En ocasiones, el diagnóstico de la realidad que hace Isabel Díaz Ayuso puede ser certero. Sin embargo, su incoherencia, sectarismo, manipulación, trumpismo le hacen perder la razón cuando, en determinados mensajes, la tiene de su parte. En ocasiones tiene tal incontinencia verbal y de tendencia a venirse arriba que es absolutamente incontrolable por parte de sus asesores de comunicación. La cuestión es que tiene a su público que, precisamente, es lo que espera de ella.
Eso es lo que ha sucedido hoy cuando, como era de esperar, se ha lanzado a la yugular del gobierno con el pacto entre PSOE y Junts sobre la cesión de competencias de inmigración a Cataluña.
Ayuso ha señalado que «hoy hemos conocido otro paso: el Gobierno ha pactado con lo que llamaba extrema derecha xenófoba catalana el control de la inmigración, a quién van a expulsar y a dónde, qué inmigrantes se expulsan, a qué lugares los van a mandar, qué tiene que decir de todo esto la Unión Europea. Además, la Policía Autonómica tendrá mando en las fronteras y van a triplicar la plantilla a modo de una nacional como si fuera nuevo ejército y todo esto, por supuesto, al margen de la ley que está siendo retorcida desde el proceso catalán, aquel golpe de Estado que hundió y expulsó a tantas empresas y a la clase media catalana, la que provocó ese enfrentamiento civil y que ahora pretenden trasladar a España entera. Y para eso nos meten en esta condenación de la deuda, para fabricar con el dinero de todos empezando con el de los autónomos, esta nueva nación, expulsando la Constitución, todo lo español para luego con una fiesta de canapés, con buenos gestos, lo tapamos todo y decimos que somos muy institucionales y que hemos recuperado el sentido en Cataluña».
Ayuso tiene razón en que el pacto del PSOE y Junts, que ha sido registrada hoy como Proposición de Ley en el Congreso de los Diputados, tiene elementos que chocan con el derecho de la Unión Europea, sobre todo en lo referente a la gestión de fronteras, cuya competencia es exclusiva de Frontex. En España, las fuerzas policiales con autorización para hacer esas funciones son, exclusivamente, la Guardia Civil, Vigilancia Aduanera y la Policía Nacional. Los Mossos d’Esquadra no tienen competencia y, para adquirirla, precisarán de la autorización de la UE.
Sin embargo, el hiperbolismo y la manipulación del discurso hace que pierda la razón que tiene en algunos elementos, porque mezcla elementos que no tienen relación alguna. Acusar al PSOE de pretender llevar el conflicto civil al resto de España es una exageración, más bien es la respuesta maximalista la que genera esa polarización.
Luego mezcla el asunto de la inmigración con la condonación de la deuda que, aunque sea cierto que son parte del pago de Pedro Sánchez para mantenerse en el poder, no tienen una causalidad relacionada.