El sistema sanitario público andaluz es una olla a presión que amenaza con explotar en cualquier momento. Así lo vienen denunciando los sindicatos de profesionales del sector, asociaciones ciudadanas y la oposición política prácticamente al completo. Tanto es así que todas las quinielas apuntan que la consejera de Salud, Catalina García, encabezará la previsible crisis de gobierno que el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, puede acometer una vez pasadas las elecciones europeas de junio y el ecuador de esta legislatura. Las contradicciones de los datos que a diario se ofrecen por parte de todos los actores implicados en el mantenimiento de la denominada ‘Joya de la Corona’ no ayudan en absoluto a realizar un diagnóstico preciso y veraz del segundo problema en importancia para los andaluces tras el desempleo, según el último barómetro de marzo del Centro de Estudios Andaluces (Centra), dependiente del Gobierno andaluz.
En un juego político constante donde se sucede el cruce de acusaciones mutuas según el color partidista, la sanidad pública andaluza arroja una realidad más que preocupante a todos los niveles: listas de espera quirúrgicas y diagnósticas completamente descontroladas y desbocadas, una Atención Primaria desbordada con una falta palpable de medios profesionales que redunda en retrasos impresentables en la atención a los pacientes y un descontento creciente de los profesionales, que se ha puesto en evidencia una vez más con las movilizaciones que las principales centrales sindicales han retomado para obligar al ejecutivo de Moreno Bonilla a cumplir lo pactado con sus trabajadores en reiteradas ocasiones.
En medio de este ambiente enrarecido, el ejecutivo andaluz, lejos de asumir la realidad tozuda que arrojan los datos, realiza una encendida defensa de la titular de Salud pese a haber recibido la reprobación de la oposición parlamentaria y el enfado creciente de sindicatos y asociaciones ciudadanas de defensa de la sanidad pública. La consejera ha vuelto a recriminar al Ministerio de Sanidad la falta de plazas MIR suficientes para cubrir las necesidades que llegan con las vacaciones estivales en centros hospitalarios y de salud. “La alerta por falta de médicos en verano de mi homólogo valenciano no es un hecho aislado. Nos enfrentamos a una grave situación derivada de la inacción del Ministerio de Sanidad durante seis años, a pesar de las peticiones de las comunidades autónomas”, ha criticado García.
La consejera se aferra a la falta de plazas MIR suficientes para intentar culpar al Gobierno central de las listas de espera desbocadas o el colapso de la atención primaria
Esta queja de la consejera contrasta con el dato de que sólo durante el pasado 2023, un total de 1.097 médicos colegiados en Andalucía se trasladaron a otras comunidades autónomas o al extranjero, según el Informe de Demografía Médica en Andalucía presentado por el Consejo Andaluz de Colegios de Médicos. A esta importante variable hay que sumar el despido de unos 18.000 profesionales sanitarios en general que la Junta contrató como refuerzos Covid durante la pandemia. Salud solo ha regularizado el 10% del total de estos trabajadores sanitarios eventuales pese a la falta de profesionales existente en el sistema público de salud de Andalucía.
Y todo ello se produce precisamente cuando el propio presidente andaluz se vanagloria de haber dotado con el mayor presupuesto de su historia a la Consejería de Salud, que acapara casi uno de cada tres euros de las cuentas públicas que administra la Junta. “La consejera realiza un juego político de acusar al otro de lo que yo no tengo. Los médicos que están en Andalucía tienen mejores condiciones en otros sitios y se van, tanto a la privada como a otras comunidades”, explica el responsable de Sanidad de UGT Andalucía, Antonio Macías. Más estabilidad, mejores retribuciones, mejores servicios y mayores posibilidades de desarrollo asistencial. El colectivo sanitario es consciente de la demanda creciente existente en la actualidad y, al poder elegir, apuesta claramente por el lugar que le ofrece las mejores condiciones.
A esto se suma la falta absoluta de credibilidad que a estas alturas tiene ya la titular andaluza de Salud para los sindicatos sentados en la Mesa Sectorial, que esta misma semana se han levantado de ella ante los incumplimientos de la Junta tras los pactos acordados. Aun así, la consejera ha asegurado este jueves en comisión parlamentaria: “Queremos que nuestros médicos de familia tengan mejor sueldo, pero también que tengan mejores condiciones en las que desarrollar su actividad profesional. Cuando acabe la Oferta Pública de Empleo 2023, el 94% de la plantilla del Servicio Andaluz de Salud (SAS) estará estabilizada. En 2018 era el 50%”. La reacción sindical no se ha hecho esperar. Desde la sección de Sanidad de Comisiones Obreras se acusa a García de “engañar” respecto a las bolsas para la contratación de verano. “Para hacer los contratos de verano con las bolsas actualizadas han de estar como muy tarde el 15 de junio”, denuncia CCOO, que añade que “para tener listados definitivos, el 30 de junio hay que sacar antes listados provisionales, luego dar diez días hábiles para alegaciones, resolver las alegaciones y sacar listados definitivos”. Este sindicato da por hecho que, en las fechas que estamos, no habrá tiempo suficiente para hacerlo en todas las categorías de la bolsa que se requieren. El enésimo engaño que denuncian los trabajadores sanitarios por parte del ejecutivo de Moreno Bonilla. Suma y sigue.