"¡Cinco compartimentos! Podría mantenerse a flote con los cuatro primeros anegados, pero no con cinco, ¡no con cinco!. A partir de este momento, hagamos lo que hagamos, el Titanic se irá a pique." ¿Recuerdan estas palabras de Thomas Andrews en el filme de James Cameron?
Esto es lo que le ha sucedido al presidente de Vox y candidato a la Presidencia del Gobierno, Santiago Abascal. Vox ha perdido en estos comicios 19 escaños respecto a los de 2019 y se queda en 33, mientras la vía de agua en el casco del barco crece a pasos agigantados. Las ilusiones del líder de la formación de alcanzar la vicepresidencia del Gobierno, a través de esa suerte de pacto "contigo/ni sin ti" con el PP, se han desvanecido en cuestión de días y Vox se hunde fagocitado por la ley electoral y por el voto útil. Un Vox con menos fuerza, con menos voto.
Abascal ha abierto su comparecencia ante los medios de comunicación afirmando: "Parece que han ganado todos" para felicitar después a "al señor Feijóo como ganador de las elecciones" y enviarle un mensaje que ha sonado a cierto despecho de romance mal avenido. "El señor Feijóo ha ganado las elecciones como quería. Y además lo ha hecho no dependiendo de Vox, como también quería. Imaginamos, en consecuencia, que mantendrá la oferta al Partido Socialista para ver si le permite gobernar. Esa oferta que le ha hecho al Partido Socialista durante toda la campaña y que está detrás del blanqueamiento de los 4 años de Gobierno de Pedro Sánchez.
Después ha señalado lo que en su opinión es "una muy mala noticia para muchos españoles". Ha dicho que "Pedro Sánchez, perdiendo las elecciones, puede bloquear una investidura y peor aún, Pedro Sánchez podría incluso ser investido con el apoyo del comunismo, del separatismo golpista, y del terrorismo, ahora con mucha más capacidad de chantaje que en la anterior legislatura".
También se ha preguntado "por qué ha sucedido todo esto" y ha recordado: "hemos estado toda la campaña alertando del peligro de unas encuestas claramente manipuladas. Que han llevado a algunos a vender la piel del oso antes de cazarlo. Y que han tenido una clara consecuencia, la desmovilización. Ver algunos repartiéndose ministerios, nombrando vicepresidencias, decidiendo que no había que acudir a los debates electorales, está claramente detrás del la desmovilización de una parte del electorado de la alternativa".
La culpa es de los medios de comunicación
La razón del varapalo a Vox, según Abascal, es que "hemos visto a los medios afines al Partido Popular apelando de una manera que no podía ser más burda al voto útil y perjudicando la suma dela alternativa. Y les hemos visto a esos mismos medios, contribuyendo igual que los medios de izquierda a la desmovilización de Vox y, por lo tanto, alentando a los electores de izquierda".
Al tiempo, ha realizado una reflexión sobre la campaña electoral, para decir que "Vox es el único partido en España que se ve obligado a seguir haciendo campañas electorales bajo la violencia. En esta campaña electoral también la hemos padecido. Pero es verdad que ha habido menos violencia, probablemente porque se han dado cuenta que con las piedras no nos callan. Pero aunque haya habido menos violencia, ha habido mucha más manipulación ejercida desde casi todos los medios públicos y privados de unos y de otros, unos para impedir la alternativa. Y hay que decir que han tenido éxito. Y otros para que unos gobernasen en solitario. Y hay que decir que han fracasado y que han hecho fracasar la suma de la alternativa".
Finalmente se ha dirigido a los "más de 3.000.000 millones de españoles han confiado en nosotros y quiero en primer lugar dar las gracias a esos españoles que siguen movilizados, que siguen siendo conscientes de a qué nos enfrentamos y que han vuelto a convertir a Vox en la tercera fuerza política de España"
La campaña de Vox, clave
Pero el presidente de Vox ha vuelto a olvidar cómo se ha desarrollado la campaña electoral de su partido, caracterizada por la crispación que el propio Santiago Abascal ha sembrado al abordar asuntos de alto interés para la ciudadanía, como la emergencia climática o la crisis energética, desde una posición completamente enrocada en el negacionismo de las evidencias científicas; sus ataques a la comunidad LGTBI+, no sólo en los medios de comunicación, sino también en la calle, con la lona que representaba una papelera a la que eran arrojados símbolos como la bandera arco iris; su obsesión contra los inmigrantes; sus mofas a la Ley del Sí es Sí y al movimiento feminista, o la censura cultural que se está produciendo en comunidades, municipios y ciudades donde Vox tiene representación. Asuntos que la vicepresidenta del Gobierno y candidata por Sumar, Yolanda Díaz, y el presidente del Gobierno y candidato del PSOE, Pedro Sánchez, le afearon durante el debate a tres en RTVE y que pueden ser las claves del estrepitoso fracaso de su partido en estas elecciones.