Las algas rojas y verdes que crecen en la nieve en la península Antártica causan un deshielo adicional significativo, según un estudio inédito dirigido por Alia Khan, científico del Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo (NSIDC) y profesor asistente en la Western Washington University. Por ello, deben tenerse en cuenta en estimaciones futuras de la expansión del deshielo en la región.
Como apuntan los investigadores, según informa la agencia DiCYT, es probable que aumenten las floraciones de algas en la Antártida a medida que el planeta continúa calentándose, lo que exacerbará aún más el deshielo estacional y contribuirá a la expansión de áreas sin hielo en la región. Esto podría tener un impacto serio en el clima regional, el derretimiento de la nieve y el hielo, la disponibilidad de agua dulce y los ecosistemas, pero a pesar de ello no se tienen en cuenta en los modelos climáticos globales actuales. Los resultados de la investigación se publicaron en ‘The Cryosphere’.
"El calentamiento a lo largo de la Península Antártica está provocando cambios drásticos en el derretimiento de la nieve y el hielo, así como en las respuestas de los ecosistemas", afirma Khan. "Estamos viendo que estas floraciones de algas se extienden por amplias áreas a lo largo de la costa. Las floraciones pueden ser intensas y oscuras, y como cuando se utiliza una camiseta oscura en un día soleado, calientan la superficie y causan más fusión. El calentamiento probablemente se está expandiendo y fortalece la temporada de floración de algas, lo cual puede aumentar a medida que el clima continúa calentándose", agrega.
Los investigadores analizaron los impactos de las algas rojas y verdes en el albedo, que es la cantidad de luz que la superficie de la nieve refleja hacia el espacio, y el forzamiento radiativo, que es la cantidad de energía que absorbe la superficie. Las superficies más oscuras disminuyen el albedo y aumentan el forzamiento radiativo, y el forzamiento radiativo positivo hace que el planeta se caliente. Esta es la primera vez que se han estimado los efectos de forzamiento radiativo de las algas en la región Antártida.
Los científicos llevaron a cabo esta investigación tomando medidas de albedo en tres sitios en enero de 2018 y luego modelaron el forzamiento radiativo utilizando mediciones históricas de varios años de radiación solar en la estación Palmer en la Antártida. Dos de los sitios terrestres estaban en la isla King George, al norte de la estación Palmer, y uno en la isla Nelson, según la información de la Universidad de Colorado recogida por DiCYT.
Nieve limpia
En comparación con la nieve limpia, los científicos encontraron que las zonas con algas verdes reducen el albedo de la nieve en un 40 por ciento, y los parches de algas rojas lo reducen en un 20 por ciento. Las algas verdes contienen más clorofila que las algas rojas y, por tanto, absorben más radiación solar, reduciendo el albedo en una mayor cantidad para la misma concentración de algas en la nieve. Como resultado, los promedios de forzamiento radiativo son dos veces más altos para las algas verdes en comparación con las algas rojas.
"La Antártida ya es un lugar increíblemente hermoso, y las floraciones de algas de la nieve agregan una dimensión artística adicional", señala Ted Scambos, investigador polar del Instituto Cooperativo de Investigación en Ciencias Ambientales (CIRES) de la Universidad de Colorado y coautor del estudio. "Pero como muchos sistemas naturales, el cambio en el clima está empujando las cosas a nuevos extremos, con algunas consecuencias no deseadas. Estamos viendo que estas nuevas floraciones más oscuras y más extendidas están teniendo un efecto dominó de aceleración del derretimiento, una retroalimentación que hace que el hielo retroceda un poco más rápido".