Una de los objetivos perseguidos por Pedro Sánchez con el adelanto unilateral del 41 Congreso Federal no era otro que eliminar por la fuerza el poder regional de aquellos que, con dignidad y lealtad al partido (que no a él), se han opuesto frontalmente a la política personalista promovida por el sanchismo.
Ya descabezó Madrid, aniquilando sin piedad a Juan Lobato y colocando a Óscar López, quien no es militante madrileño. Como en Castilla-La Mancha no tiene nada que hacer, Sánchez ha utilizado a la ministra Pilar Alegría para intentar controlar también a la federación aragonesa.
Pedro Sánchez pensaba que, al igual que en Madrid, nadie se iba a presentar contra Alegría. Sin embargo, no ha sido así. Darío Villasagra, actual secretario de Organización del PSOE de Aragón y portavoz adjunto en las Cortes aragonesas, ha anunciado que se presentará a las primarias orgánicas. Por tanto, Aragón no quiere ser sanchista, no quiere estar sometida al poder divino de Pedro Sánchez y quiere mantener su independencia, dignidad y libertad frente al autócrata.