La declaración por parte de la Organización Mundial de la Salud de la emergencia internacional por causa de la viruela del mono es un nuevo chiste.
En el año 2020 ya declararon la famosa emergencia internacional por causa de la COVID-19 y confinaron a medio planeta por los dos mil muertos, presuntamente por esa nueva enfermedad, en China.
Dos mil muertos en China, un país con 1.4 millones de habitantes, es una cifra ridícula. No debe haber causa de muerte con unas cifras tan bajas por prácticamente nada en la segunda nación más poblada del mundo. Sin mencionar que estos muertos fueron catalogados como COVID-19 con base en no se sabe qué, ya que por aquel entonces ni siquiera había comenzado a emplear fraudulentamente los PCR, como ya documente en este artículo y en este otro, para diagnosticar esta nueva enfermedad causada por un virus, el Sars-Cov-2, que nadie aisló en células humanas sanas.
Ahora la historia se repite, pero con una cifra todavía más ridícula. 561 personas muertas en lo que va de año por causa de la viruela del mono en toda África, con sus 1.2 millones de habitantes, no es más que un nuevo cuento —en este caso, africano en lugar de chino— para tratar de meter miedo a una población mundial que ya no está en disposición de volver a ser engañada, al menos no hasta que pasen un par de décadas y la tomadura de pelo de la COVID-19 haya quedado enterrada en el recuerdo. Recordemos que todos los años mueren en el mundo 2,5 millones de personas por causa de la neumonía, 650 mil por causa de la gripe y 8 millones por causa de enfermedades provocadas por el tabaquismo, sin que nunca se haya declarado ninguna emergencia internacional por ello. Y, todo esto, sin tener que enviar protocolos asesinos a residencias de ancianos y hospitales, ni tampoco usar fraudulentamente los PCR para sacarse de la manga millones de muertos.
Por otra parte, Wolfgang Wodars, médico y eminencia mundial que en su día ya echó abajo el fraude de la gripe A y posteriormente también denunció el de la COVID-19 —aunque en este último caso no le dieron ninguna credibilidad y fue tachado como negacionista—, ya ha aclarado que la viruela del mono ni siquiera es lo que nos dicen que es. En este video podéis escuchar su explicación al respecto, que os resumo aquí: la viruela del mono no es sino el herpes Zoster de toda la vida, que ahora se está propagando con más frecuencia porque resulta que es uno de los incontables efectos adversos de la vacuna contra la COVID-19.
El escándalo no puede ser mayor. Están aprovechándose de uno de los efectos secundarios de una vacuna para crear una nueva enfermedad fantasma y vender más vacunas.
Esa es toda la historia.
Aunque esto último no sea de conocimiento público porque los medios de comunicación lo oculten, lo cierto es que, a día de hoy, ya es una inmensísima mayoría de la población la que, lo verbalice o no, sabe haber sido engañada y manipulada para terminar inoculándose una mal llamada vacuna que tantos millones de muertes y enfermedades grabes a provocado, pese a que políticos y medios de comunicación se afanen por repetir hasta la saciedad que tantas vidas salvaron. Razón por la que no llego a discernir qué es lo que ahora pretenden montando este nuevo circo con el que, no me cabe la menor duda al respecto, no conseguirán absolutamente nada, quitando que los pocos telecreyentes que aún queden pongan el brazo a la nueva vacuna que tratarán de inocularles.
Preocupación al respecto, ninguna. El horno ya no está para bollos y esto no tiene ningún futuro, aparte de hacer caer en el más absoluto de los ridículos a los percusores de esta nueva tomadura de pelo internacional. Así que ni siquiera me molestaré en extenderme con este tema más de lo que ya lo he hecho.
Menos cuentos, caperucita.