Cristóbal Montoro, exministro de Hacienda hoy imputado por el caso del lobby de las empresas gasísticas en Hacienda, no se llevaba bien con los periodistas. No le gustaba que anduvieran husmeando por ahí. Y terminó iniciando una cacería fiscal con inspecciones a todo aquel profesional de la prensa que le pareciese peligroso. Chicote, Alsina, hasta Federico Jiménez Losantos y otros muchos sufrieron en sus carnes la manía persecutoria de Montoro y sus formas propias de un estado policial.
El periodista Javier Chicote, jefe de investigación de ABC, empezó a investigar este caso hace tiempo, en 2017, cuando el exministro tenía la empresa Montoro y Asociados, es decir, antes de crear Equipo Económico (EE). Cuando empezó a tirar del hilo del chiringuito de Hacienda descubre que “hay importantísimas empresas que necesitan influir en Hacienda y le sugieren que encargue un informe a Equipo Económico (EE) porque así es más fácil llegar a Hacienda”. Y empieza a publicar una serie de artículos que “a él no le gustan”, por lo que “decide amenazarnos a mí y al periódico”, confiesa Chicote. Tal como cuenta en Al Rojo Vivo, fue en junio de 2017 cuando el exministro, en los pasillos del Congreso de los Diputados, le asegura a él y al diario que se anden con mucho ojo porque los está vigilando.
“A la vuelta de las vacaciones, en septiembre (eso no lo supe en su momento, sino que lo descubrí años después), el inspector jefe de la ONIF (la unidad de élite de Hacienda) envía un correo al director de Inspección y al director general de la Agencia Tributaria, un correo que se titula Informe Chicote, un informe prospectivo sobre mí espeluznante, hasta el punto de que ahí aparece mi hija, que entonces tenía 3 años, y husmearon en la herencia de mi padre, fallecido en 1999”, revela el periodista.
En ese informe aparecía todo lo que él había cobrado durante su profesión, “buscando algo para acabar conmigo como fuera”, admite el periodista. Obviamente, añade, “no soy un contratista tan importante”, por lo que “no cuadra mucho con que el inspector jefe de la ONIF le envíe mi informe al número uno de Hacienda justo después de haber molestado al ministro Montoro”, concluye Chicote, señalando que, cuando se enteraron de esto y vieron que podía ser un delito, lo bautizaron como 'la Kitchen fiscal del PP'.
Carlos Alsina, el popular presentador de Onda Cero, también estuvo en la diana de Montoro. Ayer, desvelaba las presiones y amenazas que sufrió por parte del exministro por las críticas que vertía contra él. De hecho, asegura que citó a los responsables del programa que realizaba y a los responsables de la cadena de radio para pedirles que dejaran de criticarle a él y al Ejecutivo. “Érase una vez un ministro de Hacienda, hombre poderoso, al que le irritaba sobremanera que se le criticara en un programa de radio. Irritado el ministro, contrariado y convencido de que el poder le daba carta blanca, convocó en su Ministerio a los responsables del programa y de la cadena que lo emitía y ejerció toda la presión que pudo para que ese programa se volviera complaciente con él y con su Gobierno, que aplaudiera cada noche sus decisiones y que lo celebrara a él como al hombre que estaba arreglando España”, asegura Alsina.
No obstante, como no cedieron, Montoro habría pasado a la amenaza con ellos según Alsina: “Primero invocó las oportunidades de negocio que se abrirían en el país gracias a su sabiduría y su acierto innegable. Oportunidades de negocio, dijo, para que ellos remaran a favor del Gobierno. ¿Se entiende? Visto el cero éxito que tuvo su apelación, cambió de táctica. Invocó lo contrario, el castigo fiscal que podrían las empresas que no entraban por el aro. Aquel hombre poderoso perdió los nervios y los papeles y le espetó, tuteando, al responsable del programa al que denostaba 'soy el ministro de Hacienda, ¿entiendes? Yo decido el IVA del libro digital y no creo que a los accionistas de tu grupo les guste que lo suba. Tenlo presente”.
Otro de los afectados es Federico Jiménez Losantos. “Los que hemos tenido que padecer a ese sujeto por denunciar su evidente, prístina y clarísima corrupción a medias con su hermano nos ha tocado padecer inspecciones fiscales”, ha contado en su programa La Mañana de Federico en esRadio. “Esto lo contamos aquí, y te mandaban inspecciones fiscales como venganza. Los gángsters son así. Lo de Montoro era el terror fiscal”, sentenció.
Luis Fernando Quintero tampoco escapó a las presiones. Cuenta que “amén de las ocasiones en las que me manifestó su malestar el equipo del entonces ministro, no me sentí especialmente perseguido por Montoro. Como periodista de trinchera tampoco tenía propiedades que pudiera atacar Hacienda con su operativa de persecución. Sin embargo, cuando publicamos la información sobre el doble informe de hacienda y Abengoa el ministerio tardó apenas unas horas en exigir el desmentido”, recuerda.