La ultraderecha y sus aliados del Partido Popular y Ciudadanos no pueden permitir que la llegada de los fondos europeos de recuperación catapulte al actual Gobierno. Ellos parten de la base de que el poder es suyo por derecho divino y, por eso, han lanzado una ofensiva inédita en la historia de España contra un Ejecutivo elegido democráticamente por el pueblo.
El primer paso lo darán mañana en la manifestación, o «fachifestación» de la Plaza de Colón de Madrid, donde las hordas patrióticas llenarán este céntrico espacio de la capital de España con toda la parafernalia de patrioterismo barato.
Ofensiva parlamentaria
Sin embargo, los estrategas tanto de Vox como de sus formaciones aliadas saben que lo de Colón no tendrá efecto si no lleva adjunta una ofensiva parlamentaria que se iniciará a partir de la próxima semana.
El martes el Pleno del Congreso de los Diputados tendrá que debatir y votar una moción del PP que pide prohibir unos indultos que todavía no se han producido. La realidad es que esta estrategia se parece mucho a la implementada tras la llegada de Hitler o Franco al poder: la acción política preventiva.
Los de Pablo Casado, principales aliados de Vox, pretenden obligar a los partidos políticos a posicionarse en esta iniciativa que también insta al Gobierno a renunciar a derogar o rebajar las penas del delito de sedición. Por otro lado, los populares recuerdan que los condenados por el procés no se arrepienten de sus delitos y tienen voluntad de volver a cometerlos.
La iniciativa del PP añade que la medida de gracia no tiene razones de equidad, justicia, ni utilidad pública y también pide al Gobierno una política exterior que dé «información veraz» al Consejo de Europa sobre el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017.
El miércoles, los Cañones de Navarone
Sin embargo, será en la sesión de control al Gobierno del miércoles cuando el PP y Vox culminen su ofensiva parlamentaria dirigiendo todas sus preguntas hacia los indultos. Pablo Casado preguntará a Pedro Sánchez sobre si piensa defender la Constitución, la unidad nacional y la igualdad de todos los españoles.
Por su parte, el líder in pectore de la oposición, Santiago Abascal, preguntará al presidente hasta dónde está dispuesto a llegar con tal de mantenerse en el poder.
La portavoz popular, Cuca Gamarra, e Inés Arrimadas, la aliada más débil de la triple entente de la extrema derecha española, atacarán a la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, con preguntas como si se está sometiendo al independentismo o si el Gobierno actúa siguiendo el interés general de los españoles.
Los ministros también serán atacados por la extrema derecha
El ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, el del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y hasta la ministra de Defensa, Margarita Robles, también responderán a las preguntas de varios diputados del PP y Vox que van desde si consideran que los indultos facilitarán la cooperación judicial europea y la aplicación de las euroordenes, hasta si el trato a los condenados por sedición tanto por instituciones penitenciarias como por el gobierno catalán ya anticipaba la voluntad política de concederles indultos.
Margarita Robles, la esperanza de la derecha
La concesión de los indultos no ha tenido la misma acogida en todos los miembros del Gobierno y en esta ocasión el PP intentará forzar a que en este sentido se pronuncie la ministra de Defensa, toda vez que ella procede del ámbito judicial y todavía no ha manifestado su opinión.
«¿Propondría al Consejo de Ministros la concesión de un indulto en el ámbito de su competencia sin que concurrieran razones de justicia, equidad y utilidad pública?», le preguntará el diputado del PP José Antonio Bermúdez de Castro.