa película ¿qué puedo decir que no se haya dicho? En ella aseguró que el nivel del mar está subiendo. Si le preguntáramos cuanto ha subido desde entonces ¿Crees que sabría decirlo? Sospecho que no debe ser nada fácil medir aumentos milimétricos en océanos que siempre están subiendo y bajando por acción de las mareas.

Renunció a ser presidente de su país pero, como "lider calentólogo", fue protagonista en todos los dominicales de todos los periódicos subvencionados. Se hizo inmensamente rico y famoso (El director de la película dijo que la gente le trataba como a una estrella de rock) y hasta le dieron un montón de premios, incluso el Nobel de la Paz (como al belicoso Obama), y eso que votó a favor de la Guerra del Golfo.

El caso es que, si todas esas universidades y medios de comunicación, en lugar de contratar a Gore como conferenciante, hubieran contratado al ingeniero e historiador Isaac Moreno Gallo (Especialista en ingeniería romana), todos podríamos haber averiguado una verdad mucho más incómoda. 

Este especialista podría haber explicado, a los científicos, que "piscina" viene de "piscis" (Sí, de peces) y que eso se debe a que los antiguos romanos excavaron estanques en la roca, al nivel del mar, en los cuales criaban peces para su consumo y venta (Lo que ahora llamamos "piscifactorias"). Les podría haber revelado que hay muchas de esas piscifactorias romanas, diseminadas a lo largo de la costa mediterránea y que, en España, tenemos unas cuantas, que siguen llenas, porque sigue entrando agua marina, y así siguen atestiguando el hecho de que el nivel del mar no ha subido, ni ha bajado, desde hace, al menos, dos mil años.

Pero el caso es que, los que mandan, tienen la manía de poner filósofos al frente de la Sanidad, médicos al frente de la Hacienda y juristas frustrados al frente del Clima. ¿Por qué? ¿No sería más sensato darles una función acorde con las materias que han estudiado, es decir, que los zapateros se dedicaran a los zapatos? Ciertamente, si contrataran verdaderos especialistas, a nosotros nos iría muchomejor pero no a ellos (A los que mandan) pues les resultaría más difícil lograr que auténticos profesionales firmen sus insensatas leyes y promocionen sus bizarras teorías.

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