A Esteban Ocon le han sacado del Gran Circo de la Fórmula 1 de un puntapié en mitad de la temporada. Por muy mal que le caiga a algunos aficionados debido a los comentarios que hizo en su momento sobre Fernando Alonso entiendo que todo el mundo debe comprender la desazón del piloto francés.
Esteban es, sin duda, un tipo conflictivo. En sus inicios en la Fórmula 1 las batallas con Sergio Pérez en los coches rosa de Force Indian, ya hicieron que todos nos fijásemos en el.
Y luego nos hemos enterado que con su compañero de equipo actual, Pierre Gasly, prácticamente no se habla desde niños, cuando corrían en karting juntos y durante un tiempo fueron los mejores amigos.
En suma: un pobre tipo que probablemente tampoco se lleva muy bien consigo mismo, aunque ahora debe sentirse reconfortado porque está consiguiendo clasificar y acabar en alguna carrera con su Alpine delante de Fernando Alonso con su Aston Martin. Y también debe satisfacerle haber conseguido alguna clasificación mejor que Pierre Gasly, su compañero de equipo, en el Red Bull Ring.
Pues que lo disfrute hasta donde pueda, hasta donde lo permita su incapacidad para relacionarse con sus compañeros y colegas.
No creo que volvamos a verlo sentado en un monoplaza de Fórmula 1.
Recuerdo lo bien que se portó Fernando Alonso con él, cómo le cuidó y enseñó, cómo le hizo de escudero generoso para que ganase en el Hungaroring la primera y única carrera de su vida. El pequeño Esteban. Sus venganzas inútiles y ridículas. Pobre chico.
Tigre Tigre
