Dar la cara o tener cara, el ser o no ser de Feijóo con Mazón

El líder del PP opta por no dejar caer a un achicharrado president valenciano y lo mantiene de espantajo para parapetarse ante el sospechoso tacticismo de Ayuso, tan callada como distante con la crisis de la DANA

12 de Noviembre de 2024
Actualizado el 13 de noviembre
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Mazón y Feijóo se funden en un abrazo en el centro de emergencias de Valencia.
Mazón y Feijóo se funden en un abrazo en el centro de emergencias de Valencia.

Al menos 130.000 almas pidiendo en la capital valenciana a voz en grito la dimisión de Carlos Mazón como máximo responsable de las 223 muertes y 23 desaparecidos que la DANA del pasado 29 de octubre ha causado en varias poblaciones de la provincia y lo más parecido a un mea culpa que ha entonado el president de la Generalitat ha sido que “se han podido cometer errores”, una tercera persona del plural en un vago condicional que muestra a las claras la ausencia total de reconocimiento de mala gestión de la catástrofe pese a los ya incontables indicios y pruebas concretas que ponen sobre la mesa una nefasta política de actuación tanto por parte del propio Mazón como por al menos dos de sus conselleras, responsables directas en la gestión de las devastadoras inundaciones, una estrategia de defensa del cuestionado president valenciano asumida como propia por el propio líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que también quiere que le sirva de parapeto personal en el mantenimiento de su liderazgo del partido frente a las andanadas que sotto voce sigue lanzando sin desmayo y sin prisas la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

Cuando este jueves Mazón remodele su ejecutivo autonómico, y probablemente deje caer a las conselleras Salomé Pradas y Núria Montes, de Justicia e Interior y de Turismo respectivamente, como cabezas de turco para tapar su negligente actuación personal en el interminable almuerzo incomunicado del 29 de octubre, lo hace respaldado por la cúpula del PP, pese a voces disonantes in crescendo, consciente de que en ningún caso puede dejar caer a Mazón al frente de la Generalitat valenciana en una tesitura política como la actual, donde el PP no cuenta con mayoría suficiente tras la salida de la ultraderecha del ejecutivo autonómico, el mismo Vox con el que Mazón se apresuró a pactar y determinó a partir de entonces la estrategia de Feijóo que finalmente desembocó en el inesperado resultado electoral del 23 de julio de 2023, cuando el líder del PP vio cercenado de cuajo su asalto a La Moncloa.

“Ha dado la cara desde el primer instante y es el único que ha hecho autocrítica”, defiende Feijóo a Mazón. La cara de Mazón ya no se cuestiona a estas alturas del desastre

Apenas dos días después de la multitudinaria manifestación ciudadana exigiendo la dimisión de Mazón, Feijóo ha utilizado la alfombra roja que siempre le brinda en televisión Susanna Griso en Antena 3 para articular la defensa del president valenciano, pese a la acumulación de indicios y pruebas en su contra. ¿Una decisión kamikaze por parte de Feijóo? Más bien no le cabe otra opción que tirar por elevación, obviar lo evidente con Mazón y culpar de nuevo al causante de todos sus males, que no es otro que Pedro Sánchez y su Gobierno. Entre dar la cara o tenerla de cemento armado no hay término medio. O se está allí o se está aquí.

No ha sorprendido en absoluto Feijóo en su estrategia de abogado defensor de Mazón, desplegada este martes ante las preguntas de Griso. Niega la mayor y apuesta por la continuidad del president valenciano. “Ha estado desde el principio, ha dado la cara desde el primer instante y es el único que ha hecho autocrítica”. La afirmación del líder popular, más que una estrategia de defensa de un cliente acosado por no pocos indicios y pruebas en su contra, bien parece la confirmación de un principio jurídico indispensable: Excusatio non petita, acusatio manifesta. La cara de Mazón ya no se cuestiona a estas alturas del desastre.

Segunda línea de defensa del soldado Mazón a cargo del general Feijóo: “Aquí lo que falló es el Gobierno, lo que tenemos es un Gobierno fallido a efectos de catástrofes”. La sucesión cronológica de la noche de la catástrofe, publicada por el medio conservador El Mundo, nada sospechoso para los intereses del PP, evidencia la disposición que el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mostró hacia el ejecutivo valenciano, algo que públicamente agradeció el propio Mazón poco después de que Feijóo interviniera en una estruendosa comparecencia en el Cecopi de Valencia el 31 de octubre, acusando al ejecutivo central de no haber aportado ninguna ayuda o información al equipo de Mazón.

Tercera línea de defensa errónea del abogado Feijóo con su cliente Mazón: “La comparecencia del señor Mazón también acredita que hay que dar la cara”. Esto no se puede afirmar bajo ningún concepto con tal contundencia días después de la inapelable sucesión de los hechos, ya desvelados estos días atrás, de aquella infausta sobremesa de un Mazón ausente, desaparecido y desconectado de la realidad mientras miles y miles de valencianos luchaban por sobrevivir sin haber sido alertados de la que se les venía encima.

Y un enésimo error de estrategia de defensa de su cliente: volver a poner el foco en la supuesta falta de concreción de alertas por parte de instituciones como la Aemet o la Confederación Hidrográfica del Júcar, cuando ya es de todos conocidas las múltiples advertencias remitidas a las autoridades para que actuaran en consecuencia.

Definitivamente, el abogado Feijóo no quiere salvar a su cliente Mazón, más bien ha optado por salvarse él mismo en un complejo tablero político para los intereses partidistas del PP, sabiendo de sobra como sabe que estos días Ayuso dice más cuando calla que cuando habla. Y ya es decir. Y, lo que es peor, al frente de la gestión de la reconstrucción de las numerosas zonas afectadas.

Con esta estrategia convenida a partes iguales, la cadena de cortafuegos se mantiene en Génova 13: caen consejeras para mantener a Mazón, y Feijóo mantiene a su vez a Mazón para que la escacharrante intervención del líder popular el 31 de octubre quede parapetada tras las propias y palpables negligencias del presidente valenciano aquella fatídica jornada del 29 de octubre. Todo ello mientras la presidenta de la Comunidad de Madrid guarda, por el momento, un sospechoso silencio y distanciamiento sobre la gestión de la DANA en un sentido u otro.

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