La exportavoz del PP en el Congreso Cayetana Álvarez de Toledo ha rechazado dejar su escaño y abandonar la Cámara baja después de que se haya publicado su libro Políticamente indeseable (Ediciones B), donde no deja títere con cabeza y lanza duras críticas contra el liderazgo del presidente Pablo Casado y, sobre todo, el del secretario general, Teodoro García Egea.
“No voy a dejar mi escaño, sería lo más fácil y vulgar”, apuntó en la Cadena SER la diputada por Barcelona y voz de los populares en el Congreso durante la primera parte de la legislatura. “La política necesita una regeneración y eso se tiene que hacer desde dentro. Se necesitan políticos que digan lo mismo en publico y en privado, para rescatar la política de las garras del populismo”, sostuvo Álvarez de Toledo.
Este rechazo no es baladí, ya que se produjo apenas unas horas después de que el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Montesinos, le señalara la puerta de salida. ¿La razón? Que la actual dirección del partido no sale indemne del último libro de la todavía diputada: a Pablo Casado se le tilda de “bienqueda” y “camaleón”, dudando de sus dotes de liderazgo, mientras que de García Egea se dice que ejerce un control de la formación "testosterónico".
Las críticas más duras por parte de la dirección han venido de la vicesecretaria de Organización de la formación, Ana Beltrán. Muy dura, en una entrevista en Telemadrid ha señalado que “Cayetana ha acabado con Cayetana”. “El personaje se ha comido a la persona”, ha dicho Beltrán, para quien es “absolutamente vil” los comentarios de la diputada hacia sus compañeros de partido.
“No todo vale en política. Desprende odio y no entiendo si está tan quejosa con el PP y sus compañeros cómo sigue sentada en el escaño”, ha deplorado. “Yo creo que es por interés de vender sus libros, algo tan vulgar como eso”, ha opinado Beltrán.
Entre los asuntos que desvela en este libro de 519 páginas, se refiere a la campaña “soterrada” que se urdió para convertir a Casado en el próximo líder del PP y su opinión previa de que “había algo” en él que no acababa de convencerle. “Siempre había trabajado para gente más inteligente y más valiente que yo, y no me sumé”, dice. “Un año después finalmente acepté su propuesta del volver al PP. ¿Qué cambió para que yo cambiara de opinión? Quizá menos de lo que quise creer”, indica Álvarez de Toledo.
De García Egea, la diputada dice en su libro que le cuesta hablar de él: “Cómo es posible que yo tenga que dedicar a este hombre tanto tiempo y energía”. A su juicio, el ‘número dos’ de Génova es “un arquetipo” y perfiles como el suyo proliferan en los partidos. “Son políticos en los que no se recuerda ninguna idea original o realmente valiosa, pero que acaban imponiéndose por la pura fuerza de su ambición. Ansían en el poder. Buscan el poder. Y a menudo acaban ejerciendo el poder. Y de una manera despótica. Teocrática. Teodocrática”, critica. Es más, la que fuera portavoz de los populares en el Congreso de los Diputados sostiene que la forma de hacer política de García Egea “son las pelotas y el peloteo”.