El nuevo escándalo relacionado con la fortuna del rey Juan Carlos, por el que la Fiscalía estaría obligada a querellarse contra el exjefe de Estado, ha colocado al PSOE en la tesitura de seguir manteniéndose fiel a los borbones y en contra de sus principios ideológicos o de mantenerse en la posición de última línea de defensa de la Monarquía. Han decidido lo último porque, al parecer, «no toca»… ¿y cuándo toca?
La Fiscalía del Tribunal Supremo notificó en tres ocasiones al rey emérito que se le iban a abrir diligencias de investigación sobre su fortuna. Así lo ha publicado hoy el diario El País, que, además, señala que los avisos llegaron al despacho del abogado defensor de Juan Carlos I.
Esas notificaciones se produjeron antes de que el rey emérito presentara su primera regularización ante Hacienda en diciembre de 2020. Por tanto, tal y como indica el Código Penal, la regularización que realizó el rey Juan Carlos podría no ser válida si de la notificación que se le realizó por parte de la Fiscalía se deduce la comisión de presuntos delitos fiscales y, si el Ministerio Público decidiera no admitir las regularizaciones, estaría obligada a denunciar o querellarse contra el rey emérito.
Ante una situación límite como esta, la portavoz del PSOE, Eva Granados, ha decidido no valorar este tema porque, a su entender, «no toca» opinar sobre investigaciones en curso.
Durante su intervención ante los medios ha rechazado hasta en dos ocasiones opinar sobre las notificaciones de la Fiscalía al rey Juan Carlos de la apertura de diligencias antes de que realizara las dos regularizaciones fiscales que ha llevado a cabo.
«No vamos a valorar filtraciones, ni investigaciones judiciales en curso», ha afirmado Granados, quien ha acudido al tan recurrente tópico de que se deje trabajar a la Justicia y a los órganos competentes en cada momento para intentar salir del paso.
Sin embargo, los periodistas han obligado a la portavoz socialista a dar una segunda respuesta sobre el mismo asunto. Granados ha vuelto a rechazar hacer una valoración. «Se debe dejar trabajar a la justicia», ha insistido y a renglón seguido ha precisado que «no toca» ahora a los partidos políticos realizar valoraciones sobre investigaciones judiciales que están en curso. «Ahí voy a dejar el tema del emérito», ha finalizado.
Los dirigentes del PSOE tienen una querencia monárquica muy peligrosa y tendente a la deslealtad hacia los principios irrenunciables de un partido político con más de 100 años de historia. El Partido Socialista Obrero Español ha sido y debería ser republicano y, en consecuencia, está obligado a defender que sean los ciudadanos los que tengan la posibilidad de elegir a su Jefe del Estado.
Sin embargo, el PSOE se ha convertido en un miembro más de la Casa Real porque defienden a los borbones con más ahínco que el PP o Vox. Por eso, el Partido Socialista, por desgracia, ya ha mudado oficialmente de nombre y pasará a denominarse PSOE «de Borbón y Borbón» porque, ante una actuación tan grave como la del rey emérito, no se entiende bajo ningún concepto que desde Ferraz se siga defendiendo la figura de Juan Carlos I o la institución monárquica.