Cinco meses después, Carlos Mazón se ha dignado a recibir a los familiares de las víctimas de la riada de Valencia. Y lo ha hecho con una de esas declaraciones que ponen los pelos de punta y que confirman que podemos estar a un hombre frío, insensible, un auténtico ególatra incapaz de sentir un mínimo de afecto o cariño por el dolor de seres humanos que están sufriendo la pérdida de seres queridos. Según Mazón, no los ha recibido antes porque “no tenía sus números de teléfono”, según informaciones de La Sexta.
Después de esto, ¿qué más se puede decir ya? ¿Acaso no hay un registro de fallecidos en la morgue, certificados de defunción, padrones municipales y de la Policía Local, toda la maquinaria administrativa y judicial para averiguar algo tan sencillo como dónde viven los damnificados, los familiares de los 228 fallecidos? Todo lo que rodea a este señor es de una infamia como nunca antes se había visto en este país. Estamos, sin duda, ante un monstruo alumbrado por los tiempos frívolos, mercantilistas y posmodernos que nos ha tocado vivir. Viendo la catadura moral del personaje, no extraña que haya firmado el “pacto de la vergüenza” con un partido como Vox que degrada al ser humano, que lo cosifica, que le arrebata los más elementales derechos de las personas.
En estos cinco meses habíamos escuchados mentiras de todo tipo de boca de Mazón. Pero esto de que no llama a las víctimas porque no encuentra sus direcciones en la agenda es la gota que colma el vaso. Que se vaya ya este tipo grotesco, negligente y desalmado que degrada la política, genera desafección de la ciudadanía con la democracia y pone la alfombra roja a la extrema derecha en las instituciones.
Vergüenza en la Generalitat
Carlos Mazón se ha reunido este jueves con varios familiares de víctimas de la dana en el Palau de la Generalitat, y se ha comprometido ante ellos a recibir a más en grupos y, según ha dicho una de ellas, les “ha pedido perdón”. Cuatro de los familiares, que se encontraban protestando en las puertas de la sede del Gobierno valenciano, han accedido al Palau a instancias de uno de los asesores de Presidencia, han trasladado a Mazón su malestar y han agradecido que, transcurridos cinco meses de la dana, por fin les haya “escuchado”, según han señalado a los periodistas al finalizar el encuentro.
Juan José Monrabal, que perdió a su madre, de 84 años y vecina de Catarroja, en las inundaciones de aquel 29 de octubre ha señalado que el president les ha pedido “perdón” y aunque ha considerado que “llega tarde”, ha expresado que “más vale tarde que nunca”, informa Efe.
“Hemos expresado nuestra opinión y él nos ha dicho la suya», ha añadido Susana –viuda de una víctima de Catarroja–, otra de las familiares presente en la reunión, quien ha afeado al presidente “que no hubiera dado la cara hasta ahora” y ha asegurado que les ha dado su “palabra” de que va a reunirse con todos los familiares de las víctimas. Palabras que se les llevará el viento. Mazón tiene el coraje, el valor y la humanidad de trasladar algo de consuelo a los afectados. Lleva cinco meses escondido, sin acudir a los actos públicos, por miedo a que le llamen de todo, mayormente “Mazón asesino” y “Mazón dimisión”. Valencia no se merece a este gobernante inútil e incapaz de darle al botón de la alerta roja a la población en medio de una dana de proporciones históricas. La historia lo pondrá en su sitio, ya lo está poniendo por mucho que corra para ponerse a salvo del chaparrón bajo el paraguas de Vox. La historia y la juez de Catarroja, que anda detrás de él.