La relación entre Podemos y el PSOE atraviesa uno de sus momentos más tensos. El pacto entre ambas formaciones, esencial para garantizar la estabilidad del gobierno, se tambalea ante lo que desde la formación morada califican como “inacción” socialista. La eurodiputada Isa Serra, portavoz de Podemos, lanzó un ultimátum claro: si el PSOE no convoca esta misma semana la Comisión para el impuesto a las energéticas, Podemos retirará su apoyo al proyecto de ley cuando regrese al Congreso. La advertencia pone en jaque la aprobación de esta medida clave, a la que los morados ya condicionaron su voto hace apenas dos semanas.
“Han perdido dos semanas ya. Que no pierda más tiempo el PSOE, porque si no, Podemos no dará su voto a favor”, afirmó Serra con contundencia. La presión aumenta mientras el reloj avanza hacia el 31 de diciembre, fecha límite para alcanzar un acuerdo que evite recurrir a una prórroga del gravamen actual a través de un decreto ley. En este contexto, el tiempo es el principal enemigo del pacto.
Impuesto a las energéticas: una prioridad ineludible para Podemos
La formación liderada por Ione Belarra ha colocado el impuesto a las energéticas como uno de sus pilares fundamentales. La propuesta busca garantizar que las grandes empresas del sector contribuyan de forma justa, en un momento en el que los beneficios extraordinarios de estas corporaciones contrastan con la crisis económica que enfrentan millones de familias. Sin embargo, desde Podemos acusan al PSOE de dilatar la puesta en marcha de la Comisión que debe liderar el diálogo político para sacar adelante esta medida.
“El PSOE debe cumplir su palabra. Es inaceptable que se comprometan a algo y luego no lo ejecuten. Los ciudadanos necesitan hechos, no promesas vacías”, sentenció Serra. La eurodiputada advirtió que el retraso no solo amenaza la implementación del impuesto, sino que pone en riesgo la confianza en la coalición.
La posibilidad de una prórroga vía decreto ley, contemplada como última opción, no convence a Podemos. Desde el partido insisten en la necesidad de alcanzar un acuerdo sólido antes de final de año. Para ello, la Comisión se presenta como una herramienta imprescindible para negociar con todas las fuerzas políticas y garantizar el consenso necesario.
Críticas al PSOE: electoralismo y retrocesos sociales
Pero el desencuentro entre las dos fuerzas de izquierda no se limita al ámbito fiscal. Este lunes, Podemos también cargó contra el PSOE por lo que considera una deriva electoralista y un retroceso en derechos sociales. Durante el Congreso Federal del PSOE celebrado el pasado fin de semana, los socialistas anunciaron la creación de una empresa pública de vivienda. Una medida que, según Podemos, llega tarde y con un enfoque insuficiente.
“Estamos a favor de las empresas públicas, pero esta debería incorporar masivamente viviendas ya existentes al parque público, especialmente aquellas en manos de la SAREB, fondos de inversión y grandes propietarios”, criticó Pablo Fernández, portavoz de Podemos. A su juicio, el anuncio socialista es “efectista pero no eficaz” y responde más a una estrategia electoral que a una verdadera voluntad de cambio. “Las pocas medidas que el PSOE ha tomado esta legislatura han beneficiado a la banca y a los rentistas, no a las familias trabajadoras”, agregó.
Además, Podemos no dejó pasar la oportunidad de señalar lo que consideran un preocupante retroceso en materia de derechos LGTBI. Isa Serra arremetió contra la eliminación del Q+ de las siglas LGTBI y la aprobación de una enmienda que limita la participación en el deporte femenino a personas con sexo biológico femenino. “Esto no es feminismo clásico, es transfobia”, afirmó la eurodiputada, calificando estas decisiones como un ataque directo a los derechos de las personas trans.
La tensión en la coalición: ¿ruptura o recomposición?
El enfrentamiento entre Podemos y el PSOE refleja las tensiones inherentes a una coalición que desde su inicio ha enfrentado dificultades para encontrar un equilibrio. Mientras los socialistas buscan atraer a un electorado más amplio con medidas moderadas, Podemos insiste en mantener una agenda progresista contundente que marque diferencias claras con la derecha.
La eurodiputada Isa Serra no dudó en señalar que las decisiones recientes del PSOE “identifican a las personas trans como un problema” y denunció la falta de un horizonte claro para acabar con el patriarcado. Para Serra, “las mujeres trans son mujeres” y cualquier intento de excluirlas de espacios sociales o deportivos representa un grave retroceso.
El choque ideológico entre ambas formaciones quedó también patente en la postura de Podemos frente a la cumbre antiabortista celebrada en el Senado. Serra expresó su preocupación por el pacto alcanzado por los socialistas en Europa, que permitió la inclusión de miembros de la ultraderecha en una Comisión clave a cambio de garantizar la presencia de Teresa Ribera. Para Podemos, este tipo de compromisos pone en peligro los valores fundamentales de la izquierda.
Un camino incierto hacia las elecciones
La pugna entre Podemos y el PSOE se da en un contexto de precampaña electoral, lo que añade presión a ambos partidos. Mientras los socialistas buscan consolidar su posición como fuerza dominante en el espectro de la izquierda, Podemos trata de reforzar su identidad y marcar distancias frente a su socio mayoritario.
Sin embargo, el riesgo de ruptura en la coalición podría tener consecuencias catastróficas para ambas formaciones. La aprobación del impuesto a las energéticas y la resolución de las diferencias en materia de derechos sociales se presentan como pruebas de fuego para medir la capacidad de la coalición de superar sus diferencias y avanzar hacia un proyecto común.
Podemos, por su parte, ha dejado claro que no tiene intención de ceder. “Si el PSOE no cumple, nosotros no votaremos a favor. Es así de simple”, insistió Serra. La eurodiputada advirtió que el tiempo se agota y que los ciudadanos no pueden permitirse más retrasos. “La gente necesita soluciones reales, no promesas vacías ni anuncios de última hora”, concluyó.
En este delicado equilibrio, el futuro de la coalición dependerá de la capacidad de ambas fuerzas para encontrar puntos de acuerdo que les permitan avanzar sin traicionar sus principios. Mientras tanto, la tensión continúa escalando, dejando a la izquierda en una encrucijada que podría definir su futuro político.