"La gente abría las puertas a la fuerza para salir, porque no se podía respirar", según un afectado del caos de Ouigo

21 de Junio de 2022
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La empresa francesa de trenes "low cost", Ouigo, lo ha vuelto a hacer. Si hace unos días Diario16 informaba de que la competencia de Renfe, había dejado tirados a su suerte a más de 500 pasajeros en Barcelona, enviándoles un mail, horas antes del viaje, en el que informaba a los clientes que cancelaba el tren “por labores de mantenimiento”, cuando se trataba de una reducción unilateral y discrecional de plazas, ahora ha sido en medio de la fresca noche aragonesa.

El tren que cubría el trayecto entre Barcelona y Madrid sufría una avería y permanecía parado durante casi cuatro horas entre las localidades de Alhabama de Aragón y Ariza, en Zaragoza.

Según la compañía se trataba de un fallo técnico que había provocado que el vehículo se quedase sin suministro eléctrico.

Los pasajeros, que se quejan de la falta de información, se bajaron a la vía, como relata Álvaro Sánchez. "Salimos como locos, no había seguridad, nadie nos dijo nada. La gente abría las puertas a la fuerza para salir, porque no se podía respirar Tras una hora parados, de repente se iba la luz, dejó de funcionar la electricidad del tren. No podíamos cargar los teléfonos móviles. Estábamos sin aire acondicionado, sin agua, sin comida. En la cafetería no se podía estar porque parecía una sauna".

Aunque él no lo vio, reconoce que había gente comentando que alguna persona mayor se había desmayado. "Había niños llorando en el vagón porque llevaban ya mucho tiempo allí y el ambiente era agobiante. Aún así, después mucha gente se quedó tirada en Calatayud"

A las 02:14, como señalaba Álvaro en uno de sus tuits, recibían la comunicación de un transbordo.

Numerosos usuarios de Twitter comenzaron a contar los pormenores del maratoniano viaje que, sin desearlo, estaban padeciendo.

El despropósito de Ouigo ha generado imágenes de todo tipo. Quizás, quienes mejor se lo tomaron fueron unos jóvenes procedentes del festival Sónar Barcelona que prefirieron seguir su propia fiesta a pie de tren, mientras esperaban una solución.

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