El gobierno de Pedro Sánchez terminará el 2024 sin haber hecho caso de múltiples peticiones de los diferentes grupos parlamentarios y que han sido aprobadas por el Congreso de los Diputados. Se trata de una grave violación de los valores democráticos, puesto que dichas peticiones, que contaron con el voto en contra del grupo de Pedro Sánchez, sí contaron con un apoyo mayoritario de la Cámara.
Entre los asuntos más importantes se encuentran las medidas contra el régimen de Nicolás Maduro, la vuelta a la posición tradicional de España respecto al Sáhara Occidental, que dio un giro pro marroquí tras la decisión unilateral de Pedro Sánchez, o la apertura de auditorías sobre los contratos adjudicados a la Trama Koldo por los ministerios de Interior y Sanidad.
Venezuela
Tras las elecciones del pasado mes de julio en Venezuela, el Partido Popular desplegó iniciativas de apoyo a la oposición que recibieron el respaldo del Pleno del Congreso gracias al voto favorable del PNV en junio y de Junts en diciembre. El gobierno de Sánchez ha desoído estas medidas aprobadas por el poder legislativo.
Al opositor Edmundo González se le dio cobijo en España, pero no ha sido reconocido oficialmente como «legítimo ganador» de los comicios y, en consecuencia, «presidente electo y legítimo» de Venezuela. Tampoco se ha respaldado como «únicos interlocutores legítimos» en las negociaciones para la transición democrática a González y María Corina Machado.
El gobierno Sánchez también ha incumplido con la proposición no de ley aprobada en diciembre que urgía al Ejecutivo a adherirse a la demanda presentada en 2018 y a solicitar a la Sala de Cuestiones Preliminares del TPI que dicte una orden de arresto contra Maduro «y otros sospechosos de la perpetración de crímenes de lesa humanidad».
Sáhara y Marruecos
Sánchez y su gabinete tampoco han cumplido con lo aprobado por el Congreso respecto al Sáhara Occidental. El pasado mes de junio, con los votos de PP, Vox y buena parte de los socios parlamentarios de Sánchez, incluido Sumar, el Congreso exigió al presidente del Gobierno a recuperar la posición histórica de España sobre el Sáhara Occidental, es decir, la convocatoria de un referéndum de autodeterminación bajo el amparo de Naciones Unidas.
Sin embargo, Sánchez se mantiene firme en mantener, en contra de lo aprobado por los representantes del pueblo, su decisión unilateral de colocar a España en la misma dimensión que Marruecos y mantener como supuesta solución una autonomía dentro del reino alauita. Por el poder de Pegasus, como se decía en la serie de animación japonesa Saint Seiya.
Otro asunto que preocupa por la posición de fanatismo pro marroquí de Sánchez es la situación en Ceuta y Melilla. El Congreso de los Diputados emplazó al gobierno a negociar la apertura de las aduanas en las dos ciudades autónomas en un plazo de 90 días. Sin embargo, han pasado seis meses y continúan cerradas y sin fecha para que vuelvan a entrar en funcionamiento.
Auditorías de la Trama Koldo
Uno de los casos de presunta corrupción que afectan directamente al gobierno de Pedro Sánchez es la Trama Koldo. El Pleno del Congreso aprobó varias iniciativas sobre los contratos de compra de mascarillas adjudicados a esta supuesta trama. Además, a instancias del Partido Popular, se exigió al Ejecutivo de Sánchez la realización de auditorías sobre esas contrataciones en los ministerios de Sanidad e Interior, como la que sí ha realizado Transportes, pero, a día de hoy, no hay noticia de que el gobierno haya dado ningún paso en ese sentido.
Sánchez y su gabinete tampoco han encargado a la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) la ejecución de auditorías independientes en todos los departamentos del Ejecutivo implicados. Interior tampoco ha abierto investigación alguna para esclarecer las presuntas irregularidades o posibles delitos cometidos en relación con las posibles filtraciones a miembros del Gobierno e integrantes de la trama corrupta sobre investigaciones judiciales en curso.
Sánchez justificó su investidura con los votos del independentismo catalán y vasco porque esa era supuesta voluntad del pueblo. Ahora, esa misma voluntad del pueblo le exige una serie de medidas que él, por su divina autoridad, ha decidido incumplir. Tal vez, haya que mirar a Nicolás Maduro como ejemplo de demasiadas cosas que ocurren en España.