"Salave es el mayor yacimiento de oro no explotado de Europa, desde la extracción superficial del metal desarrollada por los romanos hace 2.000 años, y que fue el origen de las actualmente conocidas como Lagunas de Salave”. Esta es la carta de presentación que la empres Explotaciones Mineras del Cantábrico, filial de la australiana Dragon Black Gold Corporation, realiza del “Proyecto Salave” que pretende llevar a cabo en Tapia de Casariego.
Esta localidad lleva quince años dividida por un proyecto que ha recibido en dos ocasiones declaraciones de impacto ambiental desfavorables. Pero, a pesar de todo, el Principado de Asturias ha cerrado recientemente el periodo de alegaciones a la nueva propuesta presentada por Explotaciones Mineras del Cantábrico, lo que ha hecho saltar las alarmas entre los colectivos que se oponen a la instalación.
Más de mil alegaciones ponen en entredicho la idea. Cofradías de pescadores, COAG, las principales ganaderías de la zona, productores ecológicos -muchos de ellos bajo el Consejo de la Producción Agraria Ecológica del Principado de Asturias (COPAE)- asociaciones profesionales de turismo, Federación Asturiana de Surf, SEO Birdlife, Coordinadora Ecoloxista De Asturias, Amigos Naturaleza de Asturias (ANA), Ecologistas en Acción o la Asociación en Defensa del Patrimonio Natural y del Patrimonio Cultural son sólo algunas de las organizaciones que muestran su rechazo al proyecto.
Un municipio sostenible
El propio Ayuntamiento de Tapia de Casariego ha presentado sus alegaciones. Según la alcaldesa, Ana María Vigón, “esta vez, de manera distinta al anterior estudio de impacto ambiental, sí que se han organizado los distintos sectores productivos, marineros, agricultores, ganaderos, sector del turismo rural, turismo activo como las escuelas de surf. Entonces nuestras alegaciones van fundamentalmente en la línea de las que también formulan distintos sectores productivos que ahora mismo son la base de la economía del concejo. Y consideramos que no es compatible con la actividad minera. Por otro lado, hay una parte importante que es nuestro Plan de Ordenación que ahora mismo, aunque el proyecto hubiera pasado la fase de estudio de impacto ambiental, prohíbe la instalación de actividad minera”.
Vigón explica que “el Ayuntamiento está inmerso en numerosos proyectos y el futuro que queremos para el concejo no pasa por la actividad minera. Estamos trabajando en planes de turismo sostenible para poner en valor todo el patrimonio histórico a través de lo que fue la minería del oro y del hierro en toda la zona de los Lagos de Silva y el cargadero de Porcía. Queremos aprovechar eso como recurso turístico. Estamos trabajando planes de sostenibilidad turística y realmente chirría mucho con la instalación de un proyecto de minería del oro en el concejo”.
Vecinos en pie de guerra
Desde la “Plataforma Ono No”, colectivo establecido legalmente que aglutina a más de 600 vecinos de la zona, uno de sus miembros, Daniel Cando, muestra “la indefensión”a la que dice se ven abocados. “No tenemos más ayuda que la de nuestros socios. Entonces nos vemos en la tesitura en la que nos ponen las administraciones de tener que pelear con nuestros recursos. ¿Eso qué significa? que como nosotros no somos expertos en el tema y somos gente seria y, aunque vivamos en una zona rural, no somos estúpidos, tenemos que contratar con nuestro dinero expertos legales y técnicos que nos ayuden a desgranar todos estos proyectos. Y gracias a esos expertos ya en el pasado hemos conseguido parar esto. Pero cada ciertos años nos ponen en la misma situación. Esto es un bucle que se repite. A pesar de que los proyectos son prácticamente idénticos, la Administración vuelve a admitirlos a trámite. Algo que no entendemos y que denunciamos”.
Cando incide en que Tapia de Casariego, en cifras comparadas con el resto de Asturias, tiene una economía saneada, “se vive muy bien, hay una gran calidad de vida. De hecho, a día de hoy, hay escasez de mano de obra. El tema del empleo que se pueda crear es un argumento que se cae por su propio peso. Y además desde que se terminó la autopista A-8 el turismo está remontando. No entra más gente. Si pones cien alojamientos rurales, los cien se llenan. Por otra parte, la pesca sostenible está repuntando porque ya no hay barcos grandes. El precio del pulpo se ha multiplicado gracias al sello de calidad y ahora se exporta a EE.UU. Si hablamos de la ganadería, hay muchas empresas que están reduciendo cantidad por calidad. En vez de tener 300 vacas, tienen 60, pero ecológicas. La leche se la pagan más cara”.Por ello no comprende que aún el proyecto siga adelante.
Empleo a precio de oro
Por su parte, el director general de Explotaciones Mineras del Cantábrico, José Manuel Domínguez, señala que “el proyecto prevé la creación de unos 150 a 200 puestos de trabajo directos, la inversión es de 103 millones de euros y el resultado económico para los accionistas contempla un beneficio de 140 millones de euros en toda la vida del proyecto que son 15 años”.
Esa rentabilidad pasa por la extracción de 700.000 toneladas/año de estéril y mineral. De esa mezcla, 60.000 toneladas/año es el producto final “que llevaremos fuera para tratar y extraer el oro. Por cada tonelada de producto final se obtienen 150 gramos de oro. El precio por gramo oscila entre 30 y 40 euros”, explica.
Cuando se le pregunta por los posibles impactos de esta actividad sostiene que en todo momento se ha intentado buscar el “enfoque ambiental” y apunta, frente a las críticas, que «en muchos casos hay falta de información o conocimiento” y centra su argumento en que desde la empresa “hemos intentado simplificar el proyecto en el contexto de: hagamos lo que queremos hacer que es la mineralización que está en Salave y a la vez convivamos y seamos buenos vecinos del resto de las actividades. ¿Es posible que una explotación minera de estas características y con estos planteamientos viva con otras actividades de la zona como la agricultura, la ganadería o el turismo? Hay otros sitios que lo hacen. Vas a Ribadesella y hay una mina. En la zona de Belmonte hay otra. ¿Que hay gente que no lo percibe así? Es muy legítimo por su parte”.
En esta misma línea se expresa José Luis Alperi, secretario general del SOMA-FITAG-UGT, que ya mantuvo en su día un encuentro con la empresa.“Entendemos los rechazos y el escepticismo, pero desde el punto de vista sindical, lo que nos toca de generación de empleo y actividad industrial tenemos que respaldar el proyecto siempre que cumpla con unos parámetros mínimos de sostenibilidad, de seguridad y de ciertos compromisos a posteriori en lo relativo a la restauración. Creemos que va a ser compatible con las otras actividades de la zona y generará empleo de calidad”.
El futuro de la minería metálica
Esta posición choca frontalmente con la de Ecologistas en Acción. Su coordinador en Asturias, Francisco Ramos, considera que en este momento “la minería metálica es una de las que más riesgos ambientales tienen por los propios contenidos en metales y por los tratamientos químicos que tienen que darse al final del proceso. Entonces compartimos visiones con organizaciones tan poco sospechosas de ecologismo radical como la Organización Internacional del Trabajo que cuando habla de economía circular -mucha gente piensa sólo en los residuos sólidos urbanos- dice que básicamente el mayor potencial tiene que ver con los residuos de las actividades mineras y ya plantea que hay que ir abandonando en todo lo posible la minería primaria e ir a otro tipo de negocio que tiene que ver con el reciclaje, con la recuperación de metales de otros usos, o la producción de metales secundarios en horno eléctrico si queremos avanzar en sostenibilidad”.
Según Ramos, si la explotación minera se lleva finalmente a cabo “nos encontraremos con entrada y salida de camiones, excavaciones y el tratamiento de toneladas y toneladas de mineral para extraer los concentrados de sulfuros de metales, balsas de decantación, ocupación de hectáreas y hectáreas de suelo, naves industriales en lo que es ahora una zona ganadera de extensivo y cerca del puerto”.
Un emisario submarino
Otro de los aspectos más controvertidos del proyecto y que genera profunda preocupación en Tapia de Casariego y otros municipios costeros es el trazado de un emisario submarino desde las instalaciones hasta el mar de 2 kilómetros a 27 metros de profundidad “en una ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves), un lugar de interés comunitario, que pertenece a la Red Natura 2000, y un enclave de importante interés ambiental” en palabras de Beatriz González, geóloga especialista en Hidrogeología en la Universidad de Oviedo y miembro de Ecologistas en Acción.
En cuanto a la afección al medio hídrico, González cuestiona la calidad de las aguas que se van a verter a través de dicho emisario. “Esa calidad de las aguas se caracteriza a través de un sondeo. Toda esta zona ha sido muy investigada. Por tanto, hay centenares de sondeos, y sólo en condiciones adecuadas para poder hacer un estudio hidrogeológico hay unos pocos, dos o tres. Entonces para caracterizar las aguas la empresa utiliza un sondeo que casualmente tiene muy baja concentración de arsénico, pero no utiliza otro que tiene unas concentraciones más altas, de 3.000 microgramos/litro. Con este tipo de cuestiones se pretende minimizar los impactos ambientales”.
Otra contradicción del estudio, indica González, es “cuando se dice que van a verter cuatro tipos de agua al emisario con una calidad adecuada. Sin embargo, en otra parte del estudio, se dice que el emisario submarino es totalmente compatible con la Estrategia Marina Atlántica para lo que llaman la alternativa P1, pero si sólo se contempla el vertido de agua proveniente de los pozos de drenaje. Luego contemplan una planta de tratamiento de aguas de tal manera que, en caso de ser necesario, antes de verter al emisario submarino se va a depurar. Pero, ¿quién va decidir cuándo se depuran las aguas? Lo va a decidir la propia empresa. Ahí no va a haber la vigilancia de un organismo externo que diga este agua hay que depurarlo antes de verter al mar. Entonces de ninguna manera nos podemos fiar de la empresa. Esto es un riesgo que no podemos asumir por el bien del sector pesquero, infravalorado por la empresa, y que es importante en Tapia de Casariego y tiene que ir a más”.
Este extremo es negado por el director general de Explotaciones Mineras del Cantábrico, José Manuel Domínguez. “No somos tan poco cuidadosos de poner un emisario allá donde hay una figura de protección si lo que vamos a hacer representa un riesgo”.
Otra posibilidad que apunta Beatriz González es que “al tratarse de una zona que está muy cerca del mar, puede ocurrir que acceda agua de mar hacia la explotación”. Domínguez mantiene que“en principio por las pruebas que hemos hecho no se observa conexión entre el medio del mar, en relación con las mareas o entrada de agua salina en la zona de la mineralización”.
Riesgo de desecación de lagunas y pozos
El futuro de los pozos de agua para riego y ganado es otro de los puntos en el que González pone el acento. “En el estudio no se hace un trabajo por ver si con el bombeo se puede afectar a esos pozos de agua. Hay del orden de 20 pozos de agua y ni siquiera se menciona.”
La explotación minera se asentaría bajo las Lagunas de Silva. “Entonces, como para trabajar en seco hay que estar bombeando, pues lo más probable es que con el bombeo que se haga y la utilización de explosivos, esa zona va a estar muy fracturada. Y aunque la empresa dice que va a dejar un macizo de 40 metros entre las lagunas y las explotación minera hay riesgo de que el agua de las lagunas se drene y éstas se sequen. Si bien es cierto que son lagunas artificiales, ahí se ha creado un ecosistema con especies de interés de fauna y flora. Y esto forma parte ya del patrimonio natural y cultural de la zona”, explica.
Ante esa posibilidad, el director general de Explotaciones Mineras del Cantábrico afirma que “incluso, aunque no fuera por la actividad de la mina y las lagunas perdieran agua, más fácil lo tenemos, que es ponerle agua de la que se está bombeando”. Al tiempo se refiere al plan de restauración de la zona una vez finalice la actividad minera. “Se ha diseñado para que los terrenos recuperen progresivamente su morfología actual, sin que queden montañas de materiales, escombreras o instalaciones”.
Así las cosas, el futuro del “Proyecto Salave” se torna incierto para Explotaciones Mineras del Cantábrico. Lo mismo ocurrió en el pasado con otras empresas que intentaron hacerse con el yacimiento. En 2005 fue Río Narcea Gold Mines con propuesta a cielo abierto, en 2007 Lundin Mining adquiere Río Narcea y las concesiones que ostenta Explotaciones Mineras del Cantábrico – la filial que va pasando de mano en mano-, en 2008 Río Narcea Gold Mines plantea el proyecto con galería subterránea, en 2010 Dagilev Capital, que luego cambiaría su nombre a Asturgold, compra los derechos a Lundin Mining, en 2017 Asturgold pasa a ser Black Dragon Gold Corporation y comienza a cotizar en el índice australiano ASX, en 2019 Black Dragon Gold inicia los trámites para su nuevo intento de lograr autorización y en 2021 presenta Estudio de Impacto Ambiental con galería subterránea y emisario al mar. Si se hace un análisis de accionistas y directivos se puede ver que es un mundo pequeño y, por ejemplo, a día de hoy hay directivos de Black Dragon Gold que ya lo eran de Rio Narcea Gold Mines.
“Normalmente son empresas interpuestas que lo único que hacen es contratar la parte del proyecto que en ese momento tengan que hacer: contratar estudio de impacto ambiental, el estudio del proyecto y cotizar en bolsa, intentar revalorizar su proyecto y venderlo a otra empresa mayor. Esto ocurre también con el petróleo. Hablamos de las denominadas juniors y seniors. Entonces cuando está todo hecho quien arriesga el capital ya es una gran multinacional de la minería”, comenta Francisco Ramos.
Mientras, a la espera de que las administraciones se pronuncien, en Tapia de Casariego y otros pueblos de la comarca muchos vecinos siguen preguntándose si acaso no existen suficientes depósitos y reservas de oro almacenados en el mundo para satisfacer la demanda global a perpetuidad o qué justificación social puede tener hoy en día el negocio del precioso metal. Y más allá de la especulación y los pingües beneficios siguen sin hallar una respuesta.