El Partido Popular ha lanzado severas acusaciones contra Pedro Sánchez, acusándolo de querer "ahogar a la prensa que no oculta la corrupción" del gobierno. Sin embargo, es paradójico que Alberto Núñez Feijóo critique estas acciones cuando, durante sus mandatos como presidente de la Xunta de Galicia, manipuló a los medios gallegos más influyentes mediante concesiones financieras. La hipocresía y el doble rasero de Feijóo revelan una falta de integridad y una tendencia preocupante a utilizar el poder en su propio beneficio.
Feijóo y la manipulación mediática en Galicia
El expresidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, ha sido objeto de duras críticas por su política de conceder grandes sumas de dinero a los medios gallegos más influyentes. Esta práctica, ampliamente documentada, no es sino un intento descarado de comprar el silencio y la complacencia de la prensa local. Los medios que recibían estas generosas subvenciones mostraban un sesgo favorable hacia su gobierno, minimizando o ignorando las críticas y problemas que pudieran afectar su imagen pública.
Durante su mandato, Feijóo destinó cantidades ingentes de dinero público a medios de comunicación gallegos, asegurando así una cobertura mediática positiva. Este tipo de manipulación es una afrenta a los principios de una prensa libre e independiente. En lugar de promover el pluralismo y la objetividad, Feijóo optó por silenciar las voces críticas y controlar la narrativa mediática en Galicia.
Las acusaciones del Partido Popular a Sánchez
En un comunicado reciente, el Partido Popular afirmó que Pedro Sánchez busca "perseguir a la prensa crítica" en nombre de una supuesta calidad democrática. Estas declaraciones surgieron después de que Sánchez anunciara en la Cadena Ser su intención de limitar la financiación pública de medios digitales que, según él, "no tienen lectores" y se refirió a estos como "pseudomedios". Sánchez también planea modificar la Ley de Publicidad Institucional para incorporar "transparencia" en la financiación de los medios digitales, argumentando que no es aceptable que los recursos públicos financien la desinformación y los bulos.
El Partido Popular ha reaccionado acusando a Sánchez de querer silenciar a los medios que revelan "la corrupción del Gobierno, del PSOE y de la familia del propio Pedro Sánchez". Han advertido que no apoyarán ninguna "caza de brujas" y que la democracia necesita una prensa libre, no amordazada. Este enfoque ignora convenientemente las propias prácticas de Feijóo, que han socavado la integridad del periodismo en Galicia.
La hipocresía de Feijóo
La crítica de Feijóo a Sánchez resulta especialmente paradójica y cínica dado su historial en Galicia. Durante su mandato, los medios gallegos que recibieron cantidades "groseras" de dinero del gobierno de la Xunta fueron acusados de perder su objetividad y actuar como voceros del gobierno regional. Esta manipulación mediática es un claro ejemplo de cómo Feijóo utilizó su posición para influir en la opinión pública y silenciar las críticas.
Feijóo no sólo controló a los medios a través de subvenciones, sino que también se aseguró de que las voces disidentes fueran marginalizadas. Esta estrategia de sofocar la prensa libre contradice abiertamente sus actuales acusaciones contra Sánchez y expone un profundo doble estándar y una falta de ética en su liderazgo.
Una crítica fundamentada y necesaria
Las acusaciones del Partido Popular y de Feijóo contra Pedro Sánchez están marcadas por una profunda ironía y un claro doble estándar. La manipulación de la prensa y el uso de recursos públicos para controlar la narrativa mediática son prácticas que Feijóo dominó durante su tiempo en la Xunta de Galicia. Este historial pone en duda la sinceridad de sus críticas actuales y destaca la necesidad de una prensa verdaderamente libre e independiente, lejos de las influencias políticas de cualquier signo.
Feijóo debería reflexionar sobre su propio legado y las prácticas corruptas que implementó antes de lanzar acusaciones contra otros. Su historial en Galicia es un testimonio de cómo el poder puede ser abusado para manipular y controlar, y su actual postura contra Sánchez carece de credibilidad y coherencia.