La revelación del alcalde de Sevilla y candidato socialista a la Presidencia de la Junta, Juan Espadas, sobre su decisión personal de pedirle a la todavía secretaria general del PSOE de Andalucía, Susana Díaz, que “ni renunciara ni dimitiera” de su cargo de máxima dirigente de la federación socialista andaluza, tras su derrota en las pasadas primarias del 13 de junio, coincide con el verdadero problema al que actualmente se enfrenta el que a todas luces será el próximo secretario general de los socialistas andaluces tras el próximo congreso regional de octubre: la lucha fratricida entre las dos grandes corrientes sanchistasen Andalucía, encabezadas por Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, actual vicepresidente primero del Congreso de los Diputados y secretario de Relaciones Institucionales y Administraciones Públicas del PSOE, y el histórico alcalde de la ciudad sevillana de Dos Hermanas –donde se inició el asalto de Pedro Sánchez a Ferraz tras ser desalojado por la gestora– desde 1983 y actual presidente del Comité Federal del PSOE, Francisco Toscano.
La decisión personal de pedir a Díaz que se mantenga aún como secretaria general del PSOE-A no es más que un intento de Espadas para ganar tiempo con el que evitar la imposición de una gestora, que evidentemente estaría controlada por el hombre fuerte de Andalucía en Madrid, que no es otro que Gómez de Celis, con lo que el histórico alcalde de Dos Hermanas tendría pocas opciones de posicionarse. Espadas no pretende ni lo uno ni lo otro, quiere autonomía de movimientos y una integración no forzada que a día de hoy resulta imposible dada las posturas enconadas de estos dos bandos sanchistas por tomar el poder en el feudo por excelencia del PSOE.
Espadas revela que pidió personalmente a Susana Díaz que “ni renunciara ni dimitiera” del PSOE andaluz para evitar una gestora y ganar tiempo para que Celis no controle su gestión desde Ferraz
Tras el propio reconocimiento hecho por Espadas, la imagen de presunto ‘enroque’ en el cargo de la todavía secretaria general del PSOE-A desde su derrota en las pasadas primarias del 13 de junio no se sostiene en absoluto, como han intentado dar por veraz fuentes próximas a las dos corrientes sanchistas en liza, que a día de hoy mantienen una fuerte pugna por hacerse con los favores del flamante nuevo candidato socialista a la Presidencia de la Junta de Andalucía, según han confirmado a Diario16 fuentes socialistas.
Espadas, que durante la campaña de primarias se afanó en desmarcarse de ser el candidato de Ferraz, también mantiene en la actualidad un complicado empeño en imponer una autonomía de gestión frente a los dictados que le intentan imponer desde estas dos corrientes sanchistas. El gesto de pedirle personalmente a Díaz que no dimitiera al frente de la federación andaluza para evitar una gestora –algo descartado casi desde el primer momento por Ferraz al ser la opción más lesiva para los intereses del partido– evidencia que el problema no es el desalojo de Susana Díaz y de su equipo de la dirección del partido en Andalucía.
Transición pactada con Díaz pero no con los sanchistas
De hecho, la transición completamente tranquila y sin oposición que se ha confirmado esta misma semana en el relevo de los principales cargos del Grupo Parlamentario Socialista evidencian que el problema no ha sido un posible “enroque” en el cargo de Díaz. La primera intervención de Ángeles Férriz este jueves como portavoz del Grupo Socialista en la sesión plenaria es la muestra evidente de que no van por ahí las tiranteces dentro del seno socialista andaluz.
“No hay ningún tipo de bloqueo ni empecinamiento personal en absoluto por parte de la secretaria general, y sí un dialogo fluido, desde la confianza personal y el conocimiento que tenemos ambos desde hace muchos años, para que esto salga muy bien y demos un ejemplo al conjunto de la militancia y la organización”, ha reconocido Espadas tras reunirse este jueves en el Parlamento andaluz con el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno Bonilla.
Tanto es así que, tras una primera toma de contacto la pasada semana entre Espadas y Díaz para organizar el relevo tranquilo en un lugar no concretado, en los próximos días está prevista la que seguramente será la reunión definitiva entre ambos dirigentes socialistas para culminar el traspaso de poderes sin que tengan que intervenir desde Ferraz. Espadas ha vuelto a negar una vez más “injerencias” desde la dirección socialista.
Estas palabras de cordialidad de Espadas hacia su adversaria en las pasadas primarias andaluzas han sido reiteradas poco después mediante comunicado de prensa. “Desde el primer día, la secretaria general ha estado a disposición del candidato para todo lo que fuera necesario y en ningún caso se ha producido discrepancia o bloqueo alguno por su parte”, ha insistido el regidor de Sevilla, quien ha reiterado que “tampoco ha habido presión alguna por parte de la estructura federal del partido en esta situación”.
Las tiranteces evidentes entre los seguidores de Gómez de Celis y de Toscano son en gran medida el verdadero problema que actualmente tiene el candidato Espadas, que aún no se ha decantado por ninguna de estas corrientes y ha enarbolado en todo momento su independencia y libertad de movimientos tras recibir el beneplácito personal del propio Sánchez en una fugaz reunión en Moncloa para anunciar su candidatura a la carrera presidencial de Andalucía.
Espadas ya se impuso a Celis en 2011
El trío formado por Susana Díaz, Juan Espadas y Alfonso Rodríguez Gómez de Celis se conoce más que bien desde hace décadas durante la andadura común de todos ellos en la política municipal desde la agrupación socialista de Sevilla. De hecho, en 2011 Espadas se impuso a Celis en la lucha interna por disputar las elecciones municipales de la capital andaluza al que sería alcalde Juan Ignacio Zoido desde ese mismo año. Por su parte, la relación de Espadas y Díaz sí ha sido fluida y cercana desde sus comienzos comunes en el Ayuntamiento de Sevilla y posteriormente en la Junta de Andalucía.