Todo el mundo sabe, o debería saber, que la línea política del PSOE está basada única y exclusivamente en los intereses y los objetivos de Pedro Sánchez. Nada se hace o se decide sin pasar por el filtro de si las decisiones o las medidas que se aprueban en los órganos del partido reportan ganancias para el secretario general. Ahora se ha vuelto a dar un nuevo ejemplo.
El PSOE ha dado instrucciones a sus cargos públicos para que eliminen el “Q+” de las siglas LGTBI en toda su documentación y comunicaciones oficiales. La medida, recogida en una resolución interna de la Comisión Federal de Ética y Garantías fechada el 7 de agosto, responde a un acuerdo adoptado por el Plenario del 41 Congreso Federal del partido, celebrado en noviembre de 2023.
La decisión se enmarca en una enmienda impulsada por una de las corrientes feministas internas, que abogaba por modificar la ponencia marco del partido y suprimir la referencia a “Q+” en las menciones al colectivo LGTBI. Según el documento, la Comisión insta a la Comisión Ejecutiva Federal a anular “con carácter inmediato” cualquier resolución política que incluya dichos términos en el ideario socialista, “en aras de salvaguardar la unidad, la coherencia y el respeto a los acuerdos democráticamente adoptados”.
Además, el texto obliga a informar a todos los cargos públicos y orgánicos del PSOE de la necesidad de acatar y aplicar esta resolución de manera uniforme en todas las federaciones.
La polémica no surge de la nada. En febrero de este año, un grupo de militantes socialistas —todas mujeres— alertó a la Comisión Ejecutiva Federal de que en varios congresos regionales del PSOE se había incorporado la fórmula “LGTBIQ+” en resoluciones políticas, algo que consideraban una “clara contradicción” con las resoluciones del Congreso Federal. Dichas militantes solicitaron que se corrigieran y anularan estos textos para “mantener la coherencia y la unidad de acción política emanada de la voluntad inequívoca expresada por el plenario”.
Acusaciones de retroceso y LGTBIfobia
La medida ha provocado una fuerte reacción en el ámbito político y asociativo. La eurodiputada y número dos de Podemos, Irene Montero, la calificó como “el primer paso del odio, la LGTBIfobia y la transfobia” y acusó al PSOE de facilitar el avance de la extrema derecha. “Se preguntan cómo crece el fascismo mientras le ponen una alfombra roja. Lo que toca es más orgullo, más furia trans, más derechos”, afirmó en la red social X.
También Mar Cambrollé, presidenta de la Federación Plataforma Trans, arremetió contra los socialistas, calificando la decisión de “repugnante” y acusando al partido de formar parte “de la internacional del odio hacia la diversidad”.
La letra “Q” en las siglas LGTBIQ+ hace referencia al término queer, utilizado para englobar identidades y orientaciones sexuales no normativas que no se identifican estrictamente con las categorías tradicionales de lesbianas, gais, bisexuales o trans. El símbolo “+” busca incluir a otras realidades de género y orientación sexual no explícitamente mencionadas.
La eliminación de estos elementos en el discurso oficial del PSOE abre un nuevo frente en el debate sobre la representatividad y el alcance del reconocimiento institucional a las distintas identidades del colectivo. El paso, impulsado desde un sector feminista del partido, pone de relieve las tensiones internas en torno a la agenda de derechos LGTBI y la relación entre el feminismo institucional y las demandas del activismo trans y queer.
Por ahora, la dirección socialista no ha emitido declaraciones públicas más allá de la resolución interna. Sin embargo, las reacciones evidencian que la decisión podría convertirse en un nuevo foco de confrontación política y social, en un contexto marcado por la polarización en torno a los derechos de las personas LGTBI en España.
Sin embargo, hay que recordar lo que sucedió en el 40 Congreso de Valencia, cuando a las feministas del PSOE se las "obligó" a apoyar la Ley Trans de Irene Montero si querían que sus ponencias en contra de la prostitución fueran aprobadas en el Plenario. Entonces, Pedro Sánchez gobernaba en coalición con Unidas Podemos y tenía a Irene Montero, reconocida queer, como ministra de Igualdad. Ahora se eliminan del discurso del PSOE las referencias a Q+, un movimiento que durará el tiempo en que el secretario general y presidente del Gobierno no necesite del apoyo de los representantes del movimiento queer. Entonces, el Q+ volverá al ideario del Partido Socialista.