El Congreso de los Diputados ha marcado un hito histórico al aprobar la Ley de Amnistía para la normalización institucional, política y social en Cataluña, con 178 votos a favor y 172 en contra. Este jueves, la proposición de ley ha recibido el apoyo de partidos como PSOE, ERC, Junts, y otros socios del Gobierno, mientras que el PP anticipa dilatar la tramitación en el Senado.
En el debate, Patxi López, portavoz socialista, celebró la aprobación: "Hoy, con esta ley, cerramos un ciclo de decisiones políticas que buscan acabar con el enfrentamiento y abrir el tiempo de la reconciliación y el encuentro". El respaldo de los partidos se vislumbraba tras las enmiendas incluidas en la comisión de Justicia, reforzando la coalición gubernamental frente a la oposición.
La oposición, liderada por Alberto Núñez Feijóo del PP, manifestó su rechazo, argumentando que "la ley de amnistía no es reconciliación, es sumisión", y acusó al Gobierno de ceder ante las demandas independentistas. Feijóo cuestionó la ausencia del presidente Pedro Sánchez en el debate, criticando la postura del Gobierno frente a esta ley que, según él, divide a Cataluña y España.
La defensa de la ley por parte de los partidos independentistas y de izquierda subraya su importancia para superar el estancamiento político. Josep María Cervera de Junts elogió la normativa como "la mejor ley posible, que no deja a ningún independentista fuera". Pilar Valluguera de ERC la calificó de "necesaria, pero no suficiente", enfatizando la necesidad de continuar buscando soluciones políticas al conflicto catalán.
Enrique Santiago, de Sumar, remarcó la ley como un "paso definitivo para alejarnos de situaciones de enfrentamiento", mientras que Aina Vidal criticó a PP y Vox por votar "a favor de la venganza", y celebró la aprobación como una "victoria útil, necesaria y colectiva".
La aprobación de esta ley representa un momento crucial en la política española, promoviendo la reconciliación y el diálogo en un país marcado por divisiones. A pesar de la oposición del PP y la probable dilación en el Senado, el retorno de la norma al Congreso para su aprobación definitiva es un paso adelante hacia la resolución del largo conflicto catalán.
La sesión, significativamente, se llevó a cabo apenas un día después del adelanto de elecciones en Cataluña por Pere Aragonès, y contó con la presencia de Oriol Junqueras de ERC, simbolizando la importancia del momento para los partidos independentistas.
La ley de amnistía, más allá de las divisiones políticas, se plantea como una herramienta para la reconciliación y la convivencia, invitando a la reflexión sobre el futuro de Cataluña y de España. Mientras los partidos de la derecha critican la medida como una concesión inaceptable, la mayoría parlamentaria celebra la posibilidad de cerrar un capítulo turbulento de la historia reciente del país.
Míriam Nogueras de Junts recordó, tras la aprobación, que el camino hacia la independencia continúa, destacando la persistencia de su partido en sus objetivos a largo plazo. La ley, por tanto, no solo marca un punto de inflexión en el tratamiento del proceso soberanista sino que también reafirma el compromiso de los partidos independentistas con sus aspiraciones, manteniendo viva la cuestión de la autodeterminación en el debate político español.
Esta legislación simboliza un esfuerzo por superar las heridas del pasado y avanzar hacia un futuro de diálogo y entendimiento mutuo, redefiniendo el enfoque político hacia Cataluña y estableciendo un precedente para el manejo de conflictos secesionistas en democracias modernas.
Esta proposición de ley, a iniciativa del Grupo Socialista, inició su tramitación el pasado 12 de diciembre con su toma en consideración por el Pleno de la Cámara. El 10 de enero, en sesión extraordinaria, el Pleno rechazó los textos alternativos presentados por los grupos parlamentarios VOX y Popular.
Finalizado el plazo de presentación de enmiendas al articulado, la ponencia creada en el seno de la Comisión de Justicia para tramitar esta reforma se reunió el 18 de enero para emitir su informe, que, junto con las enmiendas presentadas, se debatió en comisión el martes 23 de enero.
Dicho dictamen de la Comisión de Justicia y las enmiendas que los grupos parlamentarios mantuvieron vivas para su defensa en sesión plenaria fueron debatidos en el Pleno del Congreso de los Diputados el pasado 30 de enero y las enmiendas que los grupos parlamentarios mantuvieron vivas para su defensa ante el pleno. En esta sesión, las enmiendas quedaron rechazadas y el dictamen fue aprobado por 177 votos a favor y 172 en contra. No obstante, en la votación final de conjunto, requerida para la aprobación de las leyes orgánicas, el resultado fue de 171 votos a favor y 179 en contra.
Al no haberse alcanzado la mayoría absoluta requerida en dicha votación, de conformidad con el artículo 131.2 del Reglamento, el texto se remitió nuevamente a la Comisión de Justicia.
La Comisión aprobó el nuevo dictamen el pasado 7 de marzo por 20 votos a favor y 17 votos en contra y en la sesión plenaria de hoy ha alcanzado la mayoría absoluta requerida por lo que continuará su sesión en el Senado.