El Partido Popular ha anunciado una manifestación para el próximo 26 de mayo en Madrid contra la ley de amnistía y lo que describen como la "política de bulos de Pedro Sánchez" y la "sospecha de corrupción" sobre su Gobierno. El portavoz del PP, Borja Sémper, dio a conocer esta convocatoria en una rueda de prensa tras el Comité de Dirección del partido. La movilización está programada para el primer fin de semana de campaña para las elecciones europeas del 9 de junio.
La contradicción de la protesta
Esta convocatoria, anunciada por el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, refleja una doble moral que raya en la hipocresía. El PP acusa al Gobierno de Pedro Sánchez de desinformación y corrupción, obviando por supuesto, que en repetidas ocasiones ha sido el mismo Partido Popular el que ha promovido teorías conspirativas y desinformación. La protesta del 26 de mayo se organiza contra "la política de bulos de Pedro Sánchez", un ataque directo al jefe del Ejecutivo que suena hueco cuando viene de un partido que ha sido prolífico en la difusión de bulos.
Acusaciones infundadas y "sospechas de corrupción"
La manifestación también pretende protestar contra la "sospecha de corrupción" en el Gobierno y el entorno del PSOE. Sin embargo, es el Partido Popular el que tiene una larga historia de casos de corrupción documentados,desde la Gürtel hasta la Púnica, pasando por los escándalos de financiación ilegal y las tarjetas Black.
Además, la acusación de que Sánchez está atacando al poder judicial es un ejemplo claro de proyección. El PP ha intentado bloquear la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) durante años, desafiando las recomendaciones de la Unión Europea y socavando la independencia judicial.
Un ataque a la ley de amnistía
La ley de amnistía, una propuesta para resolver el conflicto político en Cataluña, ha sido calificada por el PP como un ataque al Estado de Derecho. Esta postura ignora los beneficios que podría aportar la reconciliación y el diálogo en una región marcada por la polarización y el enfrentamiento. La estrategia del PP de rechazar cualquier intento de consenso muestra su falta de interés en una solución pacífica y duradera para Cataluña.
La insistencia del Partido Popular en denunciar los "bulos" de Pedro Sánchez es especialmente irónica, dado su propio historial de difundir información falsa y teorías conspirativas. Durante la pandemia de COVID-19, el PP cuestionó la gestión del Gobierno, exagerando cifras y propagando falsedades sobre las medidas sanitarias. Más recientemente, han avivado rumores infundados sobre pactos secretos entre el PSOE y fuerzas independentistas, alimentando la desconfianza y la polarización.
Manipulación de la opinión pública
La manifestación del 26 de mayo es una clara estrategia para manipular la opinión pública y movilizar a sus bases que una protesta genuina contra la corrupción o los bulos. Al elegir el primer fin de semana de campaña para las elecciones europeas, el PP está utilizando la protesta como un mitin político encubierto, buscando ganar terreno ante un electorado cada vez más crítico.
La convocatoria de esta manifestación por parte del Partido Popular muestra una clara doble moral y un intento de distraer la atención de sus propios problemas. Al acusar a Pedro Sánchez de desinformación y corrupción, el PP ignora su propio historial y se coloca en una posición insostenible. La protesta del 26 de mayo es una táctica política para agitar a las bases conservadoras y desviar la atención de los verdaderos desafíos que enfrenta el país.