Adiós al Premio Nacional de tauromaquia: una decisión histórica con el 90% de respaldo popular

El Ministerio de Cultura elimina el galardón, argumentando el cambio en la percepción social del toreo y un amplio apoyo ciudadano a la medida

06 de Septiembre de 2024
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Adiós al Premio Nacional de tauromaquia: una decisión histórica con el 90% de respaldo popular, a pesar de Ayuso
Adiós al Premio Nacional de tauromaquia: una decisión histórica con el 90% de respaldo popular, a pesar de Ayuso

La mañana del 6 de septiembre de 2024 marca un hito en la historia reciente de la tauromaquia en España. El Boletín Oficial del Estado (BOE) ha publicado oficialmente la orden del Ministerio de Cultura para suprimir el Premio Nacional de Tauromaquia. Este reconocimiento, instaurado en 2013, ha dejado de existir tras una decisión fundamentada en un cambio profundo en la percepción social de los espectáculos taurinos, calificados por muchos como una "forma de tortura animal". Más del 90% de los participantes en la consulta pública respaldaron la eliminación del premio, señalando el ocaso de una tradición que durante siglos ha sido sinónimo de la cultura española.

La consulta pública y los datos

El Ministerio de Cultura, dirigido por Ernest Urtasun, adelantó en mayo de este año su intención de eliminar el premio, basándose en lo que denominó "la evolución del sector creativo y cultural". La medida no solo responde a un cambio en las sensibilidades de la sociedad española hacia los espectáculos taurinos, sino que también recoge los resultados de una consulta pública realizada en dos fases.

La primera fase, llevada a cabo entre el 4 y el 18 de mayo, recogió 3.268 comunicaciones de personas físicas y jurídicas, de las cuales un abrumador 96,42% apoyaba la eliminación del premio. La segunda fase, realizada entre el 25 de junio y el 15 de julio, confirmó este patrón: el 91,63% de las 215 comunicaciones recibidas se mostraron a favor de la medida. Estos datos reflejan una creciente desaprobación hacia la tauromaquia entre la población española, que se alinea con estadísticas recientes que muestran una drástica caída en la asistencia a espectáculos taurinos.

El toque de gracia: un público desencantado

Los datos oficiales no dejan lugar a dudas sobre el cambio de tendencia. Solo un 1,9% de los españoles asistió a un espectáculo taurino entre 2021 y 2022, una cifra que se desplomó casi seis puntos respecto a 2019. El número de festejos taurinos también ha caído drásticamente, pasando de 3.651 en 2007 a apenas 1.546 en 2022. Regiones como Canarias, Cataluña o Galicia ya no celebran corridas de toros, y en otras como Asturias y La Rioja, las corridas son prácticamente inexistentes.

El toreo ha sido durante mucho tiempo un símbolo cultural profundamente arraigado en España, pero hoy se enfrenta a una opinión pública que lo ve con creciente desdén. La encuesta de la Fundación BBVA realizada en 2022 arrojaba una valoración de apenas 1,9 sobre 10 en cuanto al uso de animales en espectáculos taurinos, lo que refuerza la percepción de que, para muchos, la tauromaquia ya no tiene cabida en la sociedad moderna.

Reacciones en el sector taurino y la política

No obstante, la decisión no ha estado exenta de polémica. El sector taurino, junto a partidos políticos de derecha como el PP y Vox, ha expresado un fuerte rechazo. El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, también criticó la medida, lo que muestra que la eliminación del premio sigue generando divisiones incluso dentro del Partido Socialista.

Borja Sémper, portavoz del PP en materia de cultura, declaró que "la supresión del Premio Nacional de Tauromaquia demuestra que el Gobierno no apuesta por la libertad ni la pluralidad cultural". José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid, defendió la tauromaquia calificándola como "la fiesta más culta del mundo". Estas reacciones reflejan una clara voluntad de mantener vivo el legado taurino, a pesar de que las cifras y el clima social parecen indicar que está perdiendo su relevancia.

Incluso algunos sectores del PSOE han mostrado su disconformidad, como es el caso del presidente de Castilla-La Mancha, que en mayo expresó su desacuerdo con la cancelación del premio. Por su parte, la Fundación Toro de Lidia, que en 2020 recibió el galardón, ya ha anunciado que tiene la intención de mantener su propio reconocimiento y que está en conversaciones con algunas comunidades autónomas, entre ellas Madrid, para crear un nuevo premio.

La tauromaquia y lo machos de Alvise

A pesar del respaldo ciudadano para eliminar el premio, la tauromaquia sigue siendo un tema controvertido en la sociedad española. Las tradiciones culturales suelen ser difíciles de erradicar, y aunque la popularidad de los toros está en declive, sigue habiendo una base de seguidores fieles, especialmente en ciertas regiones del país y entre determinados sectores políticos.

El eurodiputado Alvise Pérez, miembro de la plataforma Se Acabó La Fiesta, se ha convertido en una figura inesperada en la lucha antitaurina. Aunque Pérez se sitúa ideológicamente a la derecha, ha defendido públicamente la eliminación de cualquier subvención a los espectáculos taurinos, argumentando que "no se debe financiar nada en donde un solo animal sea maltratado por mero ocio". Esta postura ilustra cómo el rechazo a la tauromaquia puede unir a personas de diferentes corrientes políticas, todas con un objetivo común: la defensa de los derechos de los animales.

Un premio con breve

El Premio Nacional de Tauromaquia fue creado en 2013, cuando lo ganó Paco Ojeda, una de las grandes figuras del toreo. A lo largo de su breve historia, este galardón ha sido otorgado a toreros, ganaderos y entidades relacionadas con el mundo del toro. El último galardonado, en 2023, fue Julián López "El Juli", quien recibió el premio en su año de retirada.

Sin embargo, el contexto social en el que se creó este premio ha cambiado profundamente en la última década. El gobierno de coalición entre el PSOE y Sumar ha argumentado que los premios nacionales deben reflejar disciplinas culturales que cuenten con un amplio respaldo social y no con una polémica tan marcada como la que rodea al toreo. Al suprimir el premio, el Ejecutivo pretende alinear los galardones nacionales con los valores de una sociedad que está cada vez más preocupada por el bienestar animal y que ha ido alejándose del mundo taurino.

Un símbolo de cambio

La eliminación del Premio Nacional de Tauromaquia es más que una simple decisión administrativa. Representa un cambio profundo en la cultura española y en la percepción de una tradición que, durante mucho tiempo, fue intocable. Aunque el toreo sigue contando con seguidores apasionados, los datos y el respaldo ciudadano a la medida sugieren que España avanza hacia un futuro en el que el maltrato animal, incluso en nombre de la cultura, ya no es tolerado.

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