Sánchez y Feijóo no se hablan

07 de Diciembre de 2023
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Las relaciones entre Gobierno y oposición están completamente rotas. El discurso durísimo de Feijóo, ayer durante el día de la Constitución, ha causado un profundo malestar en Moncloa. Las relaciones estaban profundamente tocadas desde hace meses, pero escuchar al presidente del Partido Popular decir que en este país la Carta Magna ya no está vigente porque el Gobierno de coalición poco menos que la ha destruido ha terminado por indignar al recientemente constituido Consejo de Ministros.

Ayer, Feijóo dijo cosas como que España vive “la mayor crisis constitucional” de los últimos 45 años y arremetió contra Pedro Sánchez, a quien ha acusado de liderar un movimiento contra la Carta Magna. “En España ya todos no somos iguales ante la ley”, lamentó el presidente del PP, que criticó la ley de amnistía y se pronunció también sobre la renovación del Poder Judicial, insistiendo en que el Gobierno pretende controlar al CGPJ. Toda una declaración de guerra contra el Ejecutivo central mientras la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, escuchaba detrás, a menos de un metro del líder conservador y con sumo placer, el mensaje duro del jefe.

De inmediato, fuentes del PSOE afirmaron que del discurso de Feijóo se pueden sacar conclusiones “poco tranquilizadoras”, según informó La Sexta. En ese sentido, denunciaron que el líder del PP “sigue abonado a la hipérbole, con expresiones subidas de tono y afirmaciones falsas”. “Olvida que el partido gestante del PP, Alianza Popular, pidió la abstención para la Constitución”, recordaron las citadas fuentes socialistas, que reprocharon a Feijóo que “no considera españoles a los votantes de algunos partidos que no le gustan, o que pactan democráticamente lo que a él no le gusta”.

Mala noticia para un país si el enfrentamiento entre Gobierno y oposición llega ya a lo personal. En un sistema parlamentario, tan importante como la labor del Ejecutivo es una oposición constructiva. Pero el clima político en España se ha enrarecido hasta límites casi insoportables. Habría que remontarse muy atrás en el tiempo, hasta los años de la convulsa Transición o a la época de la descomposición del PSOE felipista y el ascenso al poder de Aznar (quizá también a aquellos días negros del 11M) para encontrarnos con unas relaciones PSOE/PP tan sumamente degradadas. Es obvio que Feijóo ha optado por darle un viraje a la derecha a la estrategia de Génova. Vox empuja por detrás y el gallego ha optado por hacerle la competencia en ideas y formas para no perder votantes. Además, las negociaciones entre los socialistas y Junts en Ginebra no dejan demasiado margen de maniobra al dirigente popular. El mandatario de Orense ha puesto el nivel del no a todo muy alto y le va a resultar imposible rebajarlo sin quedar como la derechita cobarde ante los más ultras de su formación política.

Fuentes parlamentarias señalan que Sánchez y Feijóo podrían mantener una reunión urgente estas navidades para desbloquear la situación, pero a esta hora todo son conjeturas. Sin duda, la clave de las negociaciones será la renovación del Poder Judicial. Feijóo se mantiene firme en el bloqueo. “Lo estamos proponiendo desde hace más de un año”, dijo ayer. “Creo que el tema está lo suficientemente claro: queremos reforzar la independencia del Poder Judicial y otros quieren controlarlo. A mí me gustaría reforzar la independencia del Poder Judicial porque en un país donde no hay independencia del Poder Judicial no hay Constitución”, agregó. La reforma del artículo 49 de la Carta Magna (para eliminar el término disminuidos y sustituirlo por el de discapacitados), así como el nuevo modelo de financiación autonómica son asuntos que Sánchez también quiere poner encima de la mesa pero que el PP, echado al monte del bloqueo y enfrascado en su operación trumpista para derrocar el sanchismo a toda costa y como sea, probablemente no quiera ni siquiera sentarse a debatir.

Mientras tanto, el presidente del Gobierno ha restado importancia al impacto en la legislatura que tendrá la ruptura de Podemos y Sumar. En una entrevista con Susana Griso en Espejo Público, Sánchez ha afirmado que tendrán que negociar “un poco más”, si bien ha evitado situarlo como un problema de cara a la aprobación de normas parlamentarias. Al premier socialista le surgen nuevos frentes hostiles que ponen en peligro su segundo mandato. Los enemigos no solo le vienen por la derecha, sino por la izquierda e incluso en su propio partido. Esto no es una pinza, es una gran tenaza.

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