El Juzgado de lo Penal número 3 de Castellón ha condenado al ex director general de Marina d'Or en 2015, Jesús Ger, y a otros cinco empleados del complejo hotelero a 2 años de prisión por un delito de homicidio imprudente por la muerte de una menor de 16 años en 2015.
La menor, de 16 años, falleció "a consecuencia de haber quedado atrapado su brazo derecho en un orificio de succión existente en la pared izquierda del vaso principal del complejo Marina d'Or, situado a una altura de unos 30 cm del suelo".
La joven caminaba junto a sus hermanos por el interior del vaso de la piscina, en una zona de libre acceso a cualquier usuario, y "se sumergió por debajo de la lámina de agua, quedando su brazo atrapado en una boca con 9 centímetros de diámetro que estaba desprotegida".
Ese orificio de succión "no disponía de rejilla que impidiera el atrapamiento". Los hermanos de la menor intentaron tirar de ella pero no pudieron ayudarle a salir, por lo que pidieron ayuda a los socorristas. Cuatro personas intentaron auxiliarle sin éxito, por lo que la menor falleció por "anoxia tisular". Solo pudo ser rescatada cuando se desconectaron los motores de la bomba, cuyo tubo de succión "debía estar protegido por una rejilla, fijada adecuadamente en la pared".
La sentencia dice que los socorristas "trataron por todos los medios sacar el brazo de la menor del orificio de succión en el que se había producido el vacío, incluso ayudados por terceras personas, hecho que resultó imposible hasta la parada del motor de las bombas de succión".
La jueza argumenta que el orificio en el que quedó atrapada la menor "debía estar protegido" y que, "de haberse realizado un adecuado mantenimiento, se habría detectado la inexistencia de la rejilla y el resultado no se habría producido".
Cuando se produjo el siniestro "no existía rejilla de protección", ni plan de mantenimiento preventivo de las rejillas ni control rutinario de las mismas, así que el riesgo de atrapamiento era "cierto", subraya la sentencia. La responsabilidad de Ger en este caso radica en "no haber llevado un adecuado control de las acciones encomendadas a sus empleados". Además, se indica que en el momento del accidente no existía ningún Plan de Seguridad de la piscina del Balneario de Agua Marina que contemplara el riesgo de ahogamiento de los usuarios de la piscina.
Jesús Ger, el entonces encargado de Recursos Humanos, el responsable de Fontanería y el responsable del departamento de Ingeniería son condenados a dos años de prisión, y a los técnicos del balneario -encargados de velar por el cumplimiento de la seguridad- a un año y seis meses de prisión. Además, deberán indemnizar a 180.000 euros a la familia de la víctima de manera conjunta y solidaria.