El extesorero del PP, Luis Bárcenas, ha confesado que mantiene una copia de la contabilidad B, que supuestamente destruyó el expresidente Mariano Rajoy.
Bárcenas que permanece en prisión por el 'caso Gürtel', ha remitido una confesión a la Fiscalía Anticorrupción en la que reconoce que el partido “se financió de forma ilegal entre 1982 y 2009”.
Su revelación llega a seis días del comienzo del juicio por presunta financiación ilegal del PP, donde se sienta como principal acusado.
"Mostré los papeles a Rajoy en 2009 y los destruyó, me guardé una copia", afirma el condenado en el caso Gürtel a 29 años de cárcel en el documento al que han tenido acceso varios medios.
El extesorero comienza su confesión, afirmando “su voluntad de colaborar con la Justicia” en los distintos procedimientos “en los que haya lugar”. Una voluntad de colaboración dice, que ya comenzó con su primera declaración el 15 de julio de 2013, aunque reconoce que ésta no fue "más amplia" siguiendo la recomendación de su abogado.
En el texto, admite que, desde 1982 -dos años antes de que él fuera tesorero- "existió institucionalizado un sistema de financiación del Partido Popular con percepciones en B que se realizaban a través de donativos".
"En 2008 existían unos ingresos en la contabilidad paralela de un millón de euros de los que se destinaron en torno a 900.000 con cargo de fondos B a la remodelación de la sede del Partido Popular en Madrid en la calle Génova", prosigue su declaración.
A lo largo de ocho páginas, destaca que las personas que recibieron los complementos salariales fueron en concreto: Mariano Rajoy, Dolores de Cospedal, Federico Trillo, Pío García Escudero, Francisco Álvarez Cascos, Ángel Acebes, Javier Arenas, Rodrigo Rato y Jaime Ignacio del Burgo, “con una periodicidad que dependía de la liquidez de la caja diversa”.
Los motivos de su confesión
Bárcenas reconoce que, en su segunda declaración ante el juez, “no colaboró con la Justicia ante la promesa -hecha a través de intermediarios el PP- de que su mujer, Rosalía Iglesias, “no entraría en prisión por la trama Gürtel gracias a las gestiones· que ya se habían iniciado, algo que, sin embargo, ocurrió el pasado 8 de noviembre.
“De hecho, ya hice constar en mi declaración del 15 de julio que había recibido presiones con el fin de guardar silencio y no incriminar, ni manchar el buen nombre del que era mi partido, ante el riesgo de que mi mujer pudiese entrar en prisión”, admite Bárcenas. Esa misma promesa, prosigue, le llevó a retirar la denuncia por la destrucción de sus ordenadores.
Bárcenas explica que “ha decidido presentar esta confesión, no solo a raíz de la entrada en prisión de su esposa, sino de las informaciones que han ido saliendo de la 'operación Kitchen'”, de espionaje al extesorero y su mujer “por medio de una estructura 'parapolicial'” -según el juez de la Audiencia Nacional- presuntamente financiada por el Ministerio del Interior en la época de Mariano Rajoy, todo con el fin de robar información sensible para el PP a Bárcenas.