A lo largo de esta legislatura, el partido de Pedro Sánchez ha demostrado que da por hechos determinados apoyos que no se han cerrado de ninguna de las maneras. A los sanchistas ya se les ha avisado por activa y por pasiva desde Junts y el PNV. Lo que no se esperaban era que los Presupuestos Generales del Estado puedan saltar por los aires por la negativa de Podemos, a pesar de que se les ha avisado desde distintos ámbitos que la formación morada no es de fiar.
Mucho se ha hablado de que la llave para que el gobierno de coalición presuntamente progresista estaba en los 7 escaños de Junts. Sin embargo, Sánchez tiene otros frentes que no controla, sobre todo en Podemos y en lo que vaya a hacer José Luis Ábalos desde el Grupo Mixto. La aritmética parlamentaria creada por Sánchez para investirse presidente es tan precaria que necesita todos y cada uno de los votos.
El gobierno de Pedro Sánchez es, quizá, el más frágil desde la restauración de la democracia. Además, cuenta con un liderazgo muy débil (y debilitado por los casos de corrupción que le acechan) que se ha acostumbrado demasiado al autoritarismo. En determinados sectores del sanchismo, tanto el «pata negra» como el converso, se afirma que si no se tienen los votos, pues que se agote la legislatura a golpe de decreto ley. Bueno, esa es una fórmula tiránica y que desprecia las esencias de la democracia parlamentaria que es España. Por otro lado, los decretos tienen que validarse en las Cortes, por lo que se pueden aprobar en el Consejo de Ministros y luego ser derogados.
Podemos le ha dado un golpe a Sánchez que no esperaba porque ya daba por descontados los votos morados para los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Sin embargo, el partido liderado por la exministra Ione Belarra también ha pedido condiciones para ese apoyo, unas condiciones que Sánchez tiene muy complicado dar. Además, Podemos tiene el mandato de sus bases que en referéndum han decidido que el voto afirmativo sólo se dé a cambio de una reducción del 40% del precio del alquiler, es decir, una intervención del mercado, y de la ruptura de relaciones diplomáticas con Israel.
Un precio muy alto pero, si Sánchez ha comprado su presidencia por 166.000 millones de euros, evidentemente Podemos también quiere una parte de la tarta en cuestiones muy sensibles para su electorado.
En consecuencia, los PGE están en chino para el gobierno porque los cuatro votos de Podemos son fundamentales. Si Sánchez no los consigue, los presupuestos no saldrán adelante. Aunque los puede prorrogar, hay que verificar la reacción de Bruselas, sobre todo cuando se está pendiente de recibir otra remesa de los fondos europeos.
Caso Errejón: golpe a Sumar
Respecto al Caso Errejón, Podemos le ha dado un golpe durísimo al otro integrante de la coalición. La formación morada ha anunciado que trasladó de manera personal a Yolanda Díaz una denuncia en la que una mujer relataba los presuntos tocamientos sexuales no consentidos por parte de Íñigo Errejón. En concreto, según ha anunciado el portavoz Pablo Fernández, se trasladaron a la vicepresidenta y líder de Sumar los mensajes en redes sociales publicados por esa mujer.
Esta declaración de Podemos revienta la versión dada hasta el momento por Sumar, es decir, que no tenían conocimiento de ninguno de los episodios de supuesta violencia machista ejercida por Errejón. El propio ministro de Cultura, Ernest Urtasun, afirmó el pasado sábado que eran conscientes de que «hemos quebrado la confianza de muchas personas y asumimos la responsabilidad de mejorar» y que no habían tenido conocimiento de los hechos hasta que se hicieron públicas las denuncias de las víctimas.