Carles Puigdemont, candidato de Junts per Catalunya en las elecciones del 12 de mayo, ha anunciado que abandonará la política activa si no logra recuperar la Presidencia de la Generalitat. Sin embargo, independientemente de este resultado, ha afirmado su intención de regresar a Cataluña.
En una entrevista con Rac1, Puigdemont argumentó que una vez que alguien ha ocupado el cargo de presidente de la Generalitat, su participación en roles políticos secundarios, como el senado o consejos de administración de grandes empresas, no es apropiada. Ante esta perspectiva, Puigdemont ha expresado claramente que no se ve liderando la oposición en Cataluña si no es elegido como presidente.
El retorno de Puigdemont a Cataluña, según sus palabras, está destinado a ser más un acto de compromiso con la causa catalana que una movida partidista. Descarta cualquier participación durante la campaña electoral y señala que su presencia en la Comunidad se limitará al proceso de investidura. A pesar de estas condiciones, ha subrayado su determinación de volver a Cataluña, ya sea como presidente electo o no.
Estas declaraciones de Puigdemont arrojan luz sobre su futuro en la política catalana y plantean interrogantes sobre el rumbo de Junts per Catalunya en caso de no alcanzar la investidura. Su posible retirada de la política activa podría tener repercusiones significativas en el panorama político de la región, especialmente considerando su papel central en el movimiento independentista.
En resumen, el compromiso de Puigdemont con la causa catalana sigue siendo firme, pero su futuro político queda en entredicho. Su regreso a Cataluña, independientemente del resultado electoral, marca punto de inflexión en el desarrollo del movimiento independentista y plantea desafíos y oportunidades para su partido y la política catalana en su conjunto.